Un método peligroso. David Cronenberg.





Ficha técnica:



Título original: A Dangerous Method.

País: Reino Unido.

Año: 2011.

Duración: 93 minutos.

Director:  David Cronenberg.

Guión:  David Cronenberg, basado en la obra  de teatro " The Talking Cure"   de  Christopher Hampton, basada en el libre " A  Most Dangerous Method"  de John Kerr..
Casting: Deirdre Bowen.

Música:  Howard Shore.

Fotografía:  Peter Suschitzky.

Productor: Jeremy Thomas.
Co-productor:  Marco Mehlitz Martin Katz.

Montaje: Ronald Sanders CCE, ACE
Productores ejecutivos: Thomas Sterchi Matthias Zimmermann, Karl Spoerri. Stephan Mallmann y Peter Watson.
Productores asociados: Richard Mansell.

Diseño de producción: James McAteer.

Co-producción Canadá-Reino Unido-Alemania-Suiza; Recorded Picture Company (RPC) / Lago Film / Prospero Pictures / Millbrook Pictures.

Intérpretes



  Keira Knightley: Doctora Saina Spielrein,, 
 Viggo Mortensen,: Doctor Sigmund Freud,
 Michael Fassbender: Carl Gustav Jung,
 Vincent Cassel: Dr. Otto Gross,
 Sarah Gadon: Emma Jung,
 Katharina Palm:: Martha Freud,
 Christian Serritiello: Oficial del Barco,,
 Andrea Magro: Jean Freud
 Bjorn Geske: Orderlies,
 Franziska Arndt: Enfermera Bath,
 Wladimir Matuchin: Nikolai Spielrein.


 Webo oficial:  http://adangerousmethod-themovie.com/

 Premios:

2011: Festival de Venecia: Sección oficial largometrajes a concurso
2011: Festival de Toronto: Sección oficial largometrajes a concurso




Sinopsis.

Un método peligroso  gira en torno  a las relaciones entre Carl Gustav Jung (Michael Fassbender), Sigmund Freud (Viggo Mortensen) y Sabiena Spielrein (Keira Knightley) , una poderosa historia de descubrimiento sexual e intelectual basada en acontecimientos reales a partir de la turbulenta relación entre los tres. A este trío se añade Otto Gross (Vincent Cassel), un paciente libertino, también psicoanalista,  decidido a traspasar todos los límites.

Comentario.

El film parte de unas imágenes de Sabina ( Kira Knightly )  víctima de un brote  psicótico, una paciente, que pronto se va a convertir en el vértice de un triángulo intelectual  que integra un dúo sentimental que, sin tener en cuenta otras consideraciones de índole social, política y sentimental acabará haciendo añicos la relación entre los hombres que cambiaron definitivamente la forma de tratar a los pacientes con enfermedades mentales, tras el estudio de las causas que la originaron. El nazismo truncó todos estos progresos, al menos en Europa, no así en Norteamérica, saludada por Jung y Freud como  la  sede  del progreso, emblematizada por la Estatua de la Libertad, especialmente desde que el viejo continente se  enfrascó en una guerra fraticida y sangrienta. Ya nunca ha recuperado ese papel de locomotora de la Historia, que  reclamaba  Lars Von Trier en su película Europa  (1991).

El destino de estos hombres fue trágico: Otto Gross (Vincent Cassel)  murió de hambre en 1919; Sigmund Freud fue expulsado de Viena por Hitler y murió en Londres en 1939; Sabina Spielrein  que había vuelto a su país y  practicaba el psicoanálisis en Rusia, fue asesinada con sus dos hijas en una sinagoga judía por las tropas de ocupación alemana. Sólo Carl Gustav Jung, un rico ario se salvó de la zarpa nacionalsocialista. Tras superar una crisis nerviosa se convirtió en el psicólogo más famoso del momento. Sabina Spielrein era  una joven estudiante de psiquiatría  que disfrutaba con el sexo humillante y sado, pasión que vivía de forma enfermiza y  que nació de los abusos paternos en forma  de  palizas que  éste le propinaba para las que le hacía desnudarse desde los cuatro años. Aunque a ella le gustaba acaba viviéndolo como un tormento insoportable que deforma todo su cuerpo.  El Doctor Jung, le aplica el método freudiano llamado . la 'cura del habla', y a lo largo del tratamiento acabará atraído por las prácticas sexuales de  su paciente, pero lo que hay en él de 'cobarde, autosuficiente, burgués y filiteo derivará  pronto   hacia la psicología analítica, de los complejos o profunda, incorporando ,  en su metodología nociones procedentes de la antropología, la alquimia, los sueños, el arte, la mitología, la religión y la filosofía. Esta   deriva intelectual  molestó al creador del psicoanálisis que no aceptó su misticismo de segunda y su chamanismo mesiánico', así como su actitud vital brutal y mojigata; Freud y Sabina eran judíos y ante la crisis generalizada  en todas las áreas eonómicas y del pensamiento, no sólo sus análisis eran certeros, sino que necesariamente conducían a diferentes orientaciones de su disciplina: Jung  indicaba a los pacientes el camino que debían seguir para su curación.  Freud  era más cientifico y su receta consistía en entender el mundo y aceptarlo, el único camino que conducía a la salud psíquica. El atribuir la mayor parte de los traumas a la sociedad patriarcal y a la represión sexual, le generó prolbemas no sólo cidentíficos, sino políticos, que entrañaban recortes en la libertad de expresión de los colegas científicos, que anuncia  un sueño de Jung que transmite a  sus colegas camino de New York y que anuncia claramente que se acercan severas restricciones a sus intercambios científicos.


En los márgenes del  debate entre los dos grandes reformadores de la psiquiatría Otto Gross será el encargado de señalar la fractura entre lo que la sociedad burguesa denomina madurez, que en realidad supone la rendición del individuo, y la búsqueda de aquello que le da placer;  Sabina Spielrein intenta establecer un lazo entre el sexo y la muerte  estimulado por los impulsos de destrucción y autodestrucción que empuja al hombre a perderse en el otro, destruyendo la propia individualidad, por razones egoístas no sociales, un planteamiento opuesto al de Freud.

 El espectador verá a Jung violando todas las normas de la moral cristiana, pero las contradicciones entre sus principios y sus deseos le apartarán de Freud y  del psicoanálisis, introduciéndose por el camino de la metafísica y la parapsicología, y le  conducirán por la senda de la depresión. Rota su  pecaminosa y placentera relación con Sabina se esforzará  en demostrar la conexión funcional entre la estructura de la psique y la de sus productos, es decir, sus manifestaciones culturales. Hoy, cuando se cree superado el  debate de estos científicos, gran parte de la sociedad se encuentra en estadios prefreudianos y un film como el de Cronenberg sigue levantando polémica, confundiéndose el comportamiento natural, biológico,  de los humanos con constructos culturales creados para la preservación de la  familia ded carácter patriarcal. El director nos muestra a un Freud celoso del cientifismo de su propuesta, del aislamiento de sus posiciones entre la clase médica. Frente a él una mujer, Sabina, cuya expresión física deformada manifiesta el tormento interior por el rechazo de  sus inclinaciones y deseos sexuales, fomentados por el padre. Un público al que le interesa este debate más que la historicidad del relato, sigue atento los diálogos y el desarrollo de la historia, filmada en 35  milímetros; un cine de encuadre, sereno,  en el que la cámara escruta los mínimos gestos de los personajes, recreándose en la avidez de Jung que, manifiesta su insatisfacción  cuando sentado  alrededor de una mesa repleta de comensales, sólo piensa en satisfacer su apetito,   despreciando el de los demás, al que una panorámica muestra sorprendidos. Esta secuencia distendida  atenúa la gravedad del discurso predominante a lo largo de la película, civilizado y didáctico, que Jordi Costa considera aconsejable llevar incluso a las escuelas.


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