Primary Colors. Mike Nichols







Ficha técnica:

Título original: Primary Colors.
País: Estados Unidos.
Año: 1998
Duración: 135 minutos.
Dirección: Mike Nichols.
Guión: Joe Klein, Elaine May, basado en una novela anónima.
Castin: Juliet Taylor, Ellen Lewis y Juel Bestrop.
Dirección de Fotografía: Michael Ballhaus, A.S.C.
Música: Ray Cooder, Carly Simon.
Edición: Arthur Schmidt.
Producción: Michael Haley, Michele Imperato, Jonathan D.Krane,
 Neil A.Machlis, Mike Nichols.
Productores ejecutivos: Neil Machlis, Jonathan D.Krane.
Diseño de producción: Bo Welch.
Co-productores: Michele Imperato.
Productor asocaido: Michael Haley
Mutual Film Company para Universal Pictures,. Tele-München, 
asociadacon UGC PH, BBC y Marubeni/Toho - Towa

Intérpretes:

 John Travolta: Gobernador Jack Stanton,
Emma Thompson: Susan Stanto,
Billy Bob Thornton: Richard Jemmons,
Katy Bates: Libby Holden,
Adrian Lester: Henri Burton,
Maura Tierney: Daisy,
Larry Haman: obernador Fred Picker,
Paul Guilfoyle: Howard Ferguson,
Diane Ladd: Mamá Stanton,
Rob Reiner:  Ixzzy Rosenblatt
Robert Klein: Norman Asher
Caroline Aaron Mykelti Williamson
Tony Shalhoub: Eddie Reyes,
Rebecca Walker: March,
Tommy Hollis: Willie,
...

Sinopsis:

Jack Stanto ( John Travolta), un idealista gobornador de un estado sureño, y su esposa Susan (Emma Thomson)), lucharán por llegar a la cima del poder, llevando a cabo una dura campaña electoral repleta de escándalos sexuales.


Comentario:

Mike Nichols aborda el tema de las elecciones primarias norteamericanas y  los escándalos que jalonan la carrera de un candidato  hacia la Casa Blanca, que afectan especialmente a los líderes demócratas, más sensibles por la calidad de los temas que defienden, cuestiones que intentan aliviar las cargas morales y sentimentales de los que  ya soportan una vida dura por la carencia de recursos, como  la defensa del divorcio, el aborto, la integración de las minorías o el matrimonio gay. La importancia de la cultura y la formación queda de manifiesto en una bellísima  primera secuencia sobre la alfabetización de adultos ´. Los movimientos ciudadanos que dan la impresión de paliar estos escollos, tienen otros más difíciles de orillar, por su caracter singular: mientras se logran avances contra los desahucios, por poner un ejemplo reciente en nuestro país,  se aprueba, sin que nadie se percate, una ley que  privatiza las costas y las destruye en pro del negocio inmobiliario, que tantos disgustos ha proporcionado a la humanidad. Esto también lo contempla Nichols en la primera secuencia, la que centra la cuestión, en el enfrentamiento entre Henry y su novia que pertenece al grupo Black Advocate (La Causa Negra).

La organización socio-económica actual es muy compleja y hay  que llegar a todos los votantes, sean cuales sea su nivel de formación política. Si a ello añadimos el que cada uno de nosotros es un 'estado' con su propia ideología e intereses,  acaba por hacerse bueno el axioma de Salustio que afirmaba que el hombre no quiere la libertad sino un buen amo. El conocimiento de estos hechos por los expertos en mercadotecnica y venta de cualquier cosa, incluido el presidente de un país, saben que sólo hay una forma de llegar al 'yo', el ego de cada uno de los electores: el miedo. Cuando el temor entra en campaña importa poco la ideología, lo que cada candidato ofrece pasa a segundo plano y la actualidad la ocupan sus pecados de juventud: sus novias, sus ligues, sus escarceos extramatrimoniales, el consumo de estupefacientes o de alcohol en su juventud e incluso en su adolescencia.

El  individualismo entra en juego, e importa poco el por qué se ha puesto en marcha una campaña electoral: fortalecimiento del estado del bienestar, adelgazamiento  del estado y recortes que incrementan el paro o las dificultades para llegar a final de mes de los que tienen la suerte de trabajar. Los periódicos aumentan su tirada, y las masas se enfrentan por los amoríos del candidato. Es el precio del poder que debe pagar quien aspira a él, lo que no sería despreciable si con su hundimiento no  se abatieran las esperanzas de los que están en la cuneta, que es lo que verdaderamente importa. Jack Stanton (John Travolta) le dice a su ayudante Henry Burton (Adrian Lester),  que incluso Lincoln fue puta antes que Presidente. Cuando se llega al poder se acaban las mentiras y cada cual desarrolla la política para la que ha sido elegido, (dentro de los límites que impone la realidad y la coyuntura económica), la de su formación y los votantes que  apoyan al candidato y no se dejan arrastrar por las trampas de las campañas. Unos no pueden soportar el peso que ejerce la duda sobre sus conciencias mientras dura el juego sucio, como Libby, (Katy Bates) , y se suicidan, mientras otros no tienen problemas para mentir a la gente y aprovechar sus peores miedos sólo por el premio. El dilema que se plantea al colaborador del equipo  del gobernador-candidato es  la suciedad  del juego y prefiere dedicarse a captar votos de forma  modesta  y limpia. El gobernador se hace una pregunta retórica: ¿Para qué? ¿Para abandonarlos ante la primera acusación, falsa o no,  lanzada contra el  candidato de turno ?

Obtenida la victoria llega el momento de la auténtica responsabilidad; una de las mujeres que han formado parte del equipo del Presidente durante la campaña electoral, al estrecharle la mano formula un deseo: 'No nos rompas el corazón' ; una petición muy semejante fue formulada por jóvenes españoles a un mandatario en las mismas circunstancias, y perteneciente a la misma tendencia ideológica, ya que,  aunque no se haga explícito en el film, Stanton es un lider demócrata.

 

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