La pecadora. Jack Conway

 Ficha técnica:

Título original:  Easiest Way.
País: Estados Unidos.
Año: 1931.
Duración: 73 minutos.
Dirección: Jack Conway.
Guión: Edith Ellis, basado en la obra de Eugene Walter.
Dirección de Fotografía: John J.Mescall (B & W)
MGM (Metro Goldwin Mayer)


Intérpretes:

Constance Bennett : Laura Murdock,
Adolphe Menjo: Willard Brockton,
Robert Montgomery: Jack Madison,
Anita Page: Peg Murdock Feliki.


Sinopsis:

Laura, que se ha criado en una humilde familia, harta de la pobreza decide aceptar a Will Brockton, un hombre rico y bastante mayor que ella. Poco tiempo después, Laura se enamora del joven Jack Madison y deja a Brockton; sin embargo, cuando el dinero vuelve a escasear, recurre de nuevo al millonario.

Comentario:

Jack Conway aborda el tema de  la mujer dotada de belleza, honrada pero no valiente para hacer frente a las consecuencias de una crisis económica como la que azotó al mundo a raíz del crack bursátil de 1929, que  se sirve de su sexo, para evitar la suerte de una hermana casada, Peg ( Anita Page ),  convertida en una  maruja o malvivir de un miserable sueldo. Una femme fatale que se enamora y decide volver al buen camino, pero la  pobreza le hace volver al redil. Su cuñado Nick (Clark Gable) le convence de que su enamorado la perdonará, pero no queda claro si lo que busca es aprovecharse él también de la debilidad de esta mujer. El film denuncia  que la pobreza extrema, que también  padecen amplias capas de la  población mundial en la actualidad, no garantizan   el mantenimiento de posturas dignas y morales, que precisamente defienden quienes lanzan a la pobreza a las masas, movidos por su avaricia.

Un ejemplo más de este cine pre-code al que se está prestando ahora atención, en el que la mujer  era una heroína que gozaba de una libertad inusual en el mundo real y en el cine posterior al Código-Hays. Se recomienda el dossier realizado por Ramón Freixas y Joan Bassa para Dirigido por...(Diciembre de 2012).

Un enorme rascacielos, tomado en contrapicado  por una cámara que asciendo lentamente por su fachada, nos hace sentir toda la impotencia, el desempoderamiento del ser humano  ante los  grupos económicos instalados en ellos.