Boogie Nights. Paul Thomas Anderson



Paul Thomas Anderson


Ficha técnica:

Título original: Boogie Nights.
País: Estados Unidos.
Año: 1997.
Duración: 153 minutos.
Dirección: Paul Thomas Anderson.
Guión: Paul Thomas Anderson.
Casting: Christine Sheaks.
Dirección de Fotografía: Robert Elswit.Color.
Música: Michael Penn.
Montaje: Dylan Tichenor.
Diseño de producción: Bob Ziembicki.
Productores:  Lloyd Levin, John S. Lyons, JoAnne Sellar y Paul Thomas Anderson.
Productor ejecutivo: Lawrence Gordon.
Co-Productor ejecutivo: Michael De Luca, Lynn Harris.
Vestuario: Mark Bridges.
Compañías: Lawrence  Gordon Productions, Ghoulardi Film Co. para New Line Cinema.


Intérpretes:

Mark Whalberg: Edie Adams,
Julianne Moore: Amber Waves,,
Burt Reynolds: Jack Horner,
William H.Macy: Little Bill,
Luis Guzman: Maurice Rodriguez,
John C.Reilly: Reed Rothchild,
Philip Seymor Hoffman: Scotty J.)
Nicole Ari Parker: Becky Barnett,
Don Cheadle: Buck Swope,
Melora Walters: Jessie St. Vincent,
Joanna Gleason: Sra. Adams,
Laurel Holloman: Sheryl Lynn.

Premios (Filmaffinity): 
 
1997: 3 nominaciones al Oscar: guión, actor secundario (Reynolds) y actriz sec. (Moore)
1997: Globos de Oro: Mejor actor de reparto (Burt Reynolds). 2 nominaciones
1997: 2 nominaciones Premios BAFTA: Mejor actor de reparto (Reynolds) y guión original
1997: Círculo de críticos de Nueva York: Mejor actor (Burt Reynolds)
1997: Premio en el Festival de Toronto: Paul Thomas Anderson
1997: Critics' Choice Awards: Top 10 - Mejores películas del año


Sinopsis:

A finales de los 70, en el Valle de San Fernando, Jack Horner, un director de cine porno que considera su trabajo una forma de arte descubre a Eddie Adams, un joven ingenuo que desea triunfar y que tiene unas características físicas muy adecuadas para ese tipo de cine. Eddie cambia su nombre por el de Dirk Diggler, se adapta inmediatamente a nuevo estilo de vida y pronto se convierte en una gran estrella del porno.

Comentario:

Boogie Nights tiene un precedente en un corto que realizó Paul Thomas Annderson cuando tenía diecisiete año de edad, The Dirk Diggler Story (1988),y su puesta en escena, parafraseando a Quim Casas se caracteriza por el constante movimiento,simbolizado por la joven que nunca se quita los patines, con el contrapunto trágico del personaje que interpreta Julianne Moore, afectada por el dolor de estar separada de su hijo y no poder acceder a su custodia. La película recoge el fin  del idealismo del sueño americano, y la irrupción, sin el tremendismo de Aronofsky (Requiem por un sueño, 2000),  del sida que asestó un duro  golpe al mundo de la pornografía.

A diferencia de otros filmes de Anderson en la valoración de Boogie Nights hubo cierta unanimidad al  calificarla de admirable; adobada con secuencias bizarras como la de la mujer de Little Bill practicando el sexo con un hombre, en plena calle, rodeados de mirones, o la reacción de Edie/Dirk (Mark Whalberg)  defendiendo sus atributos actorales,  que tiene la virtud de provocar a un público masculino con estas salidas de tiesto, que califican de 'sorprendente autenticidad'.

Boggie Night es un película  erótica que reconstruye el mundo del cine pornográfico en un film concreto: su modesto equipo de realización, la financiación por un coronel proxeneta y pederasta, un director, interpretado por Burt Reynolds, decadente y hortera, y unos actores, encabezados por  Mark Whalberg, cuya mayor virtud es tener un aparato sexual desproporcionado, que finalmente muestra a la cámara. Si el espectador tiene paciencia y espera  a que desfile ante sus ojos hasta el último título de crédito, podrá escuchar al actor en uno de los monólogos característicos de este tipo de cintas. Anderson analiza el cine X desde el propio cine, y nos muestra las dificultades de los actores fuera de los estudios, sin ser dirigidos por el grito ritual de  ¡action!,que les indica cuando y dónde deben actuar.   Obtener un crédito y abrir un negocio que les permita la reinserción social es un reto imposible  ante unos bancos hipócritas y puritanos que utlizan como argumento  para justificar su negativa su oposición  a subvencionar la prostitución y las drogas.

El mundo de los que eligen este oficio para ganarse la vida  funciona como un ghetto social, en el que se pueden dar situaciones como la creada por la esposa de Litle Bill, donde  una mujer, privada del contacto con su hijo menor,  puede soñar en poder abrazar algún día a aquel  cuya custodia se le niega, o un joven bien dotado puede huir de un hogar que le constriñe y encontrar cobijo en un universo que le exige  escasa preparación, siempre que disfrute de un buen físico que satisfaga y sugestione a su público. Pero a la par  todos ellos sienten la necesidad de hacer unas películas que al menos tengan un ligero argumento; esto es lo que hacen Jack y Eddie/Dirk, cuando crean una saga porno de detectives, emulando al agente 007; Anderson, con grandes dosis de cinismo ridiculiza  y se recrea en  la reproducción de estas películas, a las que los tiros y puñetazos convierten en más cutres y bizarras que las del género sinpretensiones.

El rencor y el resentimiento entre  los apestados sociales que se dedican a esta actividad y los que se consideran decentes y creen que pueden abusar de los ellos, es mutuo y visceral, y está explícito en unas secuencias alternativas en las que mientras un grupo de machitos machaca a Edi/Dirk, que, siendo famoso,  trabaja como chapero para supervivir,  Jack y la 'Patines'  apalean a un antiguo compañero de ésta, que captado al azar por una proyecto que se llama 'A la caza'  tienta en la calle a jóvenes que quieran tener sexo con la muchacha. La paliza es igual de brutal en ambos casos.

En la década de los 80, que el círculo de Jack celebra con el asesinato de la mujer de  Billy y su  nuevo amante coyuntural por el marido agobiado, supone un cambio radical en el género, que debe abandonar el celuloide y pasarse al vídeo, buscar redes de financiación y distribución que imponen sus galanes y sus mujeres con pechos de silicona. Un duro golpe que Dirk, acostumbrado a ser el galán sin competencia, no sabe encajar. Tras la travesía en el desierto volverá al hogar, que hace mucho tiempo dejó de ser la casa paterna, a pesar de tener tan solo 17 años, donde están las personas a las que quiere y por quien es querido: el pequeño universo del cine porno. Anderson nos regala un ¿happy-end? que nose entiende bien, especialmente el hecho de meter de nuevo en el aula del instituto a la chica de los patines.

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