Mi semana con Marilyn. Simon Curtis.

Ficha técnica:

Título original: My week with Marilyn.
País: Estados Unidos.
Año: 2011.
Duración: 99  minutos.

Dirección: Simon Curtis.
Guión Adrian Hodges, basado en el diario de Colin Clark.
Director de Fotografía: Ben Smithard.
Música: Score: Conrad  Pope; tema de Marilyn: Alexandre Desplat; Supervisores: Maggie Redford y Dana Sano.

Diseño de Vestuario: Jill Taylor.
Maquillaje y peluquería: Jenny Shircore.

Productor: David Parfitt y Harvey Weinstein.
Productores ejecutivos: Jamie Laurenson, Simon Curtis, Ivan Mactaggart y Christian Langan. Bob Weinstein y Kelly Carmichael.
Co-Productor: Mark Cooper.
Diseño de producción: Donald Woods.
Compañías productoras: The Weinstin Company Films y BBC Films  asociados con Lipsync Productions,   Trademark Films; Distribución: Emon, Wide Pictures 

Intérpretes:

Michelle Williams: Marilyn Monro,
Kenneth Branagh: Sir Lawrence Olivier,
Eddie Redmayne: Colin Clark,
Dominic Cooper: Milton Greene,
Philip Jackson: Roger Smith,
Derek Jacobi: Sir Own Morshead,
Michael Kitchen: Hugh Perceval,
Julia Ormod: Vivien Leigh,
Simon Russell Beale: Cotes-Freddy,
Dougray Scott: Arthur Miller,
Zoë Wanamaker: Paula Strasberg,
Emma Watson: Lucy,
Judi Dench: Dama Sibyl Thorndike,
Jim Carter: Barry,
Richard Clifford: Richard Wattis,
Robert Portal: David Orton,
Peter Wight: Padre de Lucy.

Sinopsis:

En el verano de 1956, Colin Clark, de 23 años, deja Oxford para hacer carrera en el cine trabajando como asistente en "El príncipe y la corista". La película que interpretaron Lawrence Olivier y Marilyn Monroe, quien también estaba de luna de miel con su marido, el escritor Arthur Miller. Cuando Miller vuelve a Estados Unidos, deja el camino libre a Collin para introducir a Marilyn en los placeres de la vida británica durante una idílica semana en la que la acompañará en su huida de los aduladores y la presión del trabajo en el cine.

Crítica:

El film de Simon Curtis no convence porque gira en torno a un mito de la generación anterior a la actual, un icono de la mujer víctima del senso y que excitaba tanto más a su público masculino cuando más ingenua e ignorante se mostraba; un actriz que define Kenneth Branagh como carente de oficio, pero de la mayor intuición, algo de lo que no era consciente. Su profesora de método y sus pastillas eran los pilares sobre los que se apoyaba esta frágil mujer. Michelle Williams no es la mejor actriz para representarla, aunque quizás nadie hubiera podido, porque Marilyn no era más guapa o más sexi que las demás, era única, para bien o para mal.

Por lo demás, es un film carente de interés, que pretende contrarrestar el oficio de Kennet Branagh/Lawrence Olivier, con actores sin tradición de la industria Hollywoodiense, aunque finalmente cayeran rendidos ante la belleza sensual de la rubia de calendario. Eddie Redmaine interpreta a un joven aristócrata que intenta entrar en el mundo del cine, Collin Clark, al que se contrata como tercer ayudante de dirección y se le asigna la tarea de acompañar a la diva allá donde vaya.