Amor eterno.Ernst Lubitsch

Ficha técnica:

Título original: Eternal Love.
País: Estados Unidos.
Año: 1929.
Duración: 72 minutos.
Dirección: Ernst Lubitsch
Guión: adaptación de la novela de Hans Kraly; títulos de Katharine Hilliker y H.H.Caldwell.
Productor: M.Schenck, John Barrymore y EErnst Lubitsch.
Dirección de Fotografía: Oliver Marsh.
Edición: Andrew MMarton.
Sets y Vestuario: Walter Reimann.
Productor: Milestone Film Release, Mary Pickford Foundation, Ucla (Film and Televisión Archive), United Artists Pictures


Intérpretes:

John Barrymore: Marcus Paltram,
Camila Horn: Ciglia,
Victor Varconi : Lorenz GGruber,
Mona Rico: Pia,
Hobart Bosworth: Reverend Tass,
Evelyn Selbie: Madre de Pia,
Bodil Rosing: Housekeeper.

Sinopsis:

El suizo Marcus Paltran está enamorado de Ciglia, pero él es amado por Pia, una chica de las montañas. Una noche, en la que Marcus está embriagado, Pia consigue seducirlo, engañarlo y conseguir que se case con él. Giglia se casa con Lorenz Grube, que siempre la quiso y que intenta que el arisco montañero abandone el pueblo.

Comentario:

El año en que se produjo la Gran Depresión económica, tras aquel viernes negro en que cayó Wall Street, crac  que sumió a la población mundial en la mayor crisis económica conocida hasta el momento, Ernst Lubitsch hizo un film, 'Amor eterno', aparentemente inocente, pero que nos presenta a los orgullosos y hoy muy avanzados pueblos austriaco y suizo como unos campesinos, que vivían en casas que se asemejan mucho a las actuales, en los que las viejas del lugar, tocadas con pañuelos, se dejaban llevar por el cotilleo y la maledicencia, llegando incluso al linchamiento de un hombre por una vendetta relacionada con los celos, tema universal y tan antiguo como el hombre.

Cuando estaba a punto de acceder al poder el austriaco Hitler, Lubitsch, que había emigrado a Estados Unidos  unos pocos años antes,  pinta a la raza superior como un pueblo desconfiado, supersticioso y antiguo. No sería la primera vez que llevaría un linchamiento a la pantalla, pero el intento de matar a Ciglia y Marcus, persiguiéndoles por los escarpados Alpes, cubiertos por la nieve, es espectacular. Cierra la historia con un planteamiento místico, en el que la joven pide a Dios que acabe con los amantes, cuyo único pecado es haberse querido, para que no se separen nunca; al parecer les concede el deseo en forma de avalancha.