Seabiscuit, más allá de la leyenda. Gary Ross




Ficha técnica:

Título original: Seabiscuit. Más allá de la leyenda.
País: Estados Unidos.
Año: 2003.
Duración:
Dirección: Gary Ross. (Los  Juegos del Hambre).
Guión: Gary Ross, basado en la novela de Laura Hillenbrand.
Casting: Debra Zane, C.S.A.; Terry Taylor.
Dirección de Fotografía: John Schwartzman, A.S.C.
Música:  Randy Newman.
Edición: William Goldenberg, A.C.E.
Productores_ Kathleen Kennedy y Frank Marshall; Gary Ross y Jane Sindell.
Co-Productor: Patricia Churchill.
Productor ejecutivo: Allison Thomas, Gary Barber, Roger Brinbaum, Tobey Maguire, Robin Bissell.
Diseño de producción: Jeannine Oppewall.
Vestuario: Judianna Marovski
DreamWorks Pictures, Spyglass Entertainment, Larger Than  Kennedy - Marshall Distribución: United International Pictures. 










Intérpretes:

Narrador: David McCullough.
Tobey Maguire: Red Polard.
Chris Coope_ Tom Smith,
Jeff Bridges: Charles Howard,
Elizabeth Banks: Marcela Howards,
Gary Stevens: George Woolf.
William H.Macy: 'Tic-Tock' McGlaughlin.






Narrador: David McCullough, autor, narrador y lector estadounidense Ha obtenido en dos ocasiones el premio Pulitzer y el National Book Award, además de recibir la Medalla Presidencial de la Libertad, el reconocimiento más grande a un ciudadano en los Estados Unidos. (Wikipedia).


Sinopsis:

Seabiscuit es una estimulante y victoriosa historia real del poder que tienen la esperanza y el valor para convertir los sueños en realidad. Tres hombres: Johnny 'Red' Pollard (Tobey Maguire), un joven hundido; Charles Howard (Jeff Bridges), un millonario que lo había perdido todo y Tom Smith (Chris Cooper), un vaquero cuyo  mundo se estaba viniendo abajo por momentos, se encuentran y descubren la esperanza en un miserable hipódromo.




Comentario:

El éxito de su último film, Los juegos del hambre, despierta la curiosidad  de los espectadores sobre su director, Gary Ross, un director y guionista de cine y televisión, y comenzamos por  Seabiscuit, una película  producida  por Katheleen Kennedy y Frank Marshall, e introducida por un narrador-lector profesional, un  escritor intelectual reconocido por las más altas instituciones nortamericanas de la cultura, representando una figura poco habitual en el cine con estas características, David McCullough.

Mediante una semantización de color va alternando imágenes reales de la sociedad que retrata, con las ficticias de su narración. Ambos tratamientos confluyen en el cine, al que acuden los protagonistas, en color, mientras las imágenes de la pantalla, en blanco y negro,  en forma de  falso documental o documental dramatatizado nos muestran personajes de la ficción, a modo de informativo de interés para los espectadores.

El personaje narrador comienza ubicando la historia fílmica en su contexto histórico, el del desarrollo industrial americano, la aparición de las cadenas de montaje, parodiadas por Charlot en 'Tiempos modernos', la producción de coches en serie y el consecuente nacimiento y muerte de la imaginación. En esta tierras de las oportunidades el país se iba encogiendo y había que emigrar para hacer fortuna . El norteamericano todavía creía en el desarrollo sostenible, y el padre de Red Polar hacía repetir a sus hijos, que cuando uno había llegado a lo más alto, sólo nos queda levantarnos y comprobar las cotas que aún quedan por alcanzar.

Los viejos vaqueros como  Thom Smith, ven que el negocio de los caballos, como  elementos de tracción o transporte,  se ha reducido hasta su práctica desaparición, al tiempo que se han cercado los campos con alambres con pinchos, que impiden  el libre vagar por las tierras. Esta lucha heróica se produce entre quienes no se resisten a morir como como de producción y quienes avanzan inexorables y sin prejuicios, hasta que encuentran el mayor de los frenos:el crack de la Bolsa de New York, el viernes negro de 29 de octubre de 1929; en mediodía se habían liquidado todas las ganancias del año anterior, y, en muy poco tiempo, el paro ascendió al 25 %. Las familias arruinadas se lanzaron a la carretera, con lo único que habían  logrado mantener: su automóvil , y crearon una nueva definición de familia. Esta situación fue perfectamente captada por John Ford en 'Las unvas de la ira' (1940). Comienzan a hacerse visibles imágenes que ilustran la crisis actual, como los comedores populares.

A partir de este momento Gary Ross va a desarrollar una hermosa metáfora del enfrentamiento entre los ricos, los de sangre azul, aquellos a los que nunca afectan las crisis, excepto en etapas revolucionarias,  entre tres hombres y un caballo, gente pequeña, incluso con problemas físicos, bagaje al que el animal une su holgazaneria primero y su amargura y furia por la marginación después, y los vencedores, grandes,  elegantes, pero carentes de la rabia necesaria para jurárselo todo en una segunda oportunidad en la vida.Mediante una edición significativa, William Goldednberg va asociando las imágnes de la crisis y el esfuerzo de solidaridad de sectores sociales, con el de los protagonistas del film, apoyados en un hombre utópico, que cree en el sueño americano, el de la gente corriente que puede alcanzar cualquier cima si se lo propone, y está dispuesto a invertir su fortuna en esta empresa. Es ese empresario que Fourier esperaba que hubiese aparecido en su vida, que no cree en los privilegios de cuna, ni en la especulación financiera, sino en el trabajo sin tregua de hombres a los que había hundido la crisis y tenían derecho a esa segunda oportunidad.

Todos los del grupo que gira en torno a Seabiscuit, incluido el mismo, han sufrido graves tropiezos en su vida, pero luchan por no permanecer atascados en el pasado, lo que supone una reeducación para la vida. El resultado serán  esos handicaps o carreras en hipódromos que por primera vez se abrirán a la gente sencilla; el triunfo no será fácil, y tendrán más de un fracaso, pero el director quiere ponerlo en la mano de estos 'caballos perdedores', que desde lo más bajo, alcanzan la cima con empeño y con trabajo. Ideas que Gary Ross traslada a su público con elegancia, sencillez y con la tensión  y la imaginación necesaria, así como la  capacidad  para crear una historia sobre un concepto tan humano, como  el necesario resarcimiento de las víctimas de las crisis económicas.




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