El año que vivimos peligrosamente. Peter Weir.









Ficha técnica:



Título original: The year of living dangerously.
Año: 1983.
Duración:  115 minutos.
País: Australia.

Dirección: Peter Weir.
Guión: C.J.Koch, David Williamson, Peter Weir, basado en la novela de C.J.Koch
Casting: Alison Barrett. Precy  Iniego, Pensesoro Libre.
Dirección de Fotografía:  Russell Boyd, A.C.S.
Música:  Maurice Jarre; Vangelis.
Edición: William Anderson.
Director artístico: Herbert Pinter.
Efectos especiales: Danny Dominguez.
Compañías productoras: Metro Goldwyn Mayers, Freddie Fields Presentation, McElroy & McElroy Production.


Intérpretes:

Linda Hunt: Billy Kwan,
Mel Gibson: Guy Hamilton,
Bembol Roco: Kumar,
Domingo Landicho: Hortono,
Herminio de Guzman: Oficial de Inmigración,
Michael Murphy: Pete Curtis,
Noel Ferrier: Wally O'Sullyvan,
Paul Sonkkila: Kevin Condon,
Ali Nur: Ali,
Mike Emperio: Sukarno,
Sigourney Weaver: Jill Briant,


Premios:


1983: Oscar: Mejor actriz secundaria (Linda Hunt)
1983: Festival de Cannes: Nominada a la Palma de Oro (mejor película)
1983: Nominada al Globo de Oro: Mejor actriz secundaria (Linda Hunt)
1983: Instituto de cine australiano: Mejor actriz secundaria (Linda Hunt). 13 nominaciones

Sinopsis:


Indonesia 1965. Un inexperto reportero australiano , Guy Hamilton,  interpretado por  Mel Gibson, intenta informar de la intensa actualidad del país, inmerso enuna sangrienta guerra civil, mientras se abandona a  una apasionante historia de amor con una diplomática británica ( Sigourney Weaver ). Linda Hunt ganó el Oscar al Mejor Actor de Reparto por su interpretación de un fotógrafo británico. 


Comentario:



La película de Weir narra una apasionada historia de amor entre un hombre y una mujer, un periodista y un miembro del cuerpo diplomático de la Gran Bretaña, que viven  su pasión al límite, en el marco de un enfrentamiento civil entre las tropas de Sukarno y  el PKI, o Partido Comunista de Indonesia, con el que simpatiza la mayor parte de la población civil,  lo que paga con sus vidas en fusilamientos sumarísimos masivos. En el subtexto subyace  la gran pregunta: ¿Qué hacer cuando el hambre y la corrupción minan las fuerzas de un pueblo ya agotado por la miseria? Es la cuestión qué planteó Lenin, en vísperas de la revolución rusa en relación con la estragegia que debían seguir los soviets, y que en el film se atribuye a Tolstoi; Billy (Linda Hunt) también atribuye al escritor la decisión de actuar localmente, ya que no se podía hacer  globalmente, como proponía  la prensa occidental, y se traducía en repartir su propia fortuna entre los pobres, lo que según Hamilton (Mel Gibson), el corresponsal de prensa australiano, respondía a una actitud utópica que no arreglaba  nada. Lo cierto es que harían falta muchos Tolstoi para elevar el nivel de vida de los miserables que poblaban  las ¿calles?  de Yakarta.

Kumar (Bembol  Roco), ayudante de Hamilton y miembro del PKI, recuerda al periodista de Sidney que Occidente había agotado sus  respuestas para estos pueblos, que aspiraban a poderse tomar una cerveza tranquilamente al sol como cualquier hombre blanco de los países del primer mundo, y no  seguir soñando  con 'gotas de la luna', es decir con objetivos inalcanzables para los nacidos por accidente en territorios  asiáticos. Los representantes de la prensa luchan por la noticia que les garantice el triunfo y un puesto entre los suyos cuando vuelvan a su país, aunque para ello tengan que traicionar a los que han depositado su confianza en ellos; Hamilton huye de Indonesia  con la amargura de haber defraudado a quien más le había ayudado: Billy, personaje  de gran humanidad encarnado por Linda Hunt, trabajo por el que recibió diversos galardones, entrelos que se cuentan un Oscar,el Globo de Oro y la máxima distinción del Instituto de Cine Australiano  a la Mejor Actriz Secundaria.

Film de la década de los 80 que no censura al ojo crítico cuando la zona estaba incendiada, (Guerra de Corea, Vietnam...) y el comunismo se extendía por esa parte del globo, las jóvenes se prostituían en los cementerios y los hombres y los niños, como esqueletos andantes, miraban con ojos  asombrados a los rollizos europeos, que se movían con libertad provistos de sus respectivos carnets de prensa. El relato de  Peter Weir  evita los colores brillantes, la edición espectacular y la música envolvente, para permitir que el espectador se sumerja en el drama humano de un pueblo que  pone sus vidas a cambio de nada , mientras observa como un puñado  de periodistas, representantes  de la prensa europea, anglosajona y australiana y personal de las embajadas británica,  (los únicos que quedan, al menos bajo control, en zonas en conflicto),  se divierten con sus mujeres y se sirven de los hombres más preparados para desempeñar sus funciones. Tras comprender que la consecuencia de sus informaciones añade más sufrimiento a los indonesios, Hamilton  huye del país con la mujer  de la que se ha enamorado y a con la que no ha sido del todo honesto.

Un buen documento que poco o nada tiene que ver con los papeles que ha desempañado y el cine que ha venido haciendo como director  Mel Gibson, realizado en  un  momento en el que se estaba fraguando el mundo tal y como hoy lo conocemos, en el que repúblicas como Vietnam, Corea o China se están colocando al frente de la economía mundial. No está de más volver la mirada hacia imágenes de niños corriendo por las carreteras con sus cuerpecitos quemados por el napalm. Y no queremos caer en  el recurso al sentimentalismo algo de lo que acusa Jill (Sigourney Weaver) al periodista Hamilton, cuando escribe su primer artículo desde Yakarta, impresionado por lo que ha visto.

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