Sangre y arena. Fred Niblo







Ficha técnica:

Título originl: Blood and sand.
País: Estados Unidos.
Año: 1922
Duración: 86 minutos.
Dirección: Fred Niblo.
Guión: June Mathis, basado en la novela de Blasco Ibáñez.
Dirección de Fotografía: Alwin Wickoff, B&W. Blanco y negro.
Paramount Pictures.NFP Release, Famous Players-Lasky Corporation.


Intérpretes:

Rodolfo  Valentino: torero Juan  Gallardo 'El Zapaterín'
Rosa Rosanova: Angustias,
Leo White: Antonio,
Rosita Marstini: Encarnación,
Lisa Lee: Carmen,
Charles Bercher: Don Joselito,
Fred Becker: Don José,
George Field:  El Nacional,
Jack Winn: Potaje,
... (más créditos en Imdb)


Sinopsis:

Juan, hijo de una viuda sevillana, triunfa como torero y se casa con Carmen, una mujer honrada, bella y casta. Toda su suerte se truncará con la aparición de Doña Sol, hija del Marqués de Guevara, que le arrastrará a una pasión desenfrenada que pondrá en peligro su reputación y le convertirá en un personaje al margen de la sociedad.


Comentario:

Cuando la película de Fred Niblo se acerca a sus cien años de antigüedad, sorprende la clara apuesta animalista de su director y el desprecio por la persistencia en las sociedades civilizadas del maltrato a los animales, que abre paralelamente una vía de promoción social para el hombre que, procedente la mayor parte de los casos, de un capa social modesta, arriesga su vida por mejorar sus condiciones económicas y las de su familia.

El film comienza con una introducción un tanto maniquea: "A lo largo del ancho mundo, la crueldad se ha disfrazado de deporte, para satisfacer el apetito del hombre por las emociones. Desde el principio de los tiempos la humanidad se ha congregado para observar la lucha entre el hombre y la bestia.  Para los españoles, el amor por las corridas de toros es innato, una herencia de barbarie; sus héroes encarnan la valentía de los caballeros antiguos..."  Habría que matizar que este amor, de que habla el autor, no sólo no es innato, sino  ni tan siquiera generalizado. Muchos españoles no han ido jamás a ver una corrida de toros y sienten un rechazo mucho más fuerte que turistas que visitan el país;  la afición por las corridas no es genética, es cultural, y enfrenta al país desde hace tiempo.

El epílogo es mucho más explicito. Cuando muere el torero, un filósofo que observa y estudia estas costumbres concluye: "¡ pobre torero !, ¡ pobre bestia!. Pero ahí fuera está la verdadera bestia, una bestia con diez mil cabezas"., mientras un plano muestra el tendido repleto de gente. Desde las primeras imágenes vemos a Juan, interpretado por Rodolfo Valentino, vagando por los caminos con sus amiguetes e interviniendo en las fiestas de los pueblos, que solían incluir un espectáculo taurino, entretenimiento que no pocas veces acababa con la vida de algún joven; una vez alcanzada la gloria, las mujeres de la clase alta, que poseían joyas de Cleopatra,- en este caso se tienta al héroe con  un anillo que ésta regaló a Julio César, un tópico en forma de serpiente - , eran las 'Circe' que corrompían a los hombres y los convertían en cerdos. Juan traiciona a las dos mujeres de su vida: su esposa Carmen y su madre y paga con su propia vida. Curiosa la amistad con el bandolero 'Plumitas'.

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