Burlesque.Steven Antin.






Ficha técnica:


Título original: Burlesque.
País: Estados Unidos.
Año: 2010.
Dureción: 114 minutos.

Dirección: Steven Antin.
Guión: Steven Antin, Susannah Grant y Keith Merryman.
Casting: John Papsidera, C.S.A.
Dirección de Fotografía: Bojan  Bazelli, A.S.C.
Música: Christophe Beck; Productor: Christina Aguilera;  Consultor: C."Tricky" Stewart; Supervisor:  Buck Damon.
Coreografía: Denise Faye y Joey Pizzi.
Edición: Virginia Katz, A.C.E.
Director artístico: Chris Cornwell
Decorador del set: Dena Roth.

Diseño de Vestuario: Michael Kaplan.
Maquillaje: Cindy Williams.
Peluquería: Martin Samuel.

Producción: Donald De Line.
Productores ejecutivos: Dana Belcastro, Stacy Colker Cramer, Risa Shapiro.
Productores asociados: Geoff Hansen, Bojan Bazelli y Dave Goldberg.
Diseño de producción: Jon Gary Steele
Screen Gems presenta a De Line Pictures Production


Intérpretes:


Cher: Tess
Cristina Aguilera: Ali,
Eric Dane : Marcus,
Cam Gigandet: Jack,
Julianne Hough: Georgia,
Alan Cumming: Alexis,
Peter Gallagher: Vince,
Kristen Bell: Nikki,
Stanley Tucci: Sean,
Dianna Agron: Natalie,
Glynn Turman: Harold Saint,
David Walton: Mark the DJ.

 Premios:


2010: Globos de Oro: Mejor  Sonido. 3 Nominaciones, incluida Mejor Comedia y   Musical
2010: Nominada a los Premios Razzie: Worst Supporting Actress (Cher)
2010: Nominada  por  Critics' Choice Awards: Mejor Sonido.

Sinopsis:


 Para Ali, una chica de pueblo con una gran voz, tenía que haber un lugar donde realizar sus sueños y alcanzar sus metas. Dejando atrás las dificultades y un futuro incierto, Ali decide cambiar por la capital del entretenimiento: Los Ángeles, donde casualmente se tropieza con la Sala Burlesque, un majestuoso teatro en apuros que alberga una inspirada revista musical. Allí conoce a Tess, la glamorosa y sincera dueña del club, quien regenta y convierte a las chicas en estrellas, a quien convence para que le de trabajo como camarera sirviendo cócteles. Muy pronto Ali, una esponja con los ojos bien abiertos, queda absorbida por los cautivantes números del Burlesque. Los extravagantes trajes y la valiente coreografía atrapan a la ingenua joven. Ese escenario es el lugar para el que Ali ha nacido y jura que algún conseguirá estar sobre él. Pero antes, para bien o para mal, tendrá que encontrar su lugar entre las muchas relaciones personales del teatro. Entabla amistad con una de las bailarinas, encuentra una enemiga en una de las artistas angustiada y celosa, y se gana el cariño de Jack, un apuesto barman y músico que la acoge como compañera de piso hasta que pueda consolidar su situación económica. Eventualmente, con la ayuda de un ingenioso, ácido pero sensible, director de escena y el andrógino anfitrión del club, logrará recorrer el camino desde el bar al escenario. Gracias a su espectacular voz y sus dotes para el escenario la sala Burlesque revivirá su antigua gloria, haciendo que Tess recobre la esperanza de que no tendrá que atender las exigencias de su ex marido para que venda el local a un carismático empresario con una propuesta tentadora. A medida que la estrella de Ali sube más alto, queda claro que la sala Burlesque existe para brillar, fascinar y convertir en realidad los sueños. ¿Pero tendrá sus días- y noches sexys llenas de música y color- contados?

Comentario y críticas:


Uno de los mejores antídotos para enjuiciar un film  sin estar  mediatizado por cualquier tipo de  prejuicios es establecer una comparación con otras cintas del género. Si volvemos la vista hacia  Cabaret, (1972), de Bob Fosse, la película de Antin  sale profundamente debilitada; pero si comparamos Burlesque con Chicago, de Rob Marshall, (2002), la segunda alcanza un puesto  legítimo entre los musicales norteamericanos con más garra, a pesar de haber sido menospreciado hasta el momento; hoy se habla del talento 'artesanal' de su director.

Steven Antin bebe de estas fuentes, con homenajes muy explícitos como la ametralladora dorada de las bailarinas asesinas Roxi Hart y Velma Kelly  de Chicago, o el número que interpreta el personaje encarnado por Joel Grey, el  bailarín de cara pintada, símbolo del Cabaret,  que mueve su cuerpo al compás  del sonido del dinero. Pero hace un film sin cerebro, en el que el centro es un cabaret sin desnudos, una sala de conciertos de adolescentes, fans de Christina Aguilera, que, a pesar de sus zapatos kitch, sus enormes senos, sus minifaldas y  su exhibición de vozarrón, no resulta conmovedora como estrella de una 'sala de fiestas', y menos si se la compara con Liza Minnelli o Catherine Zeta-Jones. No resulta en absoluto creible, y afortunadamente para ella, Cher , que tampoco está para echar las campanas al vuelo, se mantiene relegada en un papel secundario.

La cinta, además, intenta impregnarse del glamour de David Frankel, en su film 'El diablo se viste de Prada', utilizando como vehículo una pareja formada por la propietaria del Club Burlesque, Tess (Cher), y su ayudante y confidente  Sean, (Stanley Tucci), interpretado por el mismo actor en ambos casos y desempeñando incluso el emotivo papel de amigo gay de las dos mujeres maduras,  cuyo amor por ellas es sincero, ya que no se  interfiere ningún otro interés,  ni siquiera sexual. La presencia de ambos en la pantalla es lo más refrescante  de esta comedia musical.

Roger Ebert, (Chicago Sun-Times) , sentencia el film de Steven Antin  con la crítica más demoledora: "El cabaret en 'Burlesque' no tiene desnudos, ni striptease, (...)  ofrece cabaret como si el cabaret hubiese muerto y subido al cielo."  (Filmaffinity). Es más que probable que este tipo de espectáculo haya muerto o esté en plena decadencia, por lo que el realizador en su lugar  nos ofrece una Operación Triunfo  'con glamour', dirigida a quinceañeras que no entienden por qué se les mete en locales con mesas y lamparitas, con una clientela que roza o sobrepasa los cuarenta años. Nos quedamos con la posibilidad de adquirir los derechos de propiedad aérea, es decir comprar la imposibilidad de que alguien construya delante de tu casa y te quite la vista; primero adquirió este derecho el millonario, para tener la mejor vista desde Sunset Boulevard, pero no cayó en la cuenta de que los pobres también  podían vender estos mismos derechos en la dirección contraria, lo que le impedía construir delante de las casas del primero que accediera a la propiedad del aire. No sabemos si esta posibilidad existe en Estados Unidos; en caso contrario es mejor no dar ideas.

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