Juego asesino (The Watcher) . Joe Charbanic.






Ficha técnica:

Título original: The Watcher.
País: Estados Unidos.
Año: 2000.
Duración: 97 minutos.
Dirección: Joe Charnabic.
Guión: David Elliot, Clay Ayers, basado en un argumento de  Darcy Meyers y David Elliot.
Casting: Mary Jo Slater, C.S.A.
Dirección de Fotografía: Michael Chapman, A.S.C.
Música: Marco Beltrami.
Montaje: Richard Nord.
Productores: Christopher Eberts, Elliot Lewitt, Jeff Rice, y Nile Niami.
Co-productores: Jeremy Lappen y David Elliot.
Diseño de producción: Brian Eatwell y María Caso.
Productores ejecutivos: Patrick Choi y Paul Pompian.
Compañías. Producción: Universal Pictures &  Interlight, Lewitt/Eberts Production, Choi/ Niami Production. Distribución: Manga Films, Sherlock Media


Intérpretes:

Keanu Reeves: David Allen Griffin.
James Spader: Joel Campbell,
Marisa Tomei:: Polly,
Ernie Hudson: Ibby,
Chris Ellis: Holly.


Sinopsis:

Harto de perseguir asesinos en serie, el agente del FBI Joel Campbell (James Spader) se retira. Un año después una mujer aparece asesinada en su edificio y Campbell reconoce el estilo de David Allen Griffin (Keanu Reeves) , un psicópata al que persiguió durante cinco años. Este es el inicio de  un siniestro juego del gato y el ratón, en el que  Griffin envía a Campbell fotografías de sus víctimas, dándole veinticuatro horas para averiguar quiénes son  y dónde están,  antes de matarlas...

Críticas:

El film ha sido calificado de burdo y mecánico thriller, que no merecía la inversión en una película para la gran pantalla, sino que debía de haber sido producida directamente para la televisión. Keanu Rives mereció el premio Razzie al peor actor secundario del año.

Comentario: 

FIlmada con pretensiones de originalidad, con muchos barridos, flashes, cámaras en apariencia domésticas, aceleradas en planos generales nocturnos y otras 'modernidades' del orden, tanto formal como discursivamente, que es lo mismo, The Watcher es una película fallida. El personaje que interpreta Keanu Reeves es absolutamente fofo y postizo, y parece ser que comete sus asesinatos no tanto por la obsesión del psicópata  que, por razones desconocidas, mata rubias o mujeres solas, prostitutas o escolares, sino para llamar la atención de su alter ego violento, el policía, el ying y el yang de una única realidad. Para el policía el juego es su trabajo, privado de todo romanticismo.

Ni tan siquiera el despliegue policial de un montón de agentes que descienden  de  varios helicópteros a una terraza, que da  comienzo a un gran flasback explicativo de lo que se va a producir en la secuencia final, enlazada  con la primera en una estructura circular sin sentido, ni las manidas  persecueciones policiales, en las que siempre pierde el que persigue, aunque intervengan todas las fuerzas del orden de la ciudad, consigue la tensión propia de estos filmes de acción. No sé si se merecía tanto el premio Razzie Keanu Reeves, como el autor del guión y el director que lo ejecuta.

Cuesta pensar que un film tan fallido, gozaba de andamios tan sólidos como el Director de Fotografía Michael Chapman  del músico Marco Beltrami.


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