Eternamente tuya, Tay Garnett
Ficha técnica:
Título original: Eternally Yours.
País Estados Unidos.
Año: 1939
Duración: 90 minutos.
Dirección: Tay Garnett.
Guión : Gene Jowne y Graham Baker.
Dirección de Fotografía: Merritt Gerstad, A.S.C.
Efectos especiales fotográficos: Ray Binger, A.S.C.
Música: Werner Janssen (score y dirección musical); letras: L.Wolf Gilbert.
Edición: Otho Lovering y Dorthy Spencer
Director artístico: Alexander Golitzen
Producción: Tay Garnett.
Productor asociado: Richard Irvine.
Intérpretes:
Loretta Young
David Niven
Hugh Herbert
Billie Burke
Broderick Crawford
....
Tay Garnett
Sinopsis:
Anita Halstead abandona a su prometido para casarse con Tony, conocido como 'El ran Arturo', ídolo del público femenino e ilusionista de postín. Anita se convierte en ayudante de su marido, pero él sólo se preocupa de aumentar su fama y coquetear con sus admiradoras.
Comentario:
Esta película fue diriida por Tay Garnett, un piloto naval herido en la Primera Guerra Mundial, que tuvo que dejar el ejército y se dedicó a escribir guiones cinematográficos, trabajando para directores de la talla de Mack Sennett, Hal Roach, Harold Vonscruttion o Frank Capra, hasta que a finales de la década de los 20 firmo con la Pathe y dirigió su primera película, Celebrity. La década de los 30 fue la de su plenitud creativa, con películas como Su hombre (1930), Viaje de ida (1932), con William Powell y Kay Francis, Mares de China (1935), con Clark Gable y Jean Harlow o Siempre Eva (1937), con Leslie Howard, Joan Blondell y Humphrey Bogart; en la de los 40 siguió la trayectoria de éxito iniciada con películas como : Con su misma arma (1940), Siete pecadores (1940), Bataan (1943), La señora Parkington (1944), * El valle del destino (1945) o Un yanqui en la corte del Rey Arturo (1949), adaptación de la novela Mark Twain que fue protagonizada por Bing Crosby y Rhonda Fleming. Pero sin duda, la gran obra maestra de Garnett sería El cartero siempre llama dos veces (1946), versión cinematográfica del libro de James M. Cain que contaba con el protagonismo de John Garfield, Lana Turner y Cecil Kellaway. (Wikipedia)
Ya entrada la década de los 50 se va apartando del cine e introduciéndose en la televisión , dirigiendo capítulos de Bonanza, Los Intocables y Látigo. Posee una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood situada en el 6556 de Hollywood Boulevard.
La secuencia más sustanciosa de este screwball comedy es aquella en la que el mago interpretado por David Niven 'crea' a la mujer, mezclando en una probeta gigante ingredientes de connotaciones claramente sexistas, en unas sesiones de tarde dedicadas a las señoras, a las que el mago advierte que la vida se lo ha puesto muy difícil a la mayoría de ellas, empujándolas ciegas, sordas y mudas hacia un futuro incierto, cargado de misterio. La solución radica en la deconstrucción de la mujer en los diferentes elementos que la componen, ejercicio para el que usa a su propia esposa, protagonizada por Loretta Young, en el número 'cómo crear a una mujer', no hecha de cosas agradables; en un retorta va echando 65% de oxígeno16 por ciento de calcio, 10% de hidrógeno, 5% de nitrógeno, 3% de cloro y un 1 % de potasio, magmesio, azúcar, hierro, sodio, fósforo, -¿Verdad que es asqueroso?, matiza ¡Y pensar que hay hombres que se han gastado fortunas por unos productos químicos que valen menos de 4 chelines en la droguería del barrio! ¡O dos chelines y dos peniques con descuento! .Pero, no se preocupen señoras, los hombres somos más baratos. Agitando una bandera transforma su mesa de laboratorio en una coqueta cómoda femenina, vestida de tules y adornada con lazos. A partir de este momento comienza lo mejor: la belleza enorgullece a las mujeres, la virtud las perfecciona y la modestia las hace divinas.¡Qué mujer haría si pudiera pararme aquí. Pero por desgracia, a mi receta le falta la conciencia: temperamento, vanidad y celos. Si no los pusiera no sería una mujer, una esencia básica, el ingrediente más importante y ha de tener muchísimo es el amor...¡Oh, falta el sentido del pudor! El truco más difícil es quitársela de encima. Hombres y mujeres aplauden a rabiar.
Es una secuencia que vale la pena reproducir, y probablemente no sea Tay Garnett el mayor carcamal de su época, incluso podríamos aventurar con Paul Kemp, el periodista que protagoniza 'Los diarios del ron ' de Bruce Robinson (2011), interpretado por Johnny Deep, que con toda probabilidad no tardará mucho en cruzarse en nuestro camino un individuo tan primitivo que ésta anécdota nos parecerá progresiva.
Esta película fue diriida por Tay Garnett, un piloto naval herido en la Primera Guerra Mundial, que tuvo que dejar el ejército y se dedicó a escribir guiones cinematográficos, trabajando para directores de la talla de Mack Sennett, Hal Roach, Harold Vonscruttion o Frank Capra, hasta que a finales de la década de los 20 firmo con la Pathe y dirigió su primera película, Celebrity. La década de los 30 fue la de su plenitud creativa, con películas como Su hombre (1930), Viaje de ida (1932), con William Powell y Kay Francis, Mares de China (1935), con Clark Gable y Jean Harlow o Siempre Eva (1937), con Leslie Howard, Joan Blondell y Humphrey Bogart; en la de los 40 siguió la trayectoria de éxito iniciada con películas como : Con su misma arma (1940), Siete pecadores (1940), Bataan (1943), La señora Parkington (1944), * El valle del destino (1945) o Un yanqui en la corte del Rey Arturo (1949), adaptación de la novela Mark Twain que fue protagonizada por Bing Crosby y Rhonda Fleming. Pero sin duda, la gran obra maestra de Garnett sería El cartero siempre llama dos veces (1946), versión cinematográfica del libro de James M. Cain que contaba con el protagonismo de John Garfield, Lana Turner y Cecil Kellaway. (Wikipedia)
Ya entrada la década de los 50 se va apartando del cine e introduciéndose en la televisión , dirigiendo capítulos de Bonanza, Los Intocables y Látigo. Posee una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood situada en el 6556 de Hollywood Boulevard.
La secuencia más sustanciosa de este screwball comedy es aquella en la que el mago interpretado por David Niven 'crea' a la mujer, mezclando en una probeta gigante ingredientes de connotaciones claramente sexistas, en unas sesiones de tarde dedicadas a las señoras, a las que el mago advierte que la vida se lo ha puesto muy difícil a la mayoría de ellas, empujándolas ciegas, sordas y mudas hacia un futuro incierto, cargado de misterio. La solución radica en la deconstrucción de la mujer en los diferentes elementos que la componen, ejercicio para el que usa a su propia esposa, protagonizada por Loretta Young, en el número 'cómo crear a una mujer', no hecha de cosas agradables; en un retorta va echando 65% de oxígeno16 por ciento de calcio, 10% de hidrógeno, 5% de nitrógeno, 3% de cloro y un 1 % de potasio, magmesio, azúcar, hierro, sodio, fósforo, -¿Verdad que es asqueroso?, matiza ¡Y pensar que hay hombres que se han gastado fortunas por unos productos químicos que valen menos de 4 chelines en la droguería del barrio! ¡O dos chelines y dos peniques con descuento! .Pero, no se preocupen señoras, los hombres somos más baratos. Agitando una bandera transforma su mesa de laboratorio en una coqueta cómoda femenina, vestida de tules y adornada con lazos. A partir de este momento comienza lo mejor: la belleza enorgullece a las mujeres, la virtud las perfecciona y la modestia las hace divinas.¡Qué mujer haría si pudiera pararme aquí. Pero por desgracia, a mi receta le falta la conciencia: temperamento, vanidad y celos. Si no los pusiera no sería una mujer, una esencia básica, el ingrediente más importante y ha de tener muchísimo es el amor...¡Oh, falta el sentido del pudor! El truco más difícil es quitársela de encima. Hombres y mujeres aplauden a rabiar.
Es una secuencia que vale la pena reproducir, y probablemente no sea Tay Garnett el mayor carcamal de su época, incluso podríamos aventurar con Paul Kemp, el periodista que protagoniza 'Los diarios del ron ' de Bruce Robinson (2011), interpretado por Johnny Deep, que con toda probabilidad no tardará mucho en cruzarse en nuestro camino un individuo tan primitivo que ésta anécdota nos parecerá progresiva.
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