En la tiniebla. Craig Rosenberg






Ficha técnica:

Título original: Half Light.
País: Estados Unidos.
Año: 2006.
Duración: 110 minutos.
Dirección: Craig Rosenberg.
Guión: Craig Rosenberg.
Casting: John y Ros Hubbard.
Música: Brett Rosenberg.
Edición: Bill Murphy, A.S.E.
Dirección de Fotografía: AshleyRowe, B.S.C.
Producción: Joel B. Michaels, asociado con Samuels Media. Clive Parsons, Andreas Grosch. Steve Samuels. Joel B.Michaels y Carth H. Drabinsky.
Productor ejecutivo: Andreas Schmid.
Productor durante el rodaje: Guy Tannahill.
Diseño de producción: Don Taylor.
Vestuario: Ruth Myers.
Lakeshore Entertainment, CoProducción: VIP Medienfonds 3/ Half-Light, asociado con Rising Star









Intérpretes:

Demi Moore: Rachel Carlson,
Henry Ian Cusick: Brian,
Beans Balawi: Thomas,
Kate Isitt: Sharon Winton,
Nicholas Gleaves: Dr. Robert  Freedman,
James Cosmo: Finlay Murray,
Joanna Hole: Mary Murray,
Therese Bradñey: Morag McPherson,
Hans Matheson: Angus McCulloch,
Michael Wilson: Reverendo James MacMahon,
Polly Frame: Librero,
Ceit Kearney: hombre qie habla el gaelico,
Nichola B. Kate McCulloch,
Jamie Edgell: Gordon McCloud,



Sinopsis:

La vida de la conocida autora de novelas de misterio Rachel Carlson se viene abajo cuando su hijo de siete años muere ahogado y, posteriormente, se rompe su matrimonio. Con la esperanza de que logre rehacer su vida y vuelva aescribir, su mejor amiga, Sharon, alquila una casita en una remota aldea costera, a la que Rachel se retira. Pero pronto comienza a tener visiones de su difunto hijo, que le advierte de un posible riesgo.

Comentario:

Craig Rosenberg, guionista natural de Melbourne (Australia), ha realizado proyectos para Steven Spielberg y Wes Craven, esfuerzo que ha dejado impronta en sus realizaciones. Sus trabajos para Dreamworks, Disney, Warner  Brothers, Paramount o Universal  han teñido de realismo mágico un thriller psicológico de fotografía naïf,  música celta que le da un toque indie y un score musical que evoca las grandes realizaciones del slasher.

Rosenberg reflexiona sobre su propio trabajo como guionista, y en un ejercicio de metalenguaje cinematográfico que preside la película desde los primeros momentos, contrapone dos formas de escribir bestsellers, dos formas de hacer guiones:  la americana, en la que la emoción se provoca de forma más explícita, con sangre, y la de tradición  británica, con estilo, ingenio, imaginación  y sin necesidad de recurrir a la representación de la violencia, dicotomia verbalizada en estos términos  por Brian (Henry Ian Cusick). Este ejercicio ha sido saludado por la prensa de este lado del Atlántico como elegante, aunque al final se enreda en la resolución de la trama. Y es que quizás en el planteamiento está el pecado, pues ha de realizar circumloquios, unas veces previsibles por repetidos en la tradición cinematográfica más rancia y otros innecesarios. Un esteticismo vacuo, como el paralelismo entre la cocción de unos spaghettis y la preparación de unas copas de vino y lo gestos que acompañan al niño en  los juegos que lo conducen a la muerte, y en ocasiones romántico, como esos paseos por la playa en los que la escritora y el farero, Angus McCulloch, interpretado por Hans Matheson, galopando en uno de los caballos míticos que aparecieron en la costa tras el naufragio de un galeón español en 1754, en el que murieron todos los tripulantes..

Es difícil atribuir un papel preciso al faro, alojado en una isla a la que se accede en  pequeñas barcas, o asociarlo con el castillo de Kafka al final del laberinto, donde conducen todas las líneas de conflicto:  la del matrimonio de Rachel Carlson y Brian, la del secreto que alberga un pueblo que guardó un silencio cómplice en un affaire de infidelidad y su siniestro desenlace, y el complejo de culpabilidad de una  madre cuyo hijo murió ahogado por una negligencia suya. El uso de los espejos es muy confuso y encaja dificilmente con la trama. ¿Es Rachel una mujer que se está volviendo loca a causa de la soledad?  Da la impresión de que no.

El oficio de guionista cinematográfico se ha traducido en un tratamiento exquisito de los detalles, pero el deseo de evitar imágenes sangrientas y sustituirlas por indicios que más tarde se desinflan para generar emoción y crear tensión, no siempre le da resultado. Aunque en líneas generales es una película que se ve bien, que logra dar algún susto y que deleita con una buena fotografía y una  música dulce y envolvente, algo poco común en las películas del género.


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