La Boutique. Luís García Berlanga.







Ficha técnica:

Título original:  Las pirañas (La Boutique )
País: España. Co-producción Hispano-Argentina.
Año: 1967.
Duración: 90 Minutos.
Dirección: Luís García Berlanga.
Argumento, guión y diálogos: Rafael Azcona y Luís Garcvía Berlanga.
Director de Fotografía: Americo Hoss, A.D.F.
Escenografía: Gori Muñoz.
Montaje: José Luis Matesanz y Jorge Gárate.
Música: Astor Piazolla.
Jefe de Producción: Ricardo Nieto.
Director General de Producción:  Marciano de la Fuente.
Vestuario: Sebastián Cánovas,
Maquillaje:  Marisa Lassaga.
Peluquería. Uldarisa Carrasco.
Tribanda Pictures. Estudios: Argentina Sono Film.

Intérprertes:

Sonia Bruno
Rodolfo Beban
Ana María Campoy
Osvaldo Miranda
Marilina Ross
Juan Carlos Altavista
Dario Vittori
Lautaro Murua

Sinopsis:

Ricardo, hombre de negocios, está casado con Carmen. Mientras ella se aburre,el marido se divierte con las carreras de mini-coches, y algun flirteo marginal al matrimonio. La doctora Fuentes descubre las infidelidades de su yerno  hacia su hija y  decide intervenir. Habla con él y le explica que Carmen padece una enfermedad incurable y progresiva. Para hacerle la vida agradable a su mujer, descuida su negocio y le pone una boutique. Esto desata una nueva reacción. Carmen se interesa por Carlos, el arquitecto-decorador de la boutique. Ricardo encuentra  en la joven empleada de la tienda, Pity, un atractivo y posible futuro.

Carmen se entera de la invención de su madre y decide fingir delante de su marido, así lo tendrá prisionero para siempre. Después de ésto, Ricardo intentará un asesinato perfecto.

Comentario:

¿Cómo podríamos calificar una película que comienza ,llamándose 'La víctima', después 'Las pirañas' y acaba con el más neutro de todos los títulos  posibles: La boutique? Berlanga recoge la revolución feminista que estaba en marcha en todos los aspectos, en tono irónico y con una pátina de misoginia. Carmen (Sonia Bruno) comienza siendo un ama de casa complaciente y conformista y acaba como  una empresaria de look popero, liberada, que se hace implantes mamarios y que ve a los hombres como un objeto para su propio placer. En la primera secuencia y en apenas unos minutos,  la madre de la protagonista, una auténtica piraña, una ginecóloga en activo,  lanza tres mensajes demoledores sobre la maternidad. En primer lugar, cuando enseña un niño recién nacido a una madre, le pregunta: ¿le gusta?, a lo que la parturienta responde: ¡Qué remedio!; mientras camina por el pasillo con su hija, que le invita a salir del hospital, le informa de que tiene un parto de trillizos, a lo que añade un caústico comentario: "La venganza de la píldora". Por último, mientras siguen caminando se oye un grito y aclara: "El parto sin dolor". El juicio sobre  los avances sociales que se estaban produciendo no puede ser más cínico,  bizarro y negativo.

Pero cuando la doctora Fuentes se muestra como una mujer más que pragmática indecente y deshonesta  es  al mentir a su yerno y hacerle creer que su hija tiene una enfermedad incurable, un esclerosis múltiple que va a acabar con ella en cuatro meses, sellando con el hombre un pacto de silencio para mantener la felicidad de su hija hasta el próximo final. Esta situación desequilibrada, en la que el marido, a pesar de sentir que el amor se ha terminado y  desear el contacto con  otras mujeres, se muestra respetuoso con la 'enferma' y satisface sus caprichos, mientras la esposa comienza  a adquirir seguridad en sí misma y a jugar con sus sentimientos, es poco verosímil y da una imagen muy negativa, de piraña, de las mujeres. De esta forma el realizador valenciano muestra el lado más perverso de las féminas , no sólo en su  relación  con los hombres  sino en lo que se refiere a la sensibilidad social hacia  los trabajadores, cuyo paradigma es   la esposa del socio de Ricardo, que aconseja más palo y  menos  convenios colectivos, mientras se tuesta al sol en su yate.

Un paseo por un museo de arte moderno nos recuerda  las aportaciones al mundo de la cultura de Saura y su realismo salvaje, y de Manuel Benitez 'El Cordobés', a los  que el cineasta hace un homenaje que permite situar su film en la modernidad que seexpandía por Europa, donde se estaba gestando ya el Mayo Francés de 1968. Berlanga coqueteaba con la  progresía  de la transición a la democracia, con películas como Los jueves milagro, Bienvenido Mister Marshal o El Verdugo, pero también mostraba ese lado oscuro y misógino, un guiño al sector más conservador de la sociedad española, a la que muestra vestida en las playas en Novio a la vista (1953), y sólo catorce años después con las minifaldas más cortas que se han conocido en un país en el que era de perfecta aplicación la ley del péndulo, según la cual se pasó del hábito de San Antonio a enseñar las bragas. En 1973 realizó el film más iconoclasta e irreverente, eso sí en Francia, cuando el dictador iniciaba la recta final hacia la muerte, que aún sigue escandalizando a algunos y que fue calificada de cine erótico: Tamaño natural.



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