Holy motors. Leo Carax. Ficha de identificación y crítica.
¿CINE DE TRIBU?
Ficha técnica:
Título: Holy motors.
País: Francia. Co-producción Franco-alemana.
Año: 2012.
Duración: 115 minutos.
Guión y Dirección: Leos Carax.
Ayudante de dirección: Juliet Gouet.
Casting: Elsa Pharaon, Christel Baras, Anne Agbadou-Masson.
Música: Neil Hannon.
Montaje: Nelly Quettier,
Dirección de Fotografía: Yves Cape, A,F.C. y S.B.C., Caroline Champetier,A.F.C.
Sonido: Erwan Kerzanet, Katia Boutin, Josefina Rodriguez, Emmanuel Croset.
Diseño de cibercriaturas: Diane Sorin.
Datamoshing: Jacques Perconte.
Director de efectos visuales: Thierry Delobel.
Diseño de decorados: Florian Sanson.
Maquillaje y peluquería: Bernard Floch.
Maquillaje de efectos especiales: Jean-Christophe SSpadaccini, Denis Gasto.
Maquillaje de efectos especiales: Jean-Christophe SSpadaccini, Denis Gasto.
Vestuario: Anaïs Romand, A.F.C.C.A.
Producción: Didier Abot, Martine Marignac.
Compañías: CNC, Les Filmes du Losange, Pierre Grise Productions, Arte la téle gran écran, Martine Marignac, Maurice Tinchant y Albert Prévost.
Co-producción franco-alemana. Francia: Pierre Grise Productions, Theo Films, Arte France Cinema, Cabal+; Alemania: Pandora Film, WDR/Arte.
Denis Lavant: El señor Oscar/ el banquero/ la mendiga/ el especialista en motion capture/ elseñor Merde/ el padre/ el acordeonista/el asesino/ la víctima/ el moribundo/ el hombre de la casa.
Edith Scob: Celine,
Eva Mendes: Kay M,
Kilye Minogue: Eva Grace (Jean)
Michel Piccoli,: hombre de la mancha de nacimiento..
Leos Carax: el durmiente: no hay traducción exacta al español.
Jeanne Disson: Angèle,
Élise Lhomeau: Léa (Élise )
Nastya Golubela Carax: hija pequeña.
Premios (Filmaffinity) :
2012: César Awards: 9 nominations, including Best Film
2012: Cannes Film Festival: Official Selection
2012: Chicago Film Festival: Best Movie, Best Actor (Lavant), Best Cinematography
2012: Sitges Film Festival: Best Film, Best Director & Méliès d’Argent - Best European Film
2012: Los Angeles Film Critics Awards: Best Foreign Film. Runner-up for Best Actor
Producción: Didier Abot, Martine Marignac.
Compañías: CNC, Les Filmes du Losange, Pierre Grise Productions, Arte la téle gran écran, Martine Marignac, Maurice Tinchant y Albert Prévost.
Co-producción franco-alemana. Francia: Pierre Grise Productions, Theo Films, Arte France Cinema, Cabal+; Alemania: Pandora Film, WDR/Arte.
Intérpretes:
Denis Lavant: El señor Oscar/ el banquero/ la mendiga/ el especialista en motion capture/ elseñor Merde/ el padre/ el acordeonista/el asesino/ la víctima/ el moribundo/ el hombre de la casa.
Edith Scob: Celine,
Eva Mendes: Kay M,
Kilye Minogue: Eva Grace (Jean)
Michel Piccoli,: hombre de la mancha de nacimiento..
Leos Carax: el durmiente: no hay traducción exacta al español.
Jeanne Disson: Angèle,
Élise Lhomeau: Léa (Élise )
Nastya Golubela Carax: hija pequeña.
Premios (Filmaffinity) :
2012: César Awards: 9 nominations, including Best Film
2012: Cannes Film Festival: Official Selection
2012: Chicago Film Festival: Best Movie, Best Actor (Lavant), Best Cinematography
2012: Sitges Film Festival: Best Film, Best Director & Méliès d’Argent - Best European Film
2012: Los Angeles Film Critics Awards: Best Foreign Film. Runner-up for Best Actor
Sinopsis:
"Holly Motors" narra 24 horas en la vida de un ser con múltiples caras:
asesino, mendigo, ejecutivo, monstruo, padre de familia... El
protagonista tiene una identidad completamente distinta en cada una de
estas vidas. Encarna personajes como si se tratase de una película
dentro de una película. ¿Pero dónde están las cámaras, el equipo de
cine, el escenógrafo? ¿Y dónde está su casa, su refugio? (Filmaffinity).
Críticas y Comentario:
"Holy motors, película inagotable y mutante, capaz de trascender su
aparente pesimismo en el fértil renacimiento de un cineasta inspirador,
es un espectáculo ideal para sobreexcitar todas las zonas erógenas del
espectador". (Jordi Costa. El País).
Holy motors es el film que ha levantado más polémica en el Festival de Cannes, dividiendo al público en ardientes defensores y apasionados detractores, situación que se traslada la crítica. De nuevo Francia se coloca al frente de la renovación de cine europeo, con una película calificada de desgarradora, chalada, maravillosa, rica, espantosa... lo que da idea del producto sobre el que recaen adjetivos tan antitéticos.
Las primeras imágenes nos muestran al público de una sala de cine durmiendo profundamente; unas imágenes precedentes de un film silente enseña a un atleta desnudo que realiza movimientos bruscos, planos en los que se inscriben los títulos de crédito. Un hombre, el durmiente, (interpretado por Leo Carax), duerme en una habitación que luego se sabe que es contigua. Despierta y a través de un hueco que abre en la pared entra en la sala en la que el público duerme y ve cosas extrañas, imágenes oníricas, ubicadas entre el sueño y la vigilia, mientras se oye la sirena de un barco. Tras un corte directo nos encontramos en una casa en forma de buque, a través de una de cuyas ventanas redondas vemos a un niña entre los árboles que se reflejan en el cristal, que evoca la nostalgia de Andrei Tarkovski. Éste es el prólogo que nos lleva a la limusina, un espacio en el que un ejecutivo se lamenta de que la sociedad los haya convertido en el cabeza de turco de la miseria, un vehículo que se desplaza a través de la ciudad y en cuyo interior entran en conexión realidades, tiempos y espacios diferentes.
Con una puesta en escena vanguardista, tonos fríos y velados, el protagonista va desempeñando diferentes papeles, que van iluminando el trayecto del hombre hacia la avaricia, este hombre que se queja junto con los de su grupo de que la sociedad quiera responsabilizarles de la miseria, olvidando que son generadores de burbujas, como advierten los economistas ajenos a los profesionales de salón. En la limusina dispone de todo lo necesario para ir adaptándose a las diferentes circunstancias: la mendiga que sólo ve adoquines y pies a fuerza de ir siempre agachada, mirando el suelo; el especialista de motion capture en la práctica del sexo, en la que el hombre es un reptil que somete a la mujer; la educación de la hija, la relación con la sobrina, el recuerdo de la amante...A medida que avanza el film las situaciones se van haciendo más bizarras, hasta desembocar en el hombre de una casa que comparte con su mujer y un hijo, dos chimpancés, en un barrio pequeñoburgués de casitas adosadas. En cada ocasión cambiará de apariencia y de indumentaria, propia de estatus sociales diferentes, y en el horizonte siempre esta la última visita al cementerio.
En su entrevista con su antigua amante, Eva Grace/Jane (Kilye Minogue), ésta se pregunta quiénes eran y que serían ahora si hubiesen vivido de otra manera, pero no hay nuevos comienzos, por lo que la cuestión carece de sentido. En definitiva el hombre, si pudiera revivir, usar la moviola, demostraría que lo que en realidad quiere es volver a vivir lo mismo, volver a recorrer su gran camino. Terminado el trayecto, todas las limusinas acuden a su garaje, Holy Motors , y Alice, la chófer del banquero se pone una máscara para regresar a casa. Estos emblemáticos vehículos, cuando quedan solos en su guarida, se lamentan de que su época de esplendor llega a su fin: los hombres ya no quieren máquinas visibles
De nuevo los franceses, de acuerdo con la tradición, se ponen al frente de la avanzadilla cultural e intelectual europea, y no sólo inundan nuestros cines con producciones que ocupan un alto porcentaje de la cuota de la cartelera, sino que empiezan a proporcionar a su público reflexiones sobre la cuestión que más preocupa al europeo actual, la primera crisis global y sus repercusiones en el estado de bienestar, el welfare que hemos levantado entre todos con tanto esfuerzo. Leo Carax y su film de estética futurista posmoderna, Holy motors, refleja el sentimiento general de que vivimos en un mundo corrupto, dominado por el dinero, dios al que veneran amplios sectores sociales, nos aboca al aburrimiento y la cotidianeidad más repetitiva, de la que sólo nos pueden salvar, según la interpretación de Aurélien Le Genissel, el arte, la imaginación, la fantasía y la 'limusina', habitáculo que comparte con el francófono David Cronenberg en 'Cosmópolis', el corazón en el que se gesta la creatividad necesaria para combatir esa angustia existencial generalizada y no el 'tanque protector' del financiero corrupto del realizador canadiense.
Si en octubre de 2012 preocupaba la situación de Grecia, los generadores de burbujas han creado un nuevo escenario: la burbuja de la deuda, de los bonos basura que dan buenos rendimientos, basados en las calificaciones de las agencias, generalmente norteamericanas, pero que a la larga son incobrables. Ya han provocado su primera víctima: el paraíso fiscal de Chipre, que vive, como todos estos refugios del dinero, de los negocios de sus bancos.
Leo Carax ha realizado un film muy interesante, una serie de películas dentro de otras, que se van gestando en el interior de una limusina, que reúne todo lo necesario para la caracterización de cada personaje: la riqueza, la mendicidad y la pobreza, el sexo, la educación, el sometimiento de las mujeres, representado por el burka de Eva Mendes, la búsqueda del tiempo perdido o la deriva imparable del hombre hacia el absurdo, simbolizado por los simios que constituyen la familia de uno de los personajes.
Termina la función, y de nuevo el atleta desnudo de la película silente nos recuerda que quizás todo lo hemos soñado, que todo era una pesadilla, mientras los títulos de crédito nos recuerdan que el film es una obra colectiva europea de categoría, que busca la renovación del discurso visual, y que de hecho lo consigue. Hemos seguido el film desde que se anunció; la aparición en el mercado del DVD y blu-ray es una buena noticia para los cinéfilos, que deben tomar debida nota de las obras que no han surgido de espaldas a su tiempo, productos de cineastas comprometidos con su generación.
Holy motors es el film que ha levantado más polémica en el Festival de Cannes, dividiendo al público en ardientes defensores y apasionados detractores, situación que se traslada la crítica. De nuevo Francia se coloca al frente de la renovación de cine europeo, con una película calificada de desgarradora, chalada, maravillosa, rica, espantosa... lo que da idea del producto sobre el que recaen adjetivos tan antitéticos.
Comentario:
Las primeras imágenes nos muestran al público de una sala de cine durmiendo profundamente; unas imágenes precedentes de un film silente enseña a un atleta desnudo que realiza movimientos bruscos, planos en los que se inscriben los títulos de crédito. Un hombre, el durmiente, (interpretado por Leo Carax), duerme en una habitación que luego se sabe que es contigua. Despierta y a través de un hueco que abre en la pared entra en la sala en la que el público duerme y ve cosas extrañas, imágenes oníricas, ubicadas entre el sueño y la vigilia, mientras se oye la sirena de un barco. Tras un corte directo nos encontramos en una casa en forma de buque, a través de una de cuyas ventanas redondas vemos a un niña entre los árboles que se reflejan en el cristal, que evoca la nostalgia de Andrei Tarkovski. Éste es el prólogo que nos lleva a la limusina, un espacio en el que un ejecutivo se lamenta de que la sociedad los haya convertido en el cabeza de turco de la miseria, un vehículo que se desplaza a través de la ciudad y en cuyo interior entran en conexión realidades, tiempos y espacios diferentes.
Con una puesta en escena vanguardista, tonos fríos y velados, el protagonista va desempeñando diferentes papeles, que van iluminando el trayecto del hombre hacia la avaricia, este hombre que se queja junto con los de su grupo de que la sociedad quiera responsabilizarles de la miseria, olvidando que son generadores de burbujas, como advierten los economistas ajenos a los profesionales de salón. En la limusina dispone de todo lo necesario para ir adaptándose a las diferentes circunstancias: la mendiga que sólo ve adoquines y pies a fuerza de ir siempre agachada, mirando el suelo; el especialista de motion capture en la práctica del sexo, en la que el hombre es un reptil que somete a la mujer; la educación de la hija, la relación con la sobrina, el recuerdo de la amante...A medida que avanza el film las situaciones se van haciendo más bizarras, hasta desembocar en el hombre de una casa que comparte con su mujer y un hijo, dos chimpancés, en un barrio pequeñoburgués de casitas adosadas. En cada ocasión cambiará de apariencia y de indumentaria, propia de estatus sociales diferentes, y en el horizonte siempre esta la última visita al cementerio.
En su entrevista con su antigua amante, Eva Grace/Jane (Kilye Minogue), ésta se pregunta quiénes eran y que serían ahora si hubiesen vivido de otra manera, pero no hay nuevos comienzos, por lo que la cuestión carece de sentido. En definitiva el hombre, si pudiera revivir, usar la moviola, demostraría que lo que en realidad quiere es volver a vivir lo mismo, volver a recorrer su gran camino. Terminado el trayecto, todas las limusinas acuden a su garaje, Holy Motors , y Alice, la chófer del banquero se pone una máscara para regresar a casa. Estos emblemáticos vehículos, cuando quedan solos en su guarida, se lamentan de que su época de esplendor llega a su fin: los hombres ya no quieren máquinas visibles
De nuevo los franceses, de acuerdo con la tradición, se ponen al frente de la avanzadilla cultural e intelectual europea, y no sólo inundan nuestros cines con producciones que ocupan un alto porcentaje de la cuota de la cartelera, sino que empiezan a proporcionar a su público reflexiones sobre la cuestión que más preocupa al europeo actual, la primera crisis global y sus repercusiones en el estado de bienestar, el welfare que hemos levantado entre todos con tanto esfuerzo. Leo Carax y su film de estética futurista posmoderna, Holy motors, refleja el sentimiento general de que vivimos en un mundo corrupto, dominado por el dinero, dios al que veneran amplios sectores sociales, nos aboca al aburrimiento y la cotidianeidad más repetitiva, de la que sólo nos pueden salvar, según la interpretación de Aurélien Le Genissel, el arte, la imaginación, la fantasía y la 'limusina', habitáculo que comparte con el francófono David Cronenberg en 'Cosmópolis', el corazón en el que se gesta la creatividad necesaria para combatir esa angustia existencial generalizada y no el 'tanque protector' del financiero corrupto del realizador canadiense.
Si en octubre de 2012 preocupaba la situación de Grecia, los generadores de burbujas han creado un nuevo escenario: la burbuja de la deuda, de los bonos basura que dan buenos rendimientos, basados en las calificaciones de las agencias, generalmente norteamericanas, pero que a la larga son incobrables. Ya han provocado su primera víctima: el paraíso fiscal de Chipre, que vive, como todos estos refugios del dinero, de los negocios de sus bancos.
Leo Carax ha realizado un film muy interesante, una serie de películas dentro de otras, que se van gestando en el interior de una limusina, que reúne todo lo necesario para la caracterización de cada personaje: la riqueza, la mendicidad y la pobreza, el sexo, la educación, el sometimiento de las mujeres, representado por el burka de Eva Mendes, la búsqueda del tiempo perdido o la deriva imparable del hombre hacia el absurdo, simbolizado por los simios que constituyen la familia de uno de los personajes.
Termina la función, y de nuevo el atleta desnudo de la película silente nos recuerda que quizás todo lo hemos soñado, que todo era una pesadilla, mientras los títulos de crédito nos recuerdan que el film es una obra colectiva europea de categoría, que busca la renovación del discurso visual, y que de hecho lo consigue. Hemos seguido el film desde que se anunció; la aparición en el mercado del DVD y blu-ray es una buena noticia para los cinéfilos, que deben tomar debida nota de las obras que no han surgido de espaldas a su tiempo, productos de cineastas comprometidos con su generación.
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