Viernes 13. parte 9ª. El Final. Jason se va al infierno. Adam Marcus






Ficha técnica:

Título original: Jason goes to Hell.
País: Estados Unidos.
Año: 1993.
Duración:  87 minutos.
Dirección: Adam Marcus.
Guión: Adam Marcus, Jay Huguely, Dean Lorey,  personajes de Victor Miller; historia de Jay Huguely y Adam Marcus.
Casting: Hugues/Moss C.S.A.,  David Giella.
Dirección de Fotografía: William Dill.
Música:  Harry Manfredini.
Edición: David Hadman.
Maquillaje efectos especiales: Kurtzman, Nicotero  y Berger EFX Group.
Efectos visuales especiales:  Al Magliochetti.
Productor: Sean S. Cuningham Production .
Line producer (productor durante el rodaje): Deborah Hayn-Cass.
New Line Cinema


Intérpretes:

Kane Hodder: Jason,
John  D.Lemay: Steven Freeman,
Kari Keegan:  Jessica Kimble,
Allison Smith:  Vicki,
Steven Culp:  Robert Campbell,
Billy Green Bush: Sherif Landis,
Kipp Marcus: Randy,
Richard Grant: Coronel,
Adam Granner : Ward,
Julie Michaels: Elizabeth Marcus, F.B.I.
Erin Gray: Diana Kimble,
Steven Williams: Creighton Duke

Sinopsis:

El último descendiente de la familia Voorhess debe detener a Jason, que tras regresar de New York y fracasado el intento del ejército de acabar con él, va sembrando  el terror y  dejando tras de sí un rastro de sangre. Si no lo consigue a tiempo, Jason podría volverse inmortal y nadie podría detenerlo. 

Comentario:

Ya no sabemos dónde estamos ni a qué jugamos, ni siquiera a qué responde el título  de 'Viernes 13'; Jason mata cualquier día del mes y de la semana , y, reducido el cerebro en cada intento de extinción, sólo le queda activa la parte del Tánatos: su destino es matar, matar y matar, como un autómata de una cadena de producción de dolor. Acercándose al cine gore de Sam Raimi, sin talento, ya nadie se siente en la obligación de ser un poco coherente: si el monstruo puede sobrevivir hasta a un bomba atómica, puede aparecer en cualquier tiempo o lugar sin dar ningún tipo de explicaciones. Después de su aventura neoyorkina  reaparece en  Cristal Lake en busca de unas familiares, unas Woorhees femeninas, a través de las que espera revivir. Allí le aguarda el ejército que utiliza lo más poderoso de su arsenal, pero, aunque parezca mentira, no sólo quedan trozos reconocibles, sino un corazón que late incluso en el depósito de cadáveres, embruja al forense y después de  que éste se lo coma, comienza una emigración infernal del espíritu del  zombie, de cuerpo en cuerpo, incluido un agresivo presentador de programas-basura (American Case File), hasta encontrar el receptáculo femenino donde pueda renacer de nuevo. Y como no hay nada mejor que la pureza de sangre, debe  utilizar los cuerpos de estas Woorhees, que milagrosamente estaban allí sin que nadie se hubiera percatado de ello. Sólo faltaba el cazador de cabezas, o si se quiere de recompensas,  Creighton Duke (Steven Williams ),  que lleva consigo el talismán , una daga que debe acabar con  los muertos vivientes.

Con estos elementos se organiza un film que poco o nada tiene que ver con la idea original, por mucho que se ubique en Cristal Lake; de hecho apenas se ve a Jason, si no es a través de los espejos, que muestran su auténtica personalidad y no la de los cuerpos en los que se esconde. Un film splater , demoníaco, de muertos vivientes, que se pasan la maldición de unos a otros. En el background el instinto de suervivencia de un monstruo que una vez, hace muchos años, fue un niño, y que se agarra a una vida sin sentido, consistente en pasearse con un machete en la mano, inmovilizando lo que se mueve; curiosamente siempre es ' destruido ' antes de que se le acabe la'materia prima' necesaria para estar motivado y seguir caminando, sin prisas pero sin pausas, dándole a su arma a izquierda y derecha. Así tenemos 'asesino' hasta el fin de la historia.

En cuanto a la calidad del producto  cabe decir que en cada entrega se hace más ecléctico, se contamina de otros géneros, sin ser maestro en ninguno, y si algo produce en el espectador es hilaridad. Quizás sea un buen motivo para seguir con la franquicia, y observar hasta qué punto se pueden idear gamberradas y salvajadas sin demasiadas responabilidades. Hace ya mucho tiempo que el espectador se acerca a la saga por puro morbo, sin exigir un poco de calidad a cambio. Los título de crédito, en los que vemos a Sean Cunningham como productor evidencian  que si se invierte en este proyecto es, al menos,  porque no se pierde. Homenaje postrero a Freddy Krueger ¿?

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