El ladrón de palabras. Brian Klugman y Lee Sternthal.







Ficha técnica:


Título original: The words.
País: Estados Unidos.
Año: 2012.
Duración: 102 minutos.

Guión y dirección: Brian Klugman y Lee Sternthal.
Dirección de Fotografía:Antonio Calvache, A.S.C.,A.E.C.
Casting: Eyde Belasco, C.S.A.
Música:  Marcelo Zarvos; supervisor: Laura Katz.
Editor : Leslie Jones, A.C.E.

Diseño de Vestuario: Simonetta Mariano.

Producción: Jim Young, Tatiana Kelly, Michael Benaroya.
Diseño de producción:  Michèle Laliberté.
Co-productores: Ben Sachs, James Lejsek, Rose Ganguzza.
Productores ejecutivos: Laura Rister, Cassian  Elwes, Lisa Wilson,Bradley Cooper.
Productor durante el rodaje (line producer): François Silvestre.

Compañías productoras; Benaroya Pictures & Parlay Films, en asociación con  Waterfall Media una producción de Animus Films & Serena Films. Distribuidora: DeAPlaneta. Distribución video: Emon  Home Entertainment.


Intérpretes:

Bradley Cooper:  Rory Jansen,
Jeremy Irons: anciano,
Dennis Quaid: Clay Hammond,
John Hannah: Richard Ford,
Olivia Wilde: Daniella,
Zoë Saldana: Dora Jansen.
J.K. Simmons: Sr. Jansen,
Nora Arnezeder: Celia,
Ben Barnes: joven,
Michael McKaen: Nelson.

Sinopsis:



Un film sobre la creación literaria, en la que un joven y exitoso escritor viaja desde el París de la posguerra al Nueva York de hoy en día, y descubre el precio que debe pagar por plagiar una obra de otro, cuando otro escritor se enfrenta a él y afirma que es el verdadero autor. 


Lo que dijeron algunos críticos: 


La impostura  funciona aquí como carcoma del alma y se aboga por la verdad como único manantial del gran arte. Pero lo menos convincente del conjunto es, precisamente, ese nivel narrativo en el que se encarna la autenticidad de la experiencia. Jordi Costa. El ladrón de palabras. Fotogramas 2.029. Noviembre 2012). 

Brian Klugman y Lee Sternthal, guionistas de Tron Legacy, realizan su primer film juntos, que ha recibido un "excesivo vapuleo tras su estreno en los Estados Unidos. No es una cumbre del séptimo arte, pero es un buen intento de unir polos difíciles de juntar en estos tiempos". (José Arce. La Butaca.net).


Crítica:



"Lágrimas en la ventana"   es  el título del éxito de Rory Jansen (Bradley Cooper), un joven en apuros que lucha porque su voz sea escuchada; le gusta el vino barato, pasear por las calles y escribir cuando el resto de la gente duerme. Así empiezan las historias de tantos y tantos jóvenes, pletóricos de ilusiones, que ansían dedicar su vida a aquello para  lo que están o creen estar  capacitados, aunque en un momento determinado tienen que elegir entre la  realidad  y la ficción para poder supervivir.

Es muy difícil entender una película como ésta si no se siente  la frustración de  aquel que  tiene talento, pero carece de oportunidades  para llegar a su público; es fácil hablar de carcoma del alma de los demás, cuando  no se ha experimentado en primera persona esta decepción. Rory es un joven escritor de talento, que como cualquier otro que opta por una via más romántica que práctica,   sufre las presiones de una sociedad que no acepta a nadie que se pase de listo, que se rebele, presión que siente de manera insoportable su propio padre que actúa como correa de transmisión  sobre su hijo: " ser adulto, le dice,  es aceptar nuestras limitaciones por mucho que nos duela." Pero el  joven continúa traduciendo al papel sus sentimientos de 'joven airado', que no acepta formar parte de una generación perdida.

El sonido estridente del silencio que siempre acompaña a la entrega de sus novelas a los editores, acaba sumiéndole en la desorientación y el vacío existencial, colocándolo al borde de la depresión. Hasta que, en una tienda de antiguedades  de París compra una vieja cartera y descubre un manuscrito en su interior, un legajo de papeles elaborado por  otro escritor, su alter ego, que expresa  con claridad la parte que Rory oculta, y éste, atraído por la escritura anónima lo plagia con fervor,  disfruta acariciando cada una de las palabras del autor desconocido, sin cambiar ni una coma. La ironía de nuestro mundo reside en que un buen escritor precisa plagiar a otro, para que, conseguida la fama, le publiquen  sus propias obras, algo inalcanzable para un  hombre nuevo,  sin nombre, especialmente en una época de crisis en la que ni los notables venden. La que ya se denomina la 'Gran Depresión' está presente en cualquier manifestación artística, y el cine es la más apropiada de todas para recoger  este discurso.

Es difícil imaginar la cantidad de músicos y escritores que ha soñado en plagiar o que les plagien para conseguir que se fijen en ellos y les publiquen un disco o un libro . De esto va el film: un escritor, Clay Hammond, (Dennis Quaid),  narrador de la historia, presenta un libro sobre  otro que ha copiado un relato, hallado por casualidad en el interior de una  vieja cartera, de  un autor  absolutamente desconocido,un anciano  que observa  de forma anónima el éxito que ha conseguido  su suplantador y los beneficios que se han derivado del que lo perdió todo, ahogado por la miseria y la enfermedad en la Europa de la posguerra; pero el medio elegido para narrar esta historia, en el que es difícil deslindar la realidad de la ficción, permite albergar la duda de que los acontecimientos narrados sean tan solo un recurso literario, producto de la imaginación del escritor. Jordi Costa afirma que  lo menos convincente del conjunto es, precisamente, ese nivel narrativo en el que se encarna la autenticidad de la experiencia. Cabe hacerse  la siguiente pregunta: ¿La experiencia de quién? ¿del escritor de éxito, o del que, teniendo talento, no consigue hacerse oír?

Hay, desde luego, otras vías: la que intenta  una joven mimada, impetuosa y americana, Danielle (Olivia Wilde), que confía en su juventud y belleza  para conseguir llegar a la cima por un atajo,que no pocos han transitado y  que pasa por  echarse en los brazos de quien ha alcanzado el  éxito,  y trepar agarrada a sus lomos.Este personaje, Clay, narrador de la historia ha escrito una novela , The Words, que  se convierte en el guión del film, y  que parece  representar a quien  no tiene problemas para utilizar  la vida de los otros o  el dolor que inspiraron sus palabras para prosperar. Un film sobre la necesidad de crear, construir, y la dificultad de transmitir la obra realizada  a los demás por las vías convencionales, incrementada en épocas de crisis, en la que desaparece la capacidad de la industria de asumir nuevos riesgos. Algo que hace explícito el ¿protagonista/narrador?

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