Garfield 2. Tim Hill.



Ficha técnica:

Título original. Gafield 2
País:  Reino Unido.
Año: 2006.
Duración: 82 minutos.
Dirección: Tim Hill.
Guión: Joel Cohen y Alec Sokolow.basado en el Comic "Garfield" creado por Jim Davis.
Casting: Matthew Jon Beck, C.S.A. y Monica Swann, C.S.A.
Dirección de Fotografía: Peter Lyons Collister, A.S.C.
Música:  Christophe Beck; Supervisor: Dave Jordan.
Edición: Peter S.Elliot.
Supervisor de animación: Chris Bailey.
Director artístico: Louis M.Mann.
Decorador del set: Anne McCulley.
Productor: John Davis.
Productores ejecutivos: Michele Imperato Stabile, Brian Manis.
Ptroducción manager: Michele Imperato Stabile, Jake Jacobson.
Diseño de producción: Tony Burrough.
Coordinador de especialistas: John Moio.
Diseño de Vestuario: Francine Jamison-Tanchuck.
Twentieth Century Fox, Davis Entertainment Company

Intérpretes:

Breckin Meyer: Jon Arduckle,
Jennifer Love Hewitt: Liz,
Billy Connoly: Dargis,
Bill Murray: Voz de  Gardfield,
Ian Abercrombie: Smithee,
Roger Rees: Mr. Hobbs,
Lucy Dais: Abby,
Lena Cardwell: Turista 'teenage'
Veronica Alicino:  asistente veterinaria,
Jane Carr: Mrs. Whitney,
Oliver Muirhead: Mr. Greene.
...

Sinopsis:

Garfield (Bill Murray) deja su impronta imborrable en Inglaterra, cuando, acompañado de Jon (Breckin Meyer) y Odie, viaja a Londres y se encuentra con Prince, un 'gatito' aristocrático idéntico a él que ha heredado un fabuloso castillo. Prince y Garfield intercambian sus identidades y muy pronto nuestro minino predilecto empieza a darse la gran vida. Sólo hay un problemilla: ¡el malvado Lord Dargis  quiere su pellejo para quedarse con la herencia!.

Comentario:

A diferencia de las últimas películas de animación a que nos tiene acostumbrados Pixar, Warner o Sony, con una claridad en la exposición de ideas a los más pequeños, que colabora a la educación en valores sin tratarlos como subnormales, y al tiempo le hacen  un favor al adulto, obligado acompañante, este film, Gardfield2, (20th Century Fox), es de un populismo vergonzante, dirigido por y para inmaduros intelectuales.

Dos gatos de angora naranjas, exactamente iguales, pertenecen a diferentes 'clases' sociales, en función de la casa en la que han sido criados, la nobleza y la burguesía . Ya desde el principio la historia es víctima de una maniqueismo asfixiante: el perverso sobrino de la rica propietaria del fabuloso castillo odia a los animales, si bien los soporta como un mal menor. El dueño de Garfield  no sólo es magnífico sino que tiene una novia estupenda, veterinaria y  miembro activo y militante de una Sociedad Protectora de Animales. A medida que avanza la historia cada  rasgo que se añade a la caracterización de los dos felinos protagonistas ahonda más y más en la manipulación, buscando enternecer a los más pequeños y ponerlos hipócritamente del lado del más débil. Todos quieren ser príncipes, pero se ponen del lado de los canallas y pordioseros. Este sentimiento se pone en evidencia en las cabalgatas de Reyes que se celebran en Navidad: todos los niños bienpensantes, adoctrinados por sus  ejemplares padres, adoran a Baltasar, hasta el extremo de que alguien poco avisado  puede llegar a pensar que el racismo es un producto literario para vender novelas y periódicos.

Gardfield es un gato callejero, baila hip-hop o  break dance, como lasagna y espaghettis, es liberal y divertido, y odia los  exquisitos guisos de paté de higado que le hacen a Prince, aunque cuando oye en la radio  la descripción de los menús de las mascotas reales y  de los ricos, antes de  probarlos, los imagina  deliciosos. Por el contrario Prince, que come estas delicias, cuando prueba la pasta y la comida basura americana, empieza a entender las cosas buenas que se ha perdido en su castillo. Tanto criado, tanta delicatessen, y resulta que no saben saborear la salsa de la vida que está en las calles.  Claro que de este cuento se han excluido los personajes que protagonizan Charlie y  la  fábrica de chocolate de Tim Burton y  los animales de Jacques Tati, 'Mi tío', unos perros  callejeros de verdad, que comen mierda de las basuras y envidian al can  pijo de los ricos burgueses. La película de Tim Hill tiene para muchos  una virtud: deja contentos a todos, a los ricos y a los pobres. Los ricos viven una vida más muelle, pero no tienen  la libertad de los callejeros, título que cínicamente atribuyen a Garfield, que vive en una confrotable casa americana, aunque, eso sí, sin la distinción de los palacios británicos.

Y no sólo es una cuestión de  rentabilidad económica, una estrategia para llegar al público más amplio posible, es tambien un planteamiento ideológico que busca que cada cual se encuentre a gusto en la clase a la que pertenece por un accidente de nacimiento: Garfield y Prince son exactamente iguales, pertenecen a la misma raza, sólo se distinguen por su lugar en la escala social. Películas como Wall-E, Up, Ratatouille o Brave, por citar algunos ejemplos, fueron muy bien aceptadas por el público y  resultaron a la vez  muy  taquilleras. Kyle Smith del New York Post advertía: "Los niños debería ver 'Garfield 2'. Les ayudará para prepararse  para la vida de mediocre entretenimiento que tienen por delante." Podría haber suprimido la palabra entretenimiento y hubiera dado de lleno en la diana.

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