Insidious. James Wan.








Ficha técnica:


Título original: Insidious.
País: USA.
Año: 2010.
Duración: 103 minutos.

Dirección: James Wan.
Guión: Leigh Whannell.
Casting: Annie McCarthy y Kellie Gesell.
Director de Fotografía: John R. Leonetti, ASC, Daid M. Brewer.
Música: Joseph Bishara.
Edición: James Wai y Kirk Morri.


Diseño de producción: Aaron Sims.
Vestuario: Kristin M.Burke.

Productores: Jason Blum, Steven Schneider y  Oren Peli.
Productor durante el rodaje (line producer) : Jeanette Volturno-Brill.
Co-Productores: John R. Leonetti y Aaron Sims.
Productores ejecutivos: Brian Kavanaugh-Jones
IM Global &  Alliance, Films, Haunted Movies Production.  Aurum Producciones.

Intérpretes:


Patrick Wilson: Josh Lambert,
Rose Byrne: Renai Lambert,
Lin Shaye: Elise Rainier,
Ty Simpkins: Dalton Lambert,
Barbara Hershey: Lorraine Lambert,
Leigh Whannell; Specs,
Angus Sampsson: Tucker,
Andrew Astor: Foster  Lambert,
Joseph Bishara: Lipstick-Face Demon.

Sinopsis:


Josh (Patrick Wilson) y Renai (Rose Byrne) han formado una familia feliz con sus tres pequeños hijos. Después de que uno de ellos sufra un terrible accidente y quede  sumido en un coma, Josh y Renai empiezan a sufrir experiencias que la ciencia no es capaz de explicar.

Los creadores de Saw aunan esfuerzos con los productores de Paranormal Activity para llevar al espectador a un alucinante viaje por el mundo de lo desconocido.


Comentario:


No se  sabe qué intención tenía el director al  encargar o dar el visto bueno a un cartel que desorienta al espectador sobre aquello que está a punto de ver. James Wan y Oren Peli, creadores de dos grandes fenómenos, dirigidos a un público adolescente y perpetuados en forma de sagas con hasta siete entregas, de momento, como Saw o Paranormal Activity, bien como guionistas, productores o directores, dejan sentir, desde la primera secuencia, el peso estilístico y formal de sus realizaciones.  Cámaras con  vocación de domésticas, dotadas de una significación diferente a las originarias ( ¿pesadillas?, ¿invasión del mundo sobrenatural? ¿recuerdos?...), aunque aportan un nuevo objeto de percepción de la realidad como el  walkie talkie  que se pone en la habitación de los bebés, esa especie de chivato que avisa de posibles amenazas, o cualquier otro tipo de alarma que funciona en un hogar moderno.

En el diseño de los personajes introducen algunas características que no sólo no contribuyen a un mayor acercamiento al perfil de éstos, sino que llevan a la confusión, como el narcisismo de Josh (Patrick Wilson), que se arranca diariamente las canas y se cuida las 'patas de gallo', lo que le hace aparecer como 'culpable' de algo que no se sustancia bien; las cámaras al acercarse a los dos protagonistas y analizar la expresión de sus rostros, aumenta más aun la desorientación del público. Los personajes secundarios aportan el contrapunto de comicidad a la situación de terror, lo que dudo es que sea ésto precisamente lo que buscaban director y productor.

Dividen el film en dos partes. En principio se presenta como una película de casas encantadas, aunque la mansión elegida no tiene nada de gótica o abandonada; es el hogar de un matrimonio de clase media, un profesor y una pianista, que aumentan de estatus y se instalan en una casa con suelo de parquet, muebles de Ikea o similares, de madera oscura como los elementos de sustento de la casa, puertas y escaleras, de estilo joven muy cuidado, aunque parece que sí tiene un pasado que desdice a las imágenes. En la segunda parte cambian de alojamiento a una casa, más modesta, pero que rezuma hogar y  la cinta  va evolucionando hacia el género de la posesión infernal, acabando por combinar este tema con el de los viajes astrales. A medida que se va produciendo esta progresión la película va perdiendo interés, imaginación  y calidad audiovisual, hasta desembocar en un final rocambolesco, que da más risa que miedo.

En las casi dos horas que dura el film hemos visto todo tipo de cameos del cine de terror, desde fenómenos poltergeist, exorcismos, sesiones de espiritismo, imágenes de  fantasmas vistos en espejos, ventanas, grifos que gotean, y todo aquello que ha utilizado el cine del género para asustar, iincluso las niñas de 'El replandor' más creciditas. Lo malo es que detrás no hay un hilo conductor coherente, y ni siquiera la importante presencia de la madre tiene otro valor que el de un testigo que pasaba por allí, con algún que otro toque muy oscuro, como el del demonio del pelo largo. Eso sí, la historia queda abierta para otras entregas, en las que esperamos que se mejore la sincronía entre imagen y sonido a la hora de intentar  asustarnos, cosa que consiguen cuando menos lo pretenden.

James Wan y el guionista  Leigh Whannell  intentan hacer un homenaje al cine tradicional de terror de casas encantadas,   dotadas de vida y presididas por un reloj que marca sus palpitaciones, y la verdad es que se reprime bastante en la exhibición de escenas violentas. El peso del productor Oren Peli  es decisivo desde el primer minuto de metraje.

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