Viernes 13: 4ª parte. Último capítulo. Joseph Zito.






Ficha técnica:

Título original:  The Fridai 13th, Part 4. The Final Chapter.
País: Estados Unidos.
Año: 1984.
Duración: 91 minutos.
Dirección: Joseph Zito.
Guión: Barney Cohen, basado en una historia de  Bruce Hidemi Sakow y  en los personajes creados por Victor Miller, Ron Kurz, Martin Kitrosser y Carol Watson.
Casting: Fern Champion, C.S.A. y  Pamela  Basker, C.S.A. 
Dirección de Fotografía: Joao Fernandes.
Música: Harry Manfredini,
Edición: Joel Goodman; co-editor:  Daniel Lowenthal.
Producción: Frank Mankuso, JJr.
Productores ejecutivos: Lisa y Robert M.  Barsamian.
Co-Productor: Tony Bishop.
Diseño de producción: Shelton  H.Bishop, III.
Maquillaje: Robin Neal
Peluquería: Kim Phillips.
Efectos especiales de maquillaje:  Tom Savini.  Alec Gillis, Kevin Yeager, Jill Rockow...
Paramount Pictures.


Intérpretes:

Crispin Glober: Jason,
Erich Anderson:  Rob,
Judie Aronson: Samantha,
Peter Barton: Dog,
Kimberly Beck: Trish,
Tom Everest: Hombre,
Corey Feldman: Tommy,
Carina y Cary More: Tina y Terry,
Lisa Freeman: Enfermera  Morgan,
Wayne Grace: Oficial Hamison,
Bonnie Hellman: Hitchhiker,
Frankie Hill:  Lainie,
Paul Lukather:  Doctor,
Bruce Mahle: Axel,
Anthony Ponzini: Vincent,
...

Sinopsis:

Jason, el más impopular de los habitantes de Cristal Lake, vuelve para ocasionar una nueva matanza en el lugar. Tras su resurgimiento en el depósito de cadáveres de un hospital, el asesino enmascarado centra su venganza en la familia Jarvis y , de nuevo, en un grupo de despreocupados adolescentes. El joven Tommy Jarvis es un gran aficionado al cine de terror con un talento especial para las máscaras y el maquillaje. ¿Ha encontrado el diabólico Jason finalmente la horma de su zapato? 

Comentario:

Desde mi retiro austriaco, veo nevar a través de  la ventana,  agoto mis últimas provisiones de cine de terror, antes de volver con los míos. Concluyo con la saga Viernes 13, que ya presenta serios síntomas de agotamiento, tanto del relato, que no da más de sí, como  los tópicos que lo caracterizan , que empiezan a cansar; tanto es así que el nuevo director,  Joseph Zito, intenta enlazar con la  segunda entrega al comenzar la película con la ya clásica secuencia  extraída  de esta película. No su desenlace, sino el relato de los acontecimientos que se habían producido en el campamento de Cristal Lake por parte del organizador de las nuevas jornadas, y la formulación, medio en broma, de que Jason podía seguir vivo. Pero hace algo más. Agotado el personaje de Jason le crea un sustituto, un niño que ha sufrido un terrible trauma, como él,  (ha visto morir a su familia y vecinos), que adopta su imagen infantil, y  que es capaz de seguir con la franquicia, porque es el elemento extradiegético indispensable: el espectador  amante del género, Tommy lo es, que disfruta con el superhéroe de los hachazos, el justiciero de los marginados por esos jóvenes bellos, urbanitas, ligeros de ropa, liberales...

Porque Jason no es un hombre cualquiera. Cada herida que recibe lo fortalece, como  le ocurrirá a su sucesor  'El Vengador Tóxico', (1985)  y especialmente sobrevive gracias a la incapacidad de reflexión de los demás. Un hombre como éste, emblematizado ahora por esa máscara con la que han jugado tantos treintañeros, que,  herido gravemente en la cabeza con armas cortantes, electrocutado, ahorcado, etc., .ha vuelto a la vida  y ha renovado sus sangientas masacres, es depositado en una estacia del hospital, en una camilla en la que se apoya el enfermero para ver la televisión e incluso intenta hacer el amor con su compañera apoyado en ella. Además, todos desprecian el riesgo que entrañan  los  lugares solitarios, contiguos al Campamento de Cristal Lake, pero nada más ponen el pie en el camino comienzan a sentir la omnipresencia del asesino, temor que, los espectadores comienzan a sentir cuando escuchan el leitmofi constituido por la repitición de los primeros sonidos del grio 'Mátalos, mamá!;  pero eso no les impide volver a provocar al demonio con sus baños en el lago desnudos, sus fiestas y sus orgías sexuales.

Las víctimas carecen de orientación y el criminal se desenvuelve muy bien en lugares en los que ha vivido desde niño, aunque su práctica 'inmortalidad' lo convierte en una metáfora del riesgo que asumen los jóvenes despreocupados; sólo Tommy, consumidor de relatos de terror, sabe qué hay que hacer con el monstruo para acabar con él, porque conoce los entresijos del género y mata y remata hasta estar seguro de que el enemigo ha sido liquidado y, aún entonces, sigue y sigue, lo  que deja sumamente preocupada a la hermana. Los demás lo dejan siempre con 'vida', aunque muy malherido. Una chica, la más honesta, sobrevive, ya que la tradición reside en el abandono de las obligaciones de los  cuidadores de  niños, ocupados en  la satisfacción de sus necesidades sexuales, potenciadas por la exhibición de cuerpos perferctos; cuando la cámara enfoca un trasero con un pantalón que exhibe parte de los glúteos de una chica, sabes que pronto va a morir. Aunque la cuarta entrega vuelve a los orígenes y las víctimas son de nuievo estos jóvenes, sin razón lógica aparente la primera víctima es la madre de Tommy. ¿Qué influencia tendrá este hecho en la nueva saga que comienza, con el mismo nombre?

No está justificada la última secuencia en la que, muertos todos los que se han  instalado en el lugar fetiche, aparece  la policía y unos ambulancias, uno de cuyos conductores se queja en una de las entregas, con mucho fundamente, de que no existía ninguna emergencia. ¿Cómo han conocido la tragedia, con los teléfonos cortados y la sobreviviente medio atontada deambulando por el lugar, en barca o desorientada.? Sólo se explica como un elemento característico de la franquicia  'Viernes 13', que todos aceptan como una convención más, que esperan tanto como el susto final.


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