Los implacables. Raoul Walsh.





Ficha técnica:

Título original: The Tall Men.
País: Estados Unidos.
Año: 1955.
Duración:  122
Dirección: Raoul Walsh.
Guión: Sydney Boehm y Frank Nugent, basado en la novela de  Clay Fisher.
Música: Victor Young.
Director de Fotografía: Leo Tobver, A.S.C.
Director artístico: Lyle R. Wheeler y Mark - Lee Kirk.
Efectos fotográficos especiales: Ray Kellogg.
Decorador del set: Walter M. Scott y Chester Bayhi.
Editor: Louis R. Loeffler.
Vestuario: Travilla
Maquillaje: Ben Nye.
Peluquería: Helen Turpin.
Sonido: John D.Stack, Harry M.Leonard.
Producción: William A.Bacher y William B. Hawks.
Twentieth Century Fox.





Intérpretes:

Clark Gable: Coronel Ben Allison,
Jane Rusell:: Nella Turner,
Robert  Ryan: Nathan Stark,
Cameron Mitchell: Clint Allison,
Juan García: Luis,
Harry Shannon: Sam Cattleman,
Emile Meyer: Chickasaw Charlie,
Steve Darrell: Coronel Norris.

Sinopsis:


Recién terminada la Guerra Civil americana (1861-1865), dos ex-combatientes atracan a un  'capitalista' de la época, un  hombre que  se propone la difícil tarea de conducir ganado desde Texas hasta Montana. Para ello deberán luchar contra los forajidos, los indios y la propia Naturaleza. Uno de ellos, Ben Allison (Gable), ayudado por su hermano Clint (Cameron Mitchell), habían iniciando un camino hacia la delincuencia, pero para ello tendrá que asociarse con Nathan Stark (Ryan), un importante ganadero que tiene que conducir una gran manada. Durante el peligroso viaje, entre ellos surgirá, además, una gran rivalidad por el amor de la hermosa Nella (Jane Russell). 

Comentario.

El film de Raoul  Walsh, tiene cualidades destacables y aspectos afortunadamente muy desfasados en la actualidad, que prueban que el ser humano, aunque a trompicones y dando pasos hacia adelante y hacia atrás, sigue avanzando. El director de Murieron con las botas puestas o Cheyenne,  capta con sus cámaras una naturaleza desbordante, en la que se desenvuelven ganaderos y enormes manadas de animales, vacas o caballos, sorprendentemente dóciles y dirigidos por unos cuantos hombres adiestrados, que  salvan los niveles del  terreno, haciendo descender con cuerdas los carromatos en los que transportan  enseres, víveres y en algunos casos mujeres y niños.  El espectáculo está garantizado cuando estos ganados cruzan los grandes ríos, de cuyas aguas sobresalen a duras penas las cabezas que elevan para no morir ahogados. El triunfo sobre el jefe indio Nube Roja  mediante  una estampida provoca imágenes memorables de hombres tomados en escorzos imposibles sucumbiendo ante el ganado.

Pero la historia de amor entre un Clark Gable envejecido, esbozando más que una sonrisa picarona una mueca desagradable, un matón irredento acompañado de un hermano absolutamente descerebrado al que protege como a un escolar, eso sí, flanqueado por dos pistolas y armado con una botella de whisky, es infumable. La mujer, interpretada por Jane Rusell tampoco se queda atrás. Siempre bañándose en una coqueta bañera que lleva en el carro, cantando para provocar a los tres hombres que giran a su alrededor, una exploradora que no hace otra cosa que cambiar de vestidos, ponerse corsés, soñar con un millonario y generar problemas. El rico aparece como el único civilizado, dispuesto a casarse con la deseada mujer y a saldar cuentas con los dos hermanos.

El apoyo de que goza el héroe, Coronel Ben Allison (Clark Gable), de los mejicanos que militaron en un grupo de rebeldes del Sur, roza el servilismo mas radical; Stark (Robert Ryan) es el capitalista de una actividad que desconoce tanto como su socio, pero éste tiene los arreos que al otro le faltan y la fidelidad de sus hombres. No hay que olvidar que  la única actividad que ha realizado el coronel en los últimos cuatro años ha sido la guerra y el expolio de los vencidos, como prueba el pequeño botín arrebatado a los yanquees,( una espada, un reloj y alguna que otra bagatela), que vende al dueño de un saloon, en cuyo interior funciona una especie de banco con caja fuerte, del que extrae sus fondos Stark para financiar su negocio. Pertrechado con un discreto cinturón que esconde debajo de su casaca, será víctima de un atraco por parte de los dos hermanos, a los que para escapar hace socios de su empresa. En el trayecto el protagonista demuestra que carece de todo tipo de escrúpulos y exhibe una valentía suicida, acompañada de sueños muy modestos, como comprar un pequeño rancho en su pueblo, en Texas, lo que le enajena el amor de la dama. Las imágenes de acercamiento amoroso son abominables y prueban el desprecio que muchos realizadores mostraron hacia las  mujeres durante décadas; si  Jane Rusell  hubiera tenido la edad de  Clark Gable el film resultante hubiera sido muy diferente: el amor a la tercera edad. Así son las cosas, yasí las siguen viendo  amplios sectores de la sociedad.





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