El premio. Mark Robson.














Ficha técnica: 


Título original: The Prize.
País: USA.
Año: 1963.
Duración: 135 minutos aproximadamente.
Dirección :Mark Robson.
Guión: Ernest Lehman, basado en la novela de Irvin Wallace.
Música: Jerry Goldsmith
Director de Fotografía: William H. Daniels, A.S.C. Panavisión y Metrocolor.
Director artístico: George W. Davis y Urie McCleary
Decoración del set: Henry Grace y Dick Pefferle.
Edición:: Adrienne Fazan, A.C.E.
Efectos especiales: J.MacMillan Johnson, A.Arnold Gillespie, Robert R.Hoac, A.S.C.
Peluquería: Sidney  Guilaroff.
Maquillaje: William Tuttle.
Productores asociados: Kathryn Hereford.
Metro Goldwin Mayer, Padro S. Berman Production

Interpretes:

Paul Newman: Andrew Craig.
Edwars G.Robinson: Doctor Stratman.
Elke Sommer: representante del Ministerio.
Diane Baker: sobrina del  Doctor Styratman.
Micheline Presle
Gerard Oury
Sergio Fantoni
Kein MacCarthy, Leo G. Carroll, Sacha Pitoeff, Jacqueline Beer, John Wengraf, Don Dubbins....


Sinopsis:

Durante la guerra fría un escritor norteamericano, mujeriego y aficionado a la bebida, llega a Estocolmo para recibir el Premio Nobel de Literatura. Una vez allí descubre, por casualidad, un complot bolchevique para secuestrar a un eminente científico, también galardonado con el ansiado premio.

Comentario:


Década  de los 60. Comienza un periodo de grandes transformaciones económicas, políticas y sociales, que conformarían la segunda mitad del siglo XX, cuyas convulsiones harían temblar al hombre de hoy acostumbrado a un largo periodo de paz. En 1963 Mark Robson  realiza  The Prize, el mismo  año  en que asesinaron  a John Fitzgeral Kennedy en las calles de Dallas (Texas). Mientras el mundo se preparaba para una  revolución que dejó profundas huellas en la sociedad: el llamado Mayo Francés del 68.

El mundo estaba dividido en dos bloques que contenían a sus ciudadanos dentro de muros reales o ideológicos, clima político en el que se encuadra el film de Robson, cuyo marco es la ciudad de Estocolmo durante la entrega de los Premios Nobel, de gran prestigio  internacional, y como no podía ser de otra manera, Rusia está detrás de un complot para arrebatar a Estados Unidos uno de sus científicos, que había  huído al bloque occidental y cuyas investigaciones en el área de la energía solar, que ahora curiosamente algunos desprecian con argumentos variados y  variopintos, le han hecho merecedor del preciado galardón.

Lo más curioso e interesante de una película, realizada con los medios de la época y unos efectos visuales más verosímiles que otros, entre los que abundan las pantallas transparentes, es el papel protagonista que se da a la literatura, el teatro y el cine. Andrew Craig,  (Paul Newman), distinguido con el  bien remunerado premio,  es un  escritor comprometido, que ha  publicado títulos como 'El estado imperfecto', que interesan a muy pocos, por lo que  se gana la vida escribiendo novela negra, y tiene una visión corrosiva y provocadora  de los certámenes en los que hombres y mujeres poderosos deciden seleccionar a unos pocos para que entren en el Parnaso y adquieran la inmortalidad. Presume de borracho y mujeriego, pero su conocimiento de la forma de actuar de policías y ladrones le va a permitir resolver un caso muy enredado; maquilladores y actores jugarán también un papel importante en la simulación y fingimiento del  secuestrado  y  del suplantador, convirtiéndose finalmente en víctimas propiciatorias de esta guerra sucia.

El trabajo de Edward G.Robinson, sólido, sereno y convincente, contrasta con la representación de  Paul Newman, en  ocasiones un poco 'sobrado' y  excesivamente seguros de sus encantos masculinos con las mujeres, que le resta credibilidad en las secuencias de acción. Las mujeres, y especialmente Elke Sommer, son un fiel reflejo del prototipo de las féminas glamurosa de la época, engoladas, sin espontaneidad, muy maquiladas y con pelos muy cardados y fijados con laca , que perdían en este trayecto de 'reconstrucción' todo el senso. Tendría que aparecer en pantalla Brigitte Bardot, desenfadada, despeinada y libre, para  quitar definitivamente el corsé a las mujeres, papel liberador que contrasta con  su trayectoria posterior más bien cavernaria.

Un film que ayuda a entender cómo era el cine en la época de la  Guerra Fría, hecho que cambió para siempre la caída de la URSS y el 'muro de Berlín'.


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