Erin Brockovich. Steven Soderbergh




Ficha técnica:


Título original: Erin Brockovich,
País: Estados Unidos.
Año: 2000.
Duración:  126 minutos.

Dirección:  Steven Soderbergh
Guión: Susannah Grant.
Dirección de Fotografía: Ed Lachman, A.S.C.
Edición: Anne V. Coates, A.C.E.

Vestuario: Jeffrey Kurland,

Diseño de producción: Philip Messina.
Productores: Danny De Vito, Michael Shamberg y Stacy Sher.
Co-productor: Gail Lyon.
productores ejecutivos: John Hardy y Carlas Santos Shamberg.
Columbia Pictures. Universal.



Intérpretes:


Julia Roberts Erin  Brockovich,
Albert Finney: Ed Masry,
Aaron Eckhart: George ,
Marg Helgenberger: Donna Jensen,
Cherry Jones: ,
Veanne Cox: Theresa Dallavale,
Conchata Ferrel:  Brenda.
Tracey Walter: Charles Embry.
David Brisbin: Dr. Jaffe,

Premios:


2000: Oscar: Mejor actriz (Julia Roberts). 5 nominaciones
2000: Globos de Oro: Mejor actriz (Julia Roberts). 4 nominaciones
2000: Premios BAFTA: Mejor actriz (Julia Roberts). 6 nominaciones
2000: 2 premios National Board of Review: Mejor actriz, director (Steven Soderberg)
2000: Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor director y actriz (Roberts)
2000: Círculo de críticos de Nueva York: Mejor director (Steven Soderbergh)

Sinopsis:


Sin dinero, sin trabajo y sin conseguir una indemnización en un accidente en el que  ella no es culpable, Erin Brockovick le pide a su abogado, Ed Masry (Albert Finney), que la contrate en su despacho. Allí tropieza con unos registros médicos colocados en unos archivos inmobiliarios. 

Preguntándose el por qué, Erin convence a Ed para que le permita investigar el tema, descubriendo una tapadera que revela la existencia de aguas contaminadas en una comunidad local. Juntos de disponen a luchar por la mayor indemnización jamás conseguida en la historia de Estados Unidos: 333 millones de dólares.

Comentario:


Steven Soderbergh se inclina por el discurso de género en un film que tiene sus luces y sus sombras. Por un lado, aunque  deja claro, como hacía David Frankel en 'El diablo se viste de Prada' que el poder rechaza e inhibe la feminidad como valor y ello se refleja en las relaciones afectivas y en los principios dominantes en los sistemas de liderazgo y gestión políticos, sociales, económicos y culturales, incorpora algunas variaciones en este modelo de análisis. Erin Brockovick, Miss Wichita, consigue imponerse en el gabinete de abogacía que dirige Ed Masry (Albert Finney) con sus modales agresivos y un cuerpo dotado de tobelookdatness ( sermiradaidad o atracción pulsiva escópica), que desempodera a sus compañeras de trabajo, todas feuchas y obedientes. Demuestra que mediante el trabajo, necesario para alimentar a los hijos de sus dos matrimonios fracasados,  se puede alcanzar la dignidad y el respeto que se le negaba cuando,con su mismo cuerpo, dependía sentimentalmente de los hombres, relegada al ámbito doméstico, cuidando hijos y marido, tras renunciar  a cambiar el mundo desde su reinado  de  miss, cuya corona conserva como el emblema del engaño y escarnio social a mujeres guapas, a las que ni tan siquiera se exigen buenos modelos.

Erin guapa es y mucho, lo que le permite  introducirse por despachos y archivos negados a abogadas de uniforme y gesto estirado. Pero es aquí donde Soderbergh cae en el paternalismo, pues si bien es deseable que una mujer que, partiendo profesionalmente de los niveles más bajos de formación pueda alanzar un  gran poder en una empresa y ganar cifras astronómicas, que ahora nos parecen estratosféricas (dos millones de dólares por un solo caso), gracias a su empeño, su resolución y su trabajo, no es justo discriminar a las que se han formado en la Universidad, lo que tampoco ha sido fácil para muchas mujeres, presentándolas como incapaces de contactar con sus clientes y vestidas como la Señorita Rotenmeyer, con  traje sastre y zapatos austeros. Ni todas las  guapas,que defienden su modo de vestir y de ser, son como Erin Brockovick, ni todas las universitarias, profesionales que compiten en igualdad con los hombres en los bufetes, carecen de ímpetu, inteligencia y sensibilidad.

 En  cuanto a los hombres, Soderbergh es más equilibrado y propone un tipo de hombre que no se adapta al del  modelo patriarcal,   no sólo porque no está sometido al juego del poder, la rivalidad o  la competencia y se dedica al  cuidado de los hijos de Erin, reprochándole lo mismo que una ama de casa, representante de la clase media americana, le echaría en cara a su marido: sus largas ausencias, el poco tiempo que dedica a él y a sus hijos, etc.Pero da un paso más y convierte a George en un motero con tatuajes, pelo largo,  que puede vivir sin trabajar, pero eso sí  sin depender económicamente de la mujer, a la que incluso puede regalarle joyas. Además frente a él, el hombre conservador, clásico, que personifica Albert Finney, es comprensivo, admira a Erin sin sentirse atraído por su físico, al menos hasta el punto de perder los papeles, le consiente que haga el trabajo a su manera, la convierte en su socio y la hace rica. Los hombres están salvados, las mujeres, si son poco atractivas, lo tienen crudo, y más si van a la Universidad.


Lo cierto es que la crítica la recibió como una película muy divertida, alguno como un cuento feminista. A. O. Scott de The New York Times lo resume bien: "Erin Brockovich: altos ideales, y tacones más altos aún. (...) Cuando una película tan ardiente abraza todos los clichés que se ponen por su camino, ¿qué puede hacer este crítico desventurado? 'Erin Brockovich' te hará reir. Te hará llorar. Te hará levantarte y aplaudir. Es la película para sentirte bien del año." (Filmaffinity)


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