Malas tierras. Terrence Malick
Ficha técnica:
Título original: Badlands .
País: USA.
Año: 1973.
Duración: 94 minutos.
Guión y Dirección: Terrence Malick.
Casting: Diane Derfner.
Dirección de Fotografía: Tak Fujimoto, Steven Larner y Brian Proby.
Música 'poética': George Tipton, Carl Orff, Gunild Keetman y James Taylor.
'Trois morceaux en forme de poire': Eric Satie.
Edición: Robert Estrin. Editor asociado:: William Weber.
Edición música: Erma Levin.
Director artística: Jack Fisk.
Sonido: Sam Shaw.
Producción ': Terrence Malick y Edward R. Pressman.
Productor ejecutivo: Edward R.Pressman.
Productor asociado: Lou Stroller.
Producción manager: William Scott.
Peluquería/ Vestuario : Dona Derfner.
Warner Communications Company, The American Film Institute Distribución: Warner Bros
Intérpretes:
Sissy Spacek : Holly,
Warren Oates: Padre,
Ramon Bieri : Cato,
Alan Vint : Deputy,
Gary Littlejohn: Sheriff,
John Carter : hombre rico,
Bryan Montgomery: joven,
Gail Threlkeld: chica,
Charles Fitzpatrick : Clerk,
Howard Ragsdale : Boss.
Más créditos en Imdb.
Sinopsis:
'Malas tierras (Badlands )" es una puesta en escena del asesinato de Starkweather-Fugate en la década de 1950, en el que una chica adolescente y su novio de unos veinte y tantos asesinó a toda su familia y a varios otros en las tierras baldías de Dakota del Sur. Cuando el joven Kit Carruthers (Martin Sheen) conoce a Holly (Sissy Spacek), decide dejar atrás su mediocre vida y alcanzar el triunfo sea como sea; tras un trágico incidente, ambos jóvenes se convierten en fugitivos.
Críticas:
Pablo Kurt se involucra personalmente en la crítica cada vez que entiende que el film merece ese ejercicio. Esto es lo que pasa con un cineasta como Terrence Malick, y su primera película en la que nos "muestra un país a la deriva, en busca de la propia identidad, oscilante entre sus mitos derruidos del pasado y un futuro sombrío " (Wikipedia):
Críticas:
Pablo Kurt se involucra personalmente en la crítica cada vez que entiende que el film merece ese ejercicio. Esto es lo que pasa con un cineasta como Terrence Malick, y su primera película en la que nos "muestra un país a la deriva, en busca de la propia identidad, oscilante entre sus mitos derruidos del pasado y un futuro sombrío " (Wikipedia):
"A punto de cumplir los treinta años, un desconocido Terrence Malick, graduado en filosofía en Harvard y con apenas un par de guiones escritos, decide dirigir su ópera prima y, de paso, dejar huella. Con gran elegancia el director norteamericano envuelve en un tono poético un duro relato basado en hechos reales (unos jóvenes que cometen un asesinato y huyen), ayudado por unas interpretaciones excepcionales tanto de Sheen como de Spacek. Mejor película en el Festival de San Sebastián, una cinta independiente que hoy es todo un clásico sobre la América profunda. "(Pablo Kurt. Filmaffinity).
El film de Malick se convierte en un precedente de una serie de películas que tienen a una pareja de jóvenes asesinos como protagonistas, como Amor a quemarropa de Tony Secott, (1993), o Asesinos natos de Oliver Stone (1994).
Comentario:
En este film de 1973, su primer largometraje, ya estaban presentes algunas características que marcarían el estilo del realizador como el panteismo que domina la naturaleza, la poesía en el tratamiento de la imágen y la deconstrucción en el desarrollo de los personajes, que permite que el espectador vaya accediendo intelectualmente a unos arquetipos individuales que generan las crisis económicas, seres inadaptados como Kit, diez años mayor que Holly, una joven que todavía acude a la escuela, sin formación ni capacitación para incorporarse a la vida adulta en momentos de máximas dificultades.
El lenguaje visual es todavía clásico, contenido, esteticista, filmado con cámaras tranquilas, minimalista y muy eficiente. La música dota de misticismo a la imagen, y la combinación de ambas formas de expresión alcanza un climax religioso en el incendio de la casa del padre de Holly, en la que no sólo se destruye su cadáver, sino todos los objetos que acumuló en su vida y que debieran quedar testimonio de su paso por ella. Nada queda de él, excepto las noticias de la prensa que lo relacionan con el hecho luctuoso de su muerte. La hija asiste impasible a la destrucción de su pasado.
Pero, a diferencia de otras realizaciones de la década de los 90, de Tony Scott y Oliver Stone, que abordaron el tema de una pareja de jóvenes delincuentes, en el caso de Kit todavía existe un intento de justificación ética o moral, por débil que sea, y un reconocimiento final de que en algún momento sintió satisfacción al matar. El joven es un psicópata sin formación, que no sabe ni leer, que ha desempeñado las tareas más sórdidas de la sociedad, trabajando como basurero, lo que le provoca el desprecio de los vecinos. Pero no es un personaje afectado por el resentimiento, sino un absoluto 'descerebrado' que se mueve por impulsos irrefrenables y que busca la notoriedad por cualquier procedimiento, algo que en efecto consigue. Los policías y militares que lo detienen lo saludan como a un héroe, un experto criminal que les regala recuerdos personales, como el mechero con el que quemó la casa del padre de Holly, su peine o algún que otro pequeño objeto personal.
El miedo de la sociedad a este tipo de criminales se materializa en el encadenamiento de que es objeto, una vez detenido; años más tarde, en la década de los 90, los mecanismos de inmovilización se sofisticarán con Hanibal Lecter, un sociópata más refinado y sanguinario. El personaje que interpreta Martin Sheen, cuya imagen se asocia constantemente en el film con la de James Dean, es inculto, torpe de movimientos, y sólo tiene a su favor la belleza de su juventud y la intrepidez de sus acciones, que lo convertirán en un héroe romántico para el diestro en el manejo de las armas, aunque actúe como un ángel exterminador cada vez que se encuentra con un ciudadano indefenso, por mucho dinero que tenga.
El film de Malick se convierte en un precedente de una serie de películas que tienen a una pareja de jóvenes asesinos como protagonistas, como Amor a quemarropa de Tony Secott, (1993), o Asesinos natos de Oliver Stone (1994).
Comentario:
En este film de 1973, su primer largometraje, ya estaban presentes algunas características que marcarían el estilo del realizador como el panteismo que domina la naturaleza, la poesía en el tratamiento de la imágen y la deconstrucción en el desarrollo de los personajes, que permite que el espectador vaya accediendo intelectualmente a unos arquetipos individuales que generan las crisis económicas, seres inadaptados como Kit, diez años mayor que Holly, una joven que todavía acude a la escuela, sin formación ni capacitación para incorporarse a la vida adulta en momentos de máximas dificultades.
El lenguaje visual es todavía clásico, contenido, esteticista, filmado con cámaras tranquilas, minimalista y muy eficiente. La música dota de misticismo a la imagen, y la combinación de ambas formas de expresión alcanza un climax religioso en el incendio de la casa del padre de Holly, en la que no sólo se destruye su cadáver, sino todos los objetos que acumuló en su vida y que debieran quedar testimonio de su paso por ella. Nada queda de él, excepto las noticias de la prensa que lo relacionan con el hecho luctuoso de su muerte. La hija asiste impasible a la destrucción de su pasado.
Pero, a diferencia de otras realizaciones de la década de los 90, de Tony Scott y Oliver Stone, que abordaron el tema de una pareja de jóvenes delincuentes, en el caso de Kit todavía existe un intento de justificación ética o moral, por débil que sea, y un reconocimiento final de que en algún momento sintió satisfacción al matar. El joven es un psicópata sin formación, que no sabe ni leer, que ha desempeñado las tareas más sórdidas de la sociedad, trabajando como basurero, lo que le provoca el desprecio de los vecinos. Pero no es un personaje afectado por el resentimiento, sino un absoluto 'descerebrado' que se mueve por impulsos irrefrenables y que busca la notoriedad por cualquier procedimiento, algo que en efecto consigue. Los policías y militares que lo detienen lo saludan como a un héroe, un experto criminal que les regala recuerdos personales, como el mechero con el que quemó la casa del padre de Holly, su peine o algún que otro pequeño objeto personal.
El miedo de la sociedad a este tipo de criminales se materializa en el encadenamiento de que es objeto, una vez detenido; años más tarde, en la década de los 90, los mecanismos de inmovilización se sofisticarán con Hanibal Lecter, un sociópata más refinado y sanguinario. El personaje que interpreta Martin Sheen, cuya imagen se asocia constantemente en el film con la de James Dean, es inculto, torpe de movimientos, y sólo tiene a su favor la belleza de su juventud y la intrepidez de sus acciones, que lo convertirán en un héroe romántico para el diestro en el manejo de las armas, aunque actúe como un ángel exterminador cada vez que se encuentra con un ciudadano indefenso, por mucho dinero que tenga.
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