Fiebre salvaje. Spike Lee.




In memoriam de Yusuf K.Hawkins, Marzo- 19, 1973-Agosto 24, 1999, joven negro asesinado.




Ficha técnica:

Título original: Jungle Fever.
País: Estados Unidos.
Año: 1991.
Duración: 132 minutos.
Dirección: Spike Lee.
Guión: Spike Lee.
Producción: Spike Lee.
Casting: Robi Reed.
Dirección de Fotografía: Ernest Dickerson, A.S.C.
Música: Stevie Wonder.
Score musical: Terence Blanchard.
Montaje: Samuel D. Pollard.
Productor: Spike Lee.
Diseño de sonido: Skip Lievsay.
Diseño de producción: Wynn Thomas.
Productor durante el rodaje: Jon Kilik.
Co-productor: Monty Ross.
Vestuario: Ruth E. Carter.
Universal pictures.

Intérpretes:

Wesley Snipes: Flipper Purify,
Annabella Sciorra: Angie Tucci,
Spike Lee: Cyrus,
Anthony Queen:  Lou Carbone,
Ossie Davis: El reverendo doctor Purify,
Ruby Dee: Lucinda Purify,
Samuel L. Jackson:  Gator Purify,
John Turturro: Paulie Carbone,
Frank Vincent: Mike Tucci,
Halle Berry:  Vivian.

Sinopsis:

Este filme, aclamado por la crítica, explora las turbulentas relaciones interraciales. El arquitecto negro Flipper Purifi (Wesley Snipes) inicia un romance con su secretaria, una italoamericana de clase trabajadora ( Annabella Ciorra), hecho que provoca que se vean escudriñados por sus amigos, desterrados por sus familias y rechazados por sus vecinos.

Comentario.

Fiebre salvaje es una de las películas más duras sobre los odios y prejuicios raciales que anidan en los  colectivos de cualquier clase que tapizan los Estados Unidos, en el que a las diferencias étnicas se une las desigualdades sociales, la marginalidad, la drogadicción y todas las plagas y pandemias que azotan a los desfavorecidos de la fortuna. Es curioso que con los avances de la ciencia y la tecnología aún  hay quien  recurre  a la suerte para explicar las bolsas de pobreza en el mundo.

Spik Lee representa sin demagogias, victimismos,  ni paternalismos los prejuicios que se ocultan detrás de ciertas actitudes, y lo hace desde la perspectiva de un hombre que no se siente inferior, sino igual, independientemente de los apelativos que los más desgraciados  aplican a los negros y mestizos, y, aunque critica las actitudes discrtiminatorias de su grupo, toma partido por su pueblo, como deja muy claro en Haz lo que debas.Su cámara  entra en Brooklyn por la Avenida MalcolmX, acción cargada de sentido simbólico  que  evidencia  algo que su cine no esconde:  que no olvida los agravios a los afroamericanos por parte de la sociedad blanca dominante.

Las parejas mixtas, italo-afroamericanas especialment, acaban siendo una fuente de complicaciones  sin límite, llegando  incluso al maltrato físico de las mujeres en el seno de la familia , hecho del que es un paradigma la  brutal paliza que recibe  la italiana Angie Tucci. Pero la dureza de las relaciones en ese mundo hostil acaba conduciéndola de nuevo al hogar del que huyó llena de esperanzas y al que vuelve humillada. El matrimonio negro, que en apariencia rompe la joven, es de una clase económica superio a la de ella, sus mujeres son más libres y se permiten tirar al marido de casa y arrojar sus pertenencias por la ventana El protagonista, un arquitecto llamado Flipper Purify (Wesley Snipes), reune en su persona todos los vicios del patriarca: sexista, despectivo con las mujeres, excepto con su sacrosanta esposa y su hija, encaprichado con las demás y castrado por la intolerancia de un padre, el reverendo  Doctor Purify (Ossie Davis), pastor protestante que acaba matando a su otro hijo, Gator (Samuel L.Jackson) un adicto a las drogas irrecuperable. Su aventura con la joven italiana acaba convirtiéndose en un pequeño desliz para el homre y una amarga experiencia para la mujer.

Cine duro para los amantes de los relatos directos y sin ambages, hecho por un director más militante que poeta, que siempre aparece en sus películas, y en ésta representa un papel secundario que sin embargo desencadena un conflicto en el matrimonio de su amigo, describiendo la relación entre hombres de diferentes razas  como 'fiebre salvaje' o locura amorosa, de la que está ausente todo tipo de romanticismo.

Cmrl.

Comentarios

Entradas populares