Canibal Feroz
Ficha técnica:
Título original: Cannibal Ferox
País: Italia.
Año: 1981
Duración: 93 minutos.
Dirección: Umberto Lenzi.
Guión: Umberto Lenzi
Dirección de Fotografía: Giovanni Bergamini.
Música: Budy-Maglione; arreglos y dirección: Carlo Cordio.
Edición: Enzo Meniconi, A,M,C,
Productor ejecutivo: Antonio Crescenzi.
Productor organizador: Giovanni Masini.
Diseño de producción y vestuario: Giuseppe Bassan
Peluquería: Giuseppe Fettanti
Dania Film, Medusa Distribuziones, Narional Cinematografica Production
Intérpretes:
John Morghen
Lorraine De Selle
Bryan Redford
Zora Kerowa
Walter Lloyd
Meg Fleming
Robert Kerman
John Bartha, Venantino Venantini "El Indio" Rincon
Sinopsis:
Una antropóloga, acompañada de su hermano y una amiga, viajan al Amazonas para realizar unos estudios sobre una tribu supuestamente caníbal. Las cosas se complican cuando se encuentran en la selva con un despiadado traficante de drogas...
Comentario:
Spaghetti-terror, spaghetti-splatter, gore, son términos que pueden designar realizaciones que tienen algo en común, son películas de explotación que abordan temas tabú, como el canibalismo, en torno al cual gira 'Canibal Feroz', historia localizada en un contexto poco verosímil: Colombia a finales del siglo XX, no sólo castigada por las FARC, el ejército o los carteles de la droga, sino ademas,- ¡lo que les faltaba!-, por la presencia de tribus caníbales a lo largo del Amazonas. Abren y cierran el film imágenes de la gran metrópoli de New York, no exentas de la lacra de la violencia que llevá implícito el negocio de los estupefacientes, y termina con la presentación de una tesis doctoral que no se entiende, especialmente después de haber visto la película: la autora da por buena la teoría del buen salvaje, formulada por Jean Jacque Rousseau, tras ver morir a su hermano y amiga de la forma más cruenta. Son absolutamente increíbles las imágenes de los indios aborígenes, conocedores de la sociedad industrial y tecnológica actual, incluídas las tarjetas de crédito, dando información al cónsul y a un agente que pilota un hidroavión de las fuerzas del orden, proporcionándoles pruebas de que por alli han circulado hombres blancos, ahogados en el río en un accidente, mientras los jóvenes de su tribu se meriendan a la gente, y se comen sus vísceras crudas.
Realizada aparentemente con pocos recursos, música que evoca el giallo italiano o el cine erótico y que sirve tanto para un western, un thriller o un splatter B,C o D, el director de 'Mangiati vivi' (1980) crea unos personajes nada creíbles, unos estudiantes que en vez de buscadores de datos en un trabajo de campo para una tesis, parecen los protagonistas de una película X; la propia ejecución de una de ellas, la hippie que se ha unido a la investigadora y su hermano, une lo lúbrico con lo violento y lo sagrado. El traficante de drogas y buscador de piedras preciosas es igual de atractivo que sus compañeros de aventura y los jóvenes indios de la tribu, cubiertos con un exiguo taparrabos, aunque muy bien alimentados. Las jóvenes aborígenes, además de estar dotadas de gran belleza no padecen desnutrición y sus cutis se ven relucientes, a pesar de estar embadurnados de barro.
Algunos momentos un tanto gamberros y escatológicos son de de gran atractivo para adolescentes provocadores, y carece de tensión e interés para un público adulto que racionaliza lo que ve, y que no se impresiona con el sirope de cereza.
Comentario:
Spaghetti-terror, spaghetti-splatter, gore, son términos que pueden designar realizaciones que tienen algo en común, son películas de explotación que abordan temas tabú, como el canibalismo, en torno al cual gira 'Canibal Feroz', historia localizada en un contexto poco verosímil: Colombia a finales del siglo XX, no sólo castigada por las FARC, el ejército o los carteles de la droga, sino ademas,- ¡lo que les faltaba!-, por la presencia de tribus caníbales a lo largo del Amazonas. Abren y cierran el film imágenes de la gran metrópoli de New York, no exentas de la lacra de la violencia que llevá implícito el negocio de los estupefacientes, y termina con la presentación de una tesis doctoral que no se entiende, especialmente después de haber visto la película: la autora da por buena la teoría del buen salvaje, formulada por Jean Jacque Rousseau, tras ver morir a su hermano y amiga de la forma más cruenta. Son absolutamente increíbles las imágenes de los indios aborígenes, conocedores de la sociedad industrial y tecnológica actual, incluídas las tarjetas de crédito, dando información al cónsul y a un agente que pilota un hidroavión de las fuerzas del orden, proporcionándoles pruebas de que por alli han circulado hombres blancos, ahogados en el río en un accidente, mientras los jóvenes de su tribu se meriendan a la gente, y se comen sus vísceras crudas.
Realizada aparentemente con pocos recursos, música que evoca el giallo italiano o el cine erótico y que sirve tanto para un western, un thriller o un splatter B,C o D, el director de 'Mangiati vivi' (1980) crea unos personajes nada creíbles, unos estudiantes que en vez de buscadores de datos en un trabajo de campo para una tesis, parecen los protagonistas de una película X; la propia ejecución de una de ellas, la hippie que se ha unido a la investigadora y su hermano, une lo lúbrico con lo violento y lo sagrado. El traficante de drogas y buscador de piedras preciosas es igual de atractivo que sus compañeros de aventura y los jóvenes indios de la tribu, cubiertos con un exiguo taparrabos, aunque muy bien alimentados. Las jóvenes aborígenes, además de estar dotadas de gran belleza no padecen desnutrición y sus cutis se ven relucientes, a pesar de estar embadurnados de barro.
Algunos momentos un tanto gamberros y escatológicos son de de gran atractivo para adolescentes provocadores, y carece de tensión e interés para un público adulto que racionaliza lo que ve, y que no se impresiona con el sirope de cereza.
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