Barak Obama y el cine americano.






Hoy, día en  el que Barak Obama renueva su Presidencia de los Estados Unidos  y en el  que, tras el retraso de su oponente Mitt Romney en reconocer este triunfo, ha evocado el 'sueño americano', extendido a jóvenes y viejos, pobre y ricos, blancos y negros y a todos los marginados de su país, en un discurso que renueva la esperanza de otros muchos países del mundo, aunque amplios sectores de la prensa con intereses ajenos a lo que teóricamente se dirime en unas elecciones se irán encargando de ir reduciéndolo todo a lo pequeño,  nos sumamos a esta ola de optimismo. Desde este blog queremos reconocer el esfuerzo que han hecho los cineastas norteamericanos, entre los que también abundan los catastrofistas (Roland Emmercih, entre otros) por explicar al mundo occidental las causas de la Gran Depresión que ha traído tanta infelicidad al mundo.

Europa comienza a despertar no de su sueño, sino de su pesadilla, de un pesimismo paralizante de aquellos que se lamen  constantemente las heridas, contexto en el que sus realizadores cinematográficos han optado por la evasión más grosera o el lamento más inútil. Hilary Clinton se encargó de  advertir a Obama de que "se hace campaña con  la poesía, pero se gobierna con la prosa", y, en efecto el primer presidente negro de los Estados Unidos ya no ha entonado el 'Yes we can' con el que ganó sus primeras elecciones, pero desde el pragmatismo que impone el ejercicio del poder no ha podido evitar saludar a los marginados y excluidos de su país y ofrecerles un lugar en un mundo sostenible que lucha contra el calentamiento global. Unas pequeñas dosis de utopía que  no sientan nada mal a quien sufre.

Aunque el mundo del cine y la música ha optado  mayoritariamente por Obama, grandes actores y directores como Clint Eastwood, Chuck Norris, o la modelo Cindy Crawford han optado por Mitt Rooney.



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