El día de la madre. Charles Kaufman.
Ficha técnica:
Título original: Mother's Day.
País: Estados Unidos.
Año: 1980.
Duración: 112 minutos.
Dirección: Charles Kaufman.
Guión: Charles Kaufman y Warren Leight.
Director de Fotografía: Joe Mangine.
Supervisión edición: Daniel Loewenthal.
Producción: Michael Kravitz y Charles Kaufman.
Productores asociados: Lloyd Kaufman y Michael Herz.
Productor ejecutivo: Alexander Beck.
Productor ejecutivo: Ray Sundlin.
Troma Team Release, Saga Films para Duty Productions
Intérpretes:
Holden McGuire : Ike,
Billy Rae McQuade: Addley,
Rose Ross: Madre,
Nancy Henderickson: Abbey,
Deborah Luce: Jackey,
Tiana Pierce: Trina
Sinopsis:
Tres amigas se juntan todos los años para pasar un fin de semana juntas y recuperar aquel tiempo perdido en que estaban juntas. En esta ocasión eligen montar campamento junto a un río junto en un bosque deshabitado, donde habitan una anciana madre y sus dos psicópatas hijos, que siembran el terror en la zona y encuentran a las chicas para las que el paraíso se convierte en el infierno de la casa del horror de estos brutales asesinos.
Comentario:
Es un producto más digno de aquellos a los que nos tiene acostumbrados la factoría Troma, realizado profesionalmente con escasos recursos, para aficionados a las emociones intensas, aunque no se prodiga en demasía en imágenes de carnicería; el terror emana de la credibilidad de la historia, un homenaje a Deliverance de John Boorman, con banjo incluido. El tema que subyace, el subtexto, es el enfrentamiento campo-ciudad, que se hace explícito cuando una de las chicas secuestrada llama al hombre que la retiene contra su voluntad 'campestre', lo que le excita en extremo, pero también en el estado de las dentaduras de los lugareños y su desconfianza ante la la irrupción en su mundo de pijos de ciudad. A ello se une un elemento freudiano generador de tensión : la influencia de las madres, sobre los hijos o las hijas, a quienes chantajean emocionalmente para no quedarse solas, aun a costa de la perversión que supone franquear la ley para proporcionarle todo tipo de satisfacciones sin salir de casa. Deborah Luce mata a la madre de los psicópatas, pensando más en la suya propia; por esta razón Darren Bousman, (Shaw II, III y I) en su remake, prefiere hablar de las madres, en plural, para no focalizar en el síndrome edípico.
Charles Kaufman genera mucha tensión con planos subjetivos, muy habituales en el cine de los 80 y especialmente en Wes Craven, y utiliza planos insertos de color amarillo como transición, remarcando el bajo coste de la cinta. El juego psicológico se basa en el temor que genera en el espectador la impotencia de la soledad, eTres amigas se juntan todos los años para pasar un fin de semana y compartir lo bueno y malo de sus vidas… hasta que se les ocurre ir de campamento a un río junto a un deshabitado bosque, ya que esos don los dominios de una anciana madre y sus dos psicópatas hijos, quienes siembran el terror por la zona y, como es de esperar, dan con las mujeres a quienes, desde ese instante, les cambia el paraíso del campamento por el infierno de la casa del horror de estos brutales asesinosn lugares alejados de la civilización y sin posibilidad de recibir ayuda y es sustancial en el film, aunque utilice algunos mecanismos demasiado manidos, como el asesino/policía o el susto final, que no es tal. La música es la adecuada a un film de explotiation, en el que se mezcla el sexo y la violencia. Final abierto al criterio del público.
Comentario:
Es un producto más digno de aquellos a los que nos tiene acostumbrados la factoría Troma, realizado profesionalmente con escasos recursos, para aficionados a las emociones intensas, aunque no se prodiga en demasía en imágenes de carnicería; el terror emana de la credibilidad de la historia, un homenaje a Deliverance de John Boorman, con banjo incluido. El tema que subyace, el subtexto, es el enfrentamiento campo-ciudad, que se hace explícito cuando una de las chicas secuestrada llama al hombre que la retiene contra su voluntad 'campestre', lo que le excita en extremo, pero también en el estado de las dentaduras de los lugareños y su desconfianza ante la la irrupción en su mundo de pijos de ciudad. A ello se une un elemento freudiano generador de tensión : la influencia de las madres, sobre los hijos o las hijas, a quienes chantajean emocionalmente para no quedarse solas, aun a costa de la perversión que supone franquear la ley para proporcionarle todo tipo de satisfacciones sin salir de casa. Deborah Luce mata a la madre de los psicópatas, pensando más en la suya propia; por esta razón Darren Bousman, (Shaw II, III y I) en su remake, prefiere hablar de las madres, en plural, para no focalizar en el síndrome edípico.
Charles Kaufman genera mucha tensión con planos subjetivos, muy habituales en el cine de los 80 y especialmente en Wes Craven, y utiliza planos insertos de color amarillo como transición, remarcando el bajo coste de la cinta. El juego psicológico se basa en el temor que genera en el espectador la impotencia de la soledad, eTres amigas se juntan todos los años para pasar un fin de semana y compartir lo bueno y malo de sus vidas… hasta que se les ocurre ir de campamento a un río junto a un deshabitado bosque, ya que esos don los dominios de una anciana madre y sus dos psicópatas hijos, quienes siembran el terror por la zona y, como es de esperar, dan con las mujeres a quienes, desde ese instante, les cambia el paraíso del campamento por el infierno de la casa del horror de estos brutales asesinosn lugares alejados de la civilización y sin posibilidad de recibir ayuda y es sustancial en el film, aunque utilice algunos mecanismos demasiado manidos, como el asesino/policía o el susto final, que no es tal. La música es la adecuada a un film de explotiation, en el que se mezcla el sexo y la violencia. Final abierto al criterio del público.
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