La pequeña princesa. Walter Lang







Ficha técnica:

Título original: The little Princess.
País: Estados Unidos.
Año: 1939.
Duración:  93 minutos.
Dirección: Walter Lang.
Guión: Ethel Hill, Walter Ferris (Novela: Frances Hodgson Burnett)
Dirección de Fotografía: Walter Miller, A.S.C. y  William Skall, A.S.C. Tecnicolor.
Música: Louis Silvers.
Director artístico: Bernard Herzbrun y Hans Peters.
Decoración del set: Thomas Little.
Edición: Louis Loeffler.
Vestuario: Gwen  Wakeling.
20th Century Fox.


Intérpretes:

Shirley Temple: Sara Crewe,
Richard Greene: Goeffrey  Hamilton,
Anita Louise: Rose,
Ian Hunter: Capitán Crewe,
Cesar Romero: Ram Dass,
Arthur Treacher: Bertie Minchin,
Mary Nash: Amanda Minchin,
Sybil Jason: Becky,
Miles Mander: Lord Wickham,
Marcia Mae Jones: Lavinia
Beryl Mercer: Reina Victoria,
...

Sinopsis




Cuando el  capitán Reginald Crewe parte a la guerra contra los boers, se ve obligado a dejar  en una residencia a su hija Sara. La bondad  de la niña se granjeae la amistad de  algunas compañeras pero tambien la envidia de  otras. Y todo se complica  con la posible muerte de su padre, que la llevará a una situación todavía  más dramática.




Comentario:

Enternecedora historia con tintes melodramáticos en torno a las peripecias de la hija de un capitán del ejército británico adinerado que marcha con su ejército a defender el imperio colonial británico en Sudáfrica y deja a su hija en un internado regentado por dos hermanos, encargados de perpetuar los valores clasistas y discriminatorios de la vieja sociedad inglesa. Es una buena muestra del trato que recibían los niños pobres en la Inglaterra victoriana, a pesar  de que la reina Victoria tiene una aparición breve y muy generosa con la hija de uno de sus oficiales, que sabe  cómo debe comportarse con la soberana.

Los pobres niños que soportaban largas jornadas están representados por  Becky, muy bien tratada por la  niña Sara, pero que, mientras ésta saldrá del infierno tras hallar a su padre, ella deberá permanecer en él sin esperanza. La película, adobada con algún número musical  a cargo de Shirley Temple, la famosa niña prodigio, denuncia la crueldad que ejercen sobre los caídos en desgracia  no sólo las clases  altas, sino ciertos sectores del lumpen siempre dispuestos a asociarse con los ricos e impedir que nadie de sus filas logre desclasarse.






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