Robert Zemeckis. El futuro del cine.







Robert Zemeckis, en la entrevista que concede a Gabriel Lerman, (Dirigido por...Diciembre 2012), se lanza a augurar el futuro del cine en la nueva era tecnológica.

"Yo creo que el cine que conocimos durante toda la vida va a ser muy diferente en el futuro. La mayoría de las películas se van a ver en un ordenador o un aparato digital, y aunque los cines no van a desaparecer, van a ser muy pocos los que seguirán funcionando. Las películas que se estrenen van a ser  contadas y muy costosas, y permanecerán en cartel durante más tiempo que como ocurre ahora. Y todo lo demás va a estar en Internet."

"Pero en el futuro va a ser cada vez más común una especie de guiso digital, en donde todas las herramientas se van a usar  en una cacerola gigantesca donde habrá actuaciones de actores de carne y hueso, animación, captura de movimiento, y todo se va a combinar para crear un nuevo tipo de imagen cinematográfica."

Si atendemos a estas profecías, que no lo son tanto, puesto que ya se están dando los primeros síntomas, habrá que tener en cuenta una serie de consideraciones:

  1. Se afianza el cine como espectáculo, en el sentido de evento para una élite que podrá pagar la entrada para ver productos elaborados con muchos recursos, y que no comportan tan sólo el hecho visual más o menos conseguido, sino la movilidad del espectador y las relaciones sociales que se pueden establecer dentro de la sala de proyecciones, de gentes que ríen los mismos gags o lloran con los mismos dramas, y comentan lo que han visto al  acabar la proyección. Además de lo que supone de visión anti-distópica de una sociedad como la que avanza Wall-E, (Andrew Stanton), sentada delante de su ordenador, gorda por ausencia de ejercicio y aislada de los demás.
  2. Potenciación de una cultura de masas, en la que la mayor parte de las realizaciones, si se cumple el pronóstico de Robert Zemeckis,  serán concebidas para ser vistas en la pantalla de un ordenador, lo que implica incluso cambios posturales, consumo aislado de historias, (es más incómodo sentarse en torno a un ordenador que  frente a un televisor, aunque la tecnología permite conectar los equipos), lo  que necesariamente influirá en los contenidos que se oferten.
  3. Que al final, igual no está tan mal hacerse con una videoteca que te permita disfrutar de los placeres de las élites. Todos sabemos que el teatro ha quedado reducido a un público muy restringido, generalmente por su precio prohibitivo para las masas, lo que ha incidido en una pérdida mayoritaria del gusto por esta forma de representación de la realidad. Cuando uno acude al cine, especialmente en épocas  navideñas que, independientemente de las creencias y   en base a una convención invisible, muchos han decidido que es el momento de generar ilusión y transmitir magia a las mentes infantiles, para evitar que la mayoría se convierta en los niños que imaginó Huxley, a los que asustaban los colores porque habían sido educados para sumir la pobreza y el abuso laboral, comprobamos con tristeza lo oneroso que resulta para muchas familias pagar la entrada de tres o cuatro miembros para ver un film en 3D.¿Qué ocurrirá cuando se cumpla el pronóstico de Zemeckis? Sencillamente que habrá que montárse las ilusiones en casa. La evolución económica nos demuestra que no es necesario colocar dispositivos que produzcan descargas eléctricas, si te acercas a objetos luminosos; basta con manipular los mercados, la oferta y la demanda, desde el poder.


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