La mujer del año. George Stevens
Imagen propiedad de Juanma Pastor, Tanja Fushberger y Rosa Labrandero
Ficha técnica:
Título original: Woman of the year.
País: Estados Unidos.
Año: 1942.
Duración: 114 minutos.
Dirección: George Stevens.
Guión: Michael Kanin y Ring Lardner Jr.
Dirtección de Fotografía: Joseph Ruttenberg. Color.
Música: Franz Waxman.
Producción: Joseph L.Mankiewickz.
Metro Goldwin Mayer
Intérpretes:
Spencer Tracy: Sam Craig,
Katharine Hepburn: Tess Harding.
Fay Bainter
Reginald Owen
William Bendix
Dan Tobin
Roscoe Karns
Sinopsis:
Tess Harding es una mujer que se ha hecho famosa en todo el país por sus comentarios periodísticos sobre temas de política internacional. Paralelamente, la señorita Harding dirige una revista del corazón, en la que aparecen publicados los noviazgos, matrimonios y cócteles de la alta sociedad. A la redacción de la revista llega un nuevo reportero, Sam Craig, que hasta ese momento había sido corresponsal de guerra en varios periódicos. Ahora debe olvidar sus vibrantes crónicas bélicas y aprender a escribir los ecos de sociedad. El primer choque entre Craig y Tess no se hace esperar.(Fotogramas)
Ésta es la primera película de la famosa pareja formada por Spencer
Tracy y Katharine Hepburn. Él es un periodista deportivo, ella, una
periodista política que necesita que le recuerden los placeres simples
de la vida. Una inteligente comedia de lucha de sexos llena de química y
encanto. (Filmaffinity)
Comentario:
La sinopsis que realiza Fotogramas es un tanto inexacta: el hombre no se ve obligado a escribir ecos de sociedad, sino que es comentarista deportivo, algo de inferior rango al trabajo que realiza su mujer, pero un trabajo muy, pero que muy masculino. La frase más lapidarias y que encierra el significado más hostil y despectivo con relación a las féminas, es el improperio que el periodista lanza a su esposa: "La mujer más importante del año no es ni siquiera una mujer' . ¿Qué supone ser una mujer en el argot de los hombres? ¿Qué elementos constituyen este constructo? Lo iremos viendo a medida que avanza el film, una screwball loca y desenfadada, pero con muy mala intención.
La emancipación de la mujer es dificilmente tolerada y se contrarresta con una imagen de la protagonista muy sofisticada, más pendiente de su indumentaria y sus triunfos sociales que de la trascendencia de los asuntos que trata, hecho ejemplificado con la adopción de un niño en función de su egoísmo y su ascenso profesional, que la marca como una muy 'mala madre' adoptiva; habrían de pasar más de setenta años para que pudiéramos ver a actrices como Angelina Jolie atacar a la sociedad patriarcal en el seno de las Naciones Unidas, por su desprecio ante la esclavización de las mujeres del tercer mundo, que les impide atender a sus propios hijos.
La venganza del marido es de las que un hombre no perdonaría en toda su vida. La noche en la que nombran a Tess 'Mujer del Año', coge al niño griego adoptado y lo entrega en la institución que ha cedido la custodia a la periodista, denunciándola como una inadecuada mujer de su casa, mientras las empleadas del lugar escuchan entusiasmadas por la radio el discurso de la primer mujer galardonada con este premio. Incapaz de soportar este éxito profesional de su compañera la abandona, y cuando acude a su casa toda la prensa para reflejar en sus páginas las imágenes de un matrimonio feliz, recientemente constituido, la encuentran sola.
Pero Stevens no puede evadirse de la mentalidad de su época al cien por cien. Tess acude a la boda de su padre con una mujer que se ha cansado de su independencia y busca un hogar, y por primera vez oye las palabras del sacerdote, que dejarían pasmada a más de una mujer actual: "el esposo debe ser padre, madre, hermano, hermana...; la mujer (siempre menor de edad) debe ser inspiración, amor...)". Estas palabras llegan al corazón de Tess, que va aprotagonizar la secuencia más apabullante de la historia del cine. Una periodista de éxito se humilla en extremo, va a casa de su marido, coge un libro, con un título algo así como 'El ama de casa y la cocina. Cien formas diferentes de llegar al corazón del hombre', y se pone a prepararle un desayuno suculento, algo de lo que es absolutamente incapaz.
Esta acción permite al hombre mostrarse magnánimo, superior, condescendiente, e incluso progresista: "¿Por qué te vas a los extremos?. No ha superado el examen de 'ama de casa', pero no se trata de que sea esta figura perfecta sino una mujer a mitad de camino entre la 'Maruja' y la Periodista. Es eso que algunos llaman conciliación de la vida familiar y laboral. ¿Por qué le molesta al hombre que le pida que prepare unos huevos para un colaborador cuando están enfrascada en una tarea? ¿ o que coja el teléfono? ¿Cuántas mujeres realizan estas tareas sin ofenderse? El hombre entiende que no debe dejar pasar demasiados 'días' antes de cortar con esta situación que le humilla.
No obstante hay que agradecerle a Stevenson que en 1942 planteara esta cuestión, con dos actores de la categoría de Katherine Hepburn y Spencer Tracy, en momento en los que países hoy desarrollados, tenían una legislación que impedía que una mujer pudiera comprar una radio a plazos, sin el consentimiento de su marido.
La emancipación de la mujer es dificilmente tolerada y se contrarresta con una imagen de la protagonista muy sofisticada, más pendiente de su indumentaria y sus triunfos sociales que de la trascendencia de los asuntos que trata, hecho ejemplificado con la adopción de un niño en función de su egoísmo y su ascenso profesional, que la marca como una muy 'mala madre' adoptiva; habrían de pasar más de setenta años para que pudiéramos ver a actrices como Angelina Jolie atacar a la sociedad patriarcal en el seno de las Naciones Unidas, por su desprecio ante la esclavización de las mujeres del tercer mundo, que les impide atender a sus propios hijos.
La venganza del marido es de las que un hombre no perdonaría en toda su vida. La noche en la que nombran a Tess 'Mujer del Año', coge al niño griego adoptado y lo entrega en la institución que ha cedido la custodia a la periodista, denunciándola como una inadecuada mujer de su casa, mientras las empleadas del lugar escuchan entusiasmadas por la radio el discurso de la primer mujer galardonada con este premio. Incapaz de soportar este éxito profesional de su compañera la abandona, y cuando acude a su casa toda la prensa para reflejar en sus páginas las imágenes de un matrimonio feliz, recientemente constituido, la encuentran sola.
Pero Stevens no puede evadirse de la mentalidad de su época al cien por cien. Tess acude a la boda de su padre con una mujer que se ha cansado de su independencia y busca un hogar, y por primera vez oye las palabras del sacerdote, que dejarían pasmada a más de una mujer actual: "el esposo debe ser padre, madre, hermano, hermana...; la mujer (siempre menor de edad) debe ser inspiración, amor...)". Estas palabras llegan al corazón de Tess, que va aprotagonizar la secuencia más apabullante de la historia del cine. Una periodista de éxito se humilla en extremo, va a casa de su marido, coge un libro, con un título algo así como 'El ama de casa y la cocina. Cien formas diferentes de llegar al corazón del hombre', y se pone a prepararle un desayuno suculento, algo de lo que es absolutamente incapaz.
Esta acción permite al hombre mostrarse magnánimo, superior, condescendiente, e incluso progresista: "¿Por qué te vas a los extremos?. No ha superado el examen de 'ama de casa', pero no se trata de que sea esta figura perfecta sino una mujer a mitad de camino entre la 'Maruja' y la Periodista. Es eso que algunos llaman conciliación de la vida familiar y laboral. ¿Por qué le molesta al hombre que le pida que prepare unos huevos para un colaborador cuando están enfrascada en una tarea? ¿ o que coja el teléfono? ¿Cuántas mujeres realizan estas tareas sin ofenderse? El hombre entiende que no debe dejar pasar demasiados 'días' antes de cortar con esta situación que le humilla.
No obstante hay que agradecerle a Stevenson que en 1942 planteara esta cuestión, con dos actores de la categoría de Katherine Hepburn y Spencer Tracy, en momento en los que países hoy desarrollados, tenían una legislación que impedía que una mujer pudiera comprar una radio a plazos, sin el consentimiento de su marido.
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