Eternamente comprometidos. Nicholas Stoller.
Ficha técnica:
Título original: The five-year engagement.
País: USA.
Año: 2010.
Duración: 124 minutos.
Dirección: Nicholas Stoller.
Guión: Jason Segel y Nicholas Stoller.
Dirección de Fotografía: Javier Aguirresarobe. Color.
Música: Michael Andrews.
Montaje: William Kerr y Peck Prior.
Producción: Jud Apatow, Nicholas Stoller y Rodney Rothman.
Diseño de producción: Julie Berghoff,
Compañías: Apatow Productions para Universal Pictures.
Intérpretes:
Jason Segel: Tom Solomon,
Emily Blunt: Violet Barnes,
Chris Pratt: Alex Eilhauer,
Alison Brie: Suzie Barnes-Eilhauer,
Rhys Ifans: Winton Childs,
Mindy Calling: Vaneetha,
Mimi Kennedy: Carol Solomon,
David Paymer: Pete Solomon,
Jacki Weaver: Sylvia Dickerson-Barnes,
Jim Piddock: George Barnes,
Michael Ensign: Abuelo Harold,
Madge Levinson: abuela Leonora.
Sinopsis:
Tom (Segel) le pide a su novia Violet (Emily Blunt) que se case con él, epatado y conmovido por el glamour de la boda de sus amigos Alex y Suzie. La pareja, ya consolidada, lleva tiempo conviviendo como una pareja legalmente constituida.una cadena de sucesos inesperados, trabajos y viajes sigue retrasando la fecha en la que deben ir juntos al altar para casarse.
Críticas y comentario:
Parece que el nuevo film salido de la 'factoría' de Judd Apatow no es tan complaciente como pudiera parecer si prejuzgamos de acuerdo con la ilusión visual y discursiva que ha derrochado la industria, en la que se ha vendido la imagen de unos jóvenes que huyen de relaciones sentimentales a largo plazo, se han movido por el amor a primera vista o fu, impulsivo y muy romántio y poderoso. Nicolás Stoller plantea una situación confusa y ambigua, derivada de tiempos de crisis. Los jóvenes, con dificultades de encontrar un buen empleo se siguen viendo presionados para cumplir unos objetivos vitales, como comprar una casa, amueblarla, dotarla y tener hijos, cuando tardan más en incorporarse al mercado laboral, y el resultado es el desarrollo de tensiones contradictorias entre el deseo de promoción personal y los compromisos sociales, que produce frustración.
Pero la empanada mental dominante hace que todos estos presupuestos entren en conflicto entre sí e induzcan a reflexiones cargadas de esquizofrenia. Dice Tonio L.Alarcón que "(...) si Violet representa a la mujer moderna, a la que la tensión social y las dificultades por acceder a un puesto a su altura le obligan a poner su carrera por delante de la posibilidad de crear una familia (...), por su parte Tom viene a encarnar a ese hombre tipicamente apatowiano que se siente descolocado, fuera de lugar, ya no solo por tener que ceder el puesto de cabeza de familia a su pareja, sino porque no acaba de saber cómo encajar en los esquemas de una relación contemporánea (...) la pareja que mejor funciona (...) es la más disfuncional, la que forman Alex y Suzie: también son más espontáneos y menos complicados, así que se dejan llevar por sus sentimientos y aceptan, sencillamente, lo que les viene dado..." (Tonio L. Alarcón.Eternamente comprometidos. Por tí me casaré. Dirigido por...425. Septiembre 2012).
Película y críticas me producen una gran confusión: ¿Es esa la receta? ¿Dejarse llevar por los sentimientos y no por la razón? ¿Es buena la sentencia de William Shakespeare que afirmaba que el raciocinio ha ido a refugiarse en los irracionales porque los hombres han perdido la razón? Cmrl.
"Cumple diligentemente con los objetivos del género, pero también trata sobre la impredecibilidad de la vida y los retos cotidianos del amor. La sensibilidad y honestidad con la cual trata estos temas es una sorpresa placentera" (A. O. Scott: The New York Times). Cuña de Filmaffinity.
"(...) el director consigue una de las mejores comedias románticas recientes, una de esas películas que esconden más de lo que parece a primera vista, una desvergonzada joyita que se adentra las vicisitudes del microcosmos de la pareja con ánimo gamberro pero sosegado, y que trata con igual delicadeza sus momentos dulces y sus crisis. Todo, para consolidar en esa espera prolongada una certeza que hacia el final cae por su propio peso: la boda es una mera formalidad que acaba por celebrarse de manera espontánea, irreal en una memorable escena final que se deja llevar en volandas por el frenesí optimista del musical hasta una entrañable —y desconcertante— interpretación del Cucurrucucú paloma" ( Jordi Revert. Eternamente comprometidos: El siguiente paso. La Butaca.net).
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