1408. Mikael Hafström. Ficha técnica y crítica.






Ficha técnica:

Título original: 1408
País: Estados Unidos.
Año:  2007.
Duración: 104 minuto aprox.
Dirección: Mikael Hafström.
Guión: Matt Greenberg y Scott Alexander & Larry Karaszewski,  basado en una historia de Stephen King.
Casting: Elaine Grainer.
Director de Fotorafía: Benoit Delhome, A.F.C.
Música:  Gabriel Yared.
Editor: Peter Boyle, A.C.E.

Productor: Lorenzo Di Bonaventura.
Productores ejecutivos: Bob y Harvey Weinstein.; Richard Saperstein y Jake Myers.
Productores asociados: Kelly Dennis, Antonia Kalmacoff,  Jeremy Steckler.
Diseño de Producción: Andrew Laws.
Diseño de Vestuario: Natalie Ward.
Dimension Films presenta a Lorenzo Di Bonaventura Production


Intérpretes:

John Cusack: Mike Enslin,
Samuel L. Jackson: Olin,
Mary McCormack: Lily,
Tony Shalhoub: Sam Farrell,
Len Cariou: Padre,
Isiah Whitlock Jr. Ingeniero,
Jasmine Jessica Anthony: Katie,


Sinopsis:


Mike Enslin es un afamado escritor de novelas de terror que sólo cree en aquello que ven sus ojos. Tras dedicarse a descralizar fenómenos paranormales ocurridos en supuestas casas encantadas de todo el mundo, no le queda prueba alguna de la existencia de vida después de la muerte. Sin embargo puede que su opinión cambie tras ocupar la suite 1408 del Hotel Dolphine para su último proyecto: "Diez noches en habitaciones de hotel embrujadas."

Comentario:


Mikael Hafström, realizador de origen sueco, se consagró en Estados Unidos con esta película de género, que consigue inquietar bastante hasta que, unos cuantos indicios que va dejando en los primeros pasos de la cinta empiezan a cobrar sentido y nos van adentrando en el terreno de lo sobrenatural, lo teológico y lo relativo a las creencias y la fe. Juega con el espectador a despistarlo sobre la dimensión real o ficticia, el sueño o la vigilia, en la que se mueve el protagonista, hasta que finalmente una grabación sitúa, dentro y fuera de la pantalla,   lo acontecido en el terreno de lo surreal. Al contrario de lo que sucede con el film de Antonioni, Blow Up, en el que la ausencia de una imagen constativa, la pérdida de negativos y positivos, robados por los culpables,  hace dudar a Thomas, (David Hemmings),  de si  lo experimentado ha sido un sueño,  aquí las voces recogidas en una grabadora le disipan a Mike  todas las dudas. Muy interesante.

Enslin, (John Cusack), es un escritor de novelas de terror, especializado en casas encantadas o embrujadas, que se aloja en  todos aquellos hoteles en los que se han producido hechos siniestros, muertes accidentales, aunque   es un agnósticono y un escéptico, que no  cree en lo que escribe, ni le quita el sueño la posibilidad de que haya una vida después de ésta. Pero en el subconsciente las cosas son bien diferentes, ya que ha perdido una hija a causa del cáncer y, en el fondo, necesita creer; esa es la prueba a la que lo somete Olim, (Samuel L. Jackson), cuyo nombre significa 'en otro tiempo' en latín, que le deja una botella de brandy de 800 dólares, un dossier  con información de los muertos en extrañas circunstancias, 'teóricamente',  en la habitación 1408, y la imposibilidad de salir de la estancia hasta que se haya curado de su falta de fe.

Cuando salga definitivamente, tras proceder a la purificación mediante el fuego del lugar siniestro, abandonará para siempre su superficialidad y diletantismo y no volverá a escribir relatos frívolos de terror; sin embargo tendrá la certeza de que su hija le espera en otro mundo, otra dimensión. Hafström entiende a la perfección que se genera más tensión cuando no sucede nada pero se espera lo peor, situación en la que cualquier signo insignificante, -el crujir de una puerta, tan habitual en las casas, que se percibe mejor en los momentos de calma nocturna-, altera y sube la tensión del espectador.  La prolongación en exceso de este proceso de regeneración de un incrédulo, que  le obliga a multiplicar los fenómenos paranormales, realizados y tratados en postproducción con programas informáticos, a lo que se une el ingreso en una dimensión redentora y teológica, reduce el interés, no sólo por el uso de tecnologías avanzadas, sino por el un tratamiento ineficiente de éstas, cuya reiteración llega a aburrir . A pesar de lo dicho, la película produce congoja, deseando que la tensión se reduzca, para poder relajarte en tu sillón, lo que explica el gran éxito de público que cosechó en su día, que le mereció la confianza de los productores de Hollywood.



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