A Roma con Amor. Woody Allen.
Ficha técnica:
Título original: To Rome with Love.
País: USA-Italia-España.
Año: 2012.
Duración 102 minutos.
Guión y dirección: Woody Allen.
Dirección de Fotografía: Darius Khondji. Color.
Música:
Montaje: Alisa Lepselter.
Producción: Letty Aronson y Stephen Tenenbaum.
Diseño de producción: Anne Seibel.
Compañías: Gravier Productions, Perdido Productions, Medusa Film, Mediapro.
Intérpretes:
Woody Allen: Jerry,
Alec Baldwin: John,
Roberto Beningni,
Penélope Cruz: Anna,
Judy Davis: Phyllis, Jesse
Eisenberg: Jack,
Greta Gerwig: Sally,
Ellen Page: Monica,
Carol Alt: Carol,
Giuliano Gemma: el director del hotel,
Ornella Mutti: Pia Fusari,
Alison Pill: Hayley.
Sinopsis:
El film que Woody Allen dedica a la Ciudad Eterna, una etapa en
su recorrido por las ciudades más emblemáticas de Europa, es una
película coral, constituida por una serie de pequeños relatos paralelos:
- Una joven estadounidense, Haley (Alyson Pill), se enamora de un joven abogado romano, Michelangelo (Flavio Parenti) y organiza un encuentra de sus padres respectivos y futuros suegros. Los progenitores de Hayley, Jerry (Woody Allen) y Phyllis (Judy Davis), viajan a Roma para conocer a los Michelangelo. Jerry descubre que el padre de su futuro yerno, Giancarlo (el tenor Fabio Armiliato), es un portentoso cantante de ópera sólo mientras se ducha.
- Un estudiante de arquitectura norteamericano, Jack (Jesse Eisenberg) , se siente atraído por una actriz, amiga de su novia, Mónica ( Ellen Page).
- Un hombre gris, Leopoldo (Roberto Benigni), se convierte de la noche a la mañana en alguien famoso y acosado por los medios, sin saber por qué.
- Una pareja de recién casados de provincias, Antonio (Alessandro Tiberi) y Milly (Alessandra Mastronardi), llegan a Roma para que el marido presente a su joven esposa a sus padres...(Tomás Fernández Valentí. Woody Allen en la Ciudad Eterna. Dirigido por... Julio 2012)
Críticas.
A Roma con amor, la nueva película escrita y dirigida por Woody Allen,
prosigue su actual periplo por diversas grandes ciudades europeas,en
este caso bajo la forma de una comedia coral que recoge, en buena parte,
muchas de las obsesiones que han acabado conformando el acervo
característico del cineasta neoyorkino ( Tomás Fernández Valentí. Dirigido por...).
Las dos primeras historias son, según Tomás Fernández Valentí, las mas
interesantes y auténticas, porque son precisamente las que protagonizan
actores norteamericanos, cuya idiosincrasia es la que mejor sabe captar
el director neoyorquino, en el que subyace la caricatura de las
debilidades humanas, sostenida como también suele ser habitual con él
por la entrega de un espléndido grupo de actores.
Woody Allen regresa como actor, y, a pesar de las críticas que ha
recibido por realizar un obra trivial, frívola, una parada turística
en Roma, nadie se atreve a destruir al hombre que ha conectado con
cierta clase burguesa intelectual de todo occidente, que ha sufrido con
él las crisis de los 30, los 40 o los 50, las hipocondrías, las
inseguridades, las depresiones de un delgaducho y aparentemente débil
actor/director con el que tantos hombres y mujeres se han identificado.
Pero en este caso ha patinado. No comprende el mundo en el que le toca vivir, llegada la hora de una jubilación bien merecida, que asocia con la muerte, por lo que convierte a su futuro consuegro en el propietario de un negocio de pompas fúnebres, empeñándose en emprender negocios disparatados, que se materializan en los gags más casposos de la película. Asimila todos los tópicos: la mamma italiana, los cuchillos de Dario Argento en manos de una sanguínea representante de las féminas italianas; el padre que canta en la ducha como Caruso; la chony 'española', dignamente representada por Penélope Cruz; los mitos eróticos italianos, auténticos anti-eros, etc.
Sólo dos historias, si bien carecen de encanto y gracia, sí tienen cierta dignidad: la que protagoniza Roberto Beningni y su sátira sobre la televisión del famoseo, carente de contenidos, en cuyos programas los famosos se hacen famosos porque son famosos y sobre todo porque alguien ha decidido que así sea. La segunda es la que protagonizan los dos norteamericanos Jesse Eisenberg y Alec Baldwin, un joven arquitecto que vive en el Trastevere y que encuentra a un veterano y afamado compañero de profesión, que siendo joven vivió en el típico barrio romano, al que acude atraído por la nostalgia, y actúa como la voz de la experiencia, apareciendo junto a Jack cada vez que está a punto de cometer un error.
Una que ama Roma, admira la valentía de Roberto Beningni y su sentido del humor,se siente defraudada ante el pequeño fiasco de Woody Allen, que parece que ya no comprende el universo que emerge, como si lo hace el personaje del italiano, y permanece aferrado a sus demonios, su amor por la magia, a la que asocia la ducha que recuerda las cajas en que se meten los compañeros del mago Splendini en Scoop (2006), sus tics intelectuales de la década de los 60, que ahora desembocan en un viejo 'tolerante' liberal, que hubiera deseado para su hija un novio del entorno de Berlusconi, con un chalet en Cerdeña. Será porque no ha estudiado latín.
Cmrl.
Cmrl.
Woody Allen es Woody Allen, y estoy muy de acuerdo contigo. Cuando no lo tengamos lo echaremos mucho de menos, porque es un cineasta que ha elevado la comedia al lugar que le correspondía, y además ha demostrado que puede enfrentarse al drama y la tragedia como pocos. Por poner solo dos ejemplos, Sueños de Casandra y Blue Jasmine.
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