Todo está iluminado.Liev Schreiber.
Ficha técnica:
Título original. Everything is illuminated.
País: Estados Unidos.
Año: 2005.
Duración: 106 minutos.
Dirección: Liev Schreiber.
Guión: Liev Schreiber, basado en la nov ela de Jonathan Safran Froer.
Casting: Avy Kaufman.
Dirección de Fotografía: Matthew Libatique, A.S.C.
Música: Paul Cantelon. Supervisor: Susan Jacobs.
Edición: Craig McKay, A.C.E. y Andrew Marcus.
Producción: Marc Turtletaub, Peter Saraf.
Diseño de producción: Mark Geraghty.
Productor ejecutivo:: Matthew Stillman.
Co-productor: David Minkowski; Tom Karnowski.
Productores asociados: Kelley Cribben.
Vestuario: Michael Clancy.
Warner Independent Pictures., Big Beach Production
Intérpretes:
Elijah Wood: Jonathan Safran Foer,
Eugene Hutz: Alex.
Boris Leskin: Abuelo, Alexander Baruch Perchov.
Laryssa Lauret: Lista
Oleksandr Choroshko; Alexander Percho (( padre).
Jana Hrabetova: Abuela de Jonathan,
Stepan Samudovsky: abuelo de Jonatahn Safran.
Sinopsis:
Jonathan (Elijah Wood )está obsesionado con recordar el pasado y coleccionar objetos que rememoren su infancia y su familia. Su nuevo propósito es encontrar a la mujer que salvó la vida de su abuela en una pequeña localidad ucraniana, arrasada por el ejército nazi durante la Segunda Guerra Mundial, en 1942. Acompañado por un conductor narcoléptico (Boris Leskin) y un traductor con nulos conocimientos (Eugene Hutz), lo que intenta ser un un intento por recuperar sus raíces familiares acabará por convertirse en una odisea mágica con una impactante serie de revelaciones: el legado del Holocausto, la importancia del recuerdo, la peligrosa naturaleza de los secretos, el significado de la amistad y, lo que es más importante, del amor. Un viaje que le llevará donde nunca hubiera imaginado.
Comentario:
Son muchas y muy complejas las cuestiones que se plantea el ser humano como objeto de reflexión, y en consecuencia son también numerosas las ventanas que un cineasta pueda abrir al mundo. Con una estética surrealista, unas veces a nivel de subconsciente y otras de carácter más onírico, como esas inquietantes imágenes en las que vemos a Jonathan de espaldas ante las aguas de un río que discurren arrastrando miles de bolsitas de plástico, que contienen objetos que pertenecieron a alguien que ya no está, tal y como él mismo lo hace, mientras en la otra orilla le observa su propia imagen, como reflejada en un espejo.
Parapetado tras sus gafas de miope y atendiendo al último deseo de su abuela, decide ir a Ucreania en busca de una persona que aparece en una fotografía junto a su abuelo. Sirviéndole de guía Alex, un joven ucraniano, su abuelo Alexander Baruck Perchov y un perro, al que llama Sammy Davis Jr.Jr. , todos judíos como él, se desplazan en un viejo automóvil, en busca de un lugar, Trachimbrod, atravesando campos de girasoles, hasta que encuentran a una anciana, que les da todas las claves para interpretar el objeto de su búsqueda. Coleccionista como Jonathan, es decir, 'guardianes de la memoria histórica ', cada pequeño objeto lo conservan para no olvidar nunca, y estos pequeños hallazgos no se han conservado para que el que los descubra sepa que esas personas existieron, sino que están ahí, enterrados, para que los que tienen interés los descubran. Ellos han llegado a Trachimbrod porque el lugar existe y fue testigo del holocausto nazi. Todos los que participaron en el hallazgo estarán unidos por esta experiencia para siempre.
Esto es algo que va a descubrir el joven ucraniano, un recién incorporado a la cultura occidental y norteamericana, vestido con ropa deportiva, gran bailarin de hip-hop, admira el cine de Hollywood, y a la vez conserva restos de la ostentación rusa, como cadenas gruesas, dientes y pendientes de oro, propios de pueblos de economía menos desarrollada. Alex narra en cinco capítulos la experiencia con Jonfen, como él llama a Jonathan Safran Foer, en esta road movie surrealista, en la que el americano rico, que busca a sus antepasados judíos asesinados en la antigua URSS, vegetariano, raro incluso para un occidental, es un ser que excarva en un pasado que nunca había interesado al ucraniano hasta ese momento.
La secuencia final nos hace dudar de todo lo que hemos visto, cuando se concentran en el aeropuerto actores secundarios que habíamos visto antes; el hecho de que nos encontremos con Jonathan en el cementerio, ante la tumba de su abuelo, al comienzo y al fin del film no nos permite deducir con seguridad ni que todo el relato ha sido un gran flashback o un sueño, ni tan siquiera un relato lineal. La socrática muerte del abuelo, Alexander Baruch Perchov, y sus conversaciones en secreto con la hermana de Augustine, dejan misterios del alma humana por desvelar, aunque su simple nombre inscrito en la lápida funeraria revela muchas cosas que él prefirió ocultar a su nieto. Pero ante todo es una loa a todos aquellos que se esfuerzan por recuperar la memoria histórica de los pueblos; Alex, un joven despreocupado hasta ese momento, resume su experiencia con una afirmación: " Todo está iluminado con la luz del pasado".
Film extraño, que consigue que el espectador se fije más en las relaciones y el perfil humano de los personajes, gracias a la difícil sencillez de un director con las ideas muy claras, una foografía y unas texturas que transmiten esa complejidad tranquila de quienes buscan simplemente el descanso y la paz con los suyos, claramente expuestos por el americano, intrínsecamente protegidos en su interior por el ucraniano mayor, que se mueve en apariencia por motivos económicos: ganarse algún dinero ayudando a judios ricos a encontrar los restos de los suyos.
Son muchas y muy complejas las cuestiones que se plantea el ser humano como objeto de reflexión, y en consecuencia son también numerosas las ventanas que un cineasta pueda abrir al mundo. Con una estética surrealista, unas veces a nivel de subconsciente y otras de carácter más onírico, como esas inquietantes imágenes en las que vemos a Jonathan de espaldas ante las aguas de un río que discurren arrastrando miles de bolsitas de plástico, que contienen objetos que pertenecieron a alguien que ya no está, tal y como él mismo lo hace, mientras en la otra orilla le observa su propia imagen, como reflejada en un espejo.
Parapetado tras sus gafas de miope y atendiendo al último deseo de su abuela, decide ir a Ucreania en busca de una persona que aparece en una fotografía junto a su abuelo. Sirviéndole de guía Alex, un joven ucraniano, su abuelo Alexander Baruck Perchov y un perro, al que llama Sammy Davis Jr.Jr. , todos judíos como él, se desplazan en un viejo automóvil, en busca de un lugar, Trachimbrod, atravesando campos de girasoles, hasta que encuentran a una anciana, que les da todas las claves para interpretar el objeto de su búsqueda. Coleccionista como Jonathan, es decir, 'guardianes de la memoria histórica ', cada pequeño objeto lo conservan para no olvidar nunca, y estos pequeños hallazgos no se han conservado para que el que los descubra sepa que esas personas existieron, sino que están ahí, enterrados, para que los que tienen interés los descubran. Ellos han llegado a Trachimbrod porque el lugar existe y fue testigo del holocausto nazi. Todos los que participaron en el hallazgo estarán unidos por esta experiencia para siempre.
Esto es algo que va a descubrir el joven ucraniano, un recién incorporado a la cultura occidental y norteamericana, vestido con ropa deportiva, gran bailarin de hip-hop, admira el cine de Hollywood, y a la vez conserva restos de la ostentación rusa, como cadenas gruesas, dientes y pendientes de oro, propios de pueblos de economía menos desarrollada. Alex narra en cinco capítulos la experiencia con Jonfen, como él llama a Jonathan Safran Foer, en esta road movie surrealista, en la que el americano rico, que busca a sus antepasados judíos asesinados en la antigua URSS, vegetariano, raro incluso para un occidental, es un ser que excarva en un pasado que nunca había interesado al ucraniano hasta ese momento.
La secuencia final nos hace dudar de todo lo que hemos visto, cuando se concentran en el aeropuerto actores secundarios que habíamos visto antes; el hecho de que nos encontremos con Jonathan en el cementerio, ante la tumba de su abuelo, al comienzo y al fin del film no nos permite deducir con seguridad ni que todo el relato ha sido un gran flashback o un sueño, ni tan siquiera un relato lineal. La socrática muerte del abuelo, Alexander Baruch Perchov, y sus conversaciones en secreto con la hermana de Augustine, dejan misterios del alma humana por desvelar, aunque su simple nombre inscrito en la lápida funeraria revela muchas cosas que él prefirió ocultar a su nieto. Pero ante todo es una loa a todos aquellos que se esfuerzan por recuperar la memoria histórica de los pueblos; Alex, un joven despreocupado hasta ese momento, resume su experiencia con una afirmación: " Todo está iluminado con la luz del pasado".
Film extraño, que consigue que el espectador se fije más en las relaciones y el perfil humano de los personajes, gracias a la difícil sencillez de un director con las ideas muy claras, una foografía y unas texturas que transmiten esa complejidad tranquila de quienes buscan simplemente el descanso y la paz con los suyos, claramente expuestos por el americano, intrínsecamente protegidos en su interior por el ucraniano mayor, que se mueve en apariencia por motivos económicos: ganarse algún dinero ayudando a judios ricos a encontrar los restos de los suyos.
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