Niños Grandes 2. Dennis Dugan





Ficha técnica:

Título original: Grown Ups 2.
País: Estados Unidos.
Año: 2013.
Duración: 101 minutos.
Dirección: Dennis Dugan.
Director de Fotografía: Theo Van de Sande.
Música: Rupert Gregson-Williams; supervisores: Michael Dilbeck, Brooks Arthur, Kevin Grady.
Diseño de Vestuario: Ellen Lutter.
Edición: Tom Costain.
Productores: Adam Sandler  y Jack Giarraputo.
Productor ejecutivo: Fred Wolf, Adam Sandler y Tim Herlihy.
Productores ejecutivos: Barry Bernardi, Allen Covert.
Diseño de Producción: Aaron Osborne
Columbia Pictures presenta a Happy Madison Productions, Sony Pictures Releasing.


Intérpretes:

Adam Sandler:  Lenny Feder,
Kevin James: Eric Lamonsoff,
Chris Rock: Kurt McKenzie,
Salma Hayek: Roxanne Chaser-Feder,
David Spade: Marcus Higgins,
Maya Rudolph: Deanne MacKenzie.
María Bello: Sally Lamonsoff,
Nick Swardson: Nick,
Steve Buscemi: Wiley,
Tim Meadows: Malcolm,
Alexander Ludwig: Braden,
Milo Veintimiglia: chico de fraternidad,
Taylor Lautner: chico de fraternidad.

Sinopsis:

Tras mudarse con su familia a su pueblo de toda la vida para estar más cerca de sus amigos y los hijos de estos, Lenny, descubre que entre acosadores de antaño y acosadores actuales, conductores de autobús esquizofrénicos, polis ebrios en esquís y 400 fiesteros disfrazados dispuestos a amargarle la fiesta, la locura no ha hecho más que empezar.  

Comentario:

La crítica no ha podido ser más unánime en señalar el film como un auténtico desastre que decepciona y arruina las expectativas de un cine hecho por y para el verano, en el que grandes sectores de la población desean evadirse de sus problemas cotidianos y entregarse a un momento de diversión bizarro y embrutecido. El problema es que el público cada vez admite menos a unos niños grandes, situados económicamente, con un buen status social, cargados de niños, haciendo el burro  y el machote delante de  sus hijos.

Nada tiene que ver con esos niños grandes que nos presenta Kevin Smith, de los que cada vez hay más por la sencilla razón de que se les ha expulsado del sistema productivo y se les ha privado de acceder a un trabajo en toda su vida,  siendo ésta la única puerta de entrada en el mundo de los adultos. La gente puede comprender la autosugestión de estos treintañeros, pero ya hacen  poca gracia  los excesos de quien es responsable todo el año y se desmadra en verano, poniendo en riesgo la seguridad de los demás. ¿Es a causa la deuda que tiene contraída con ellos la sociedad por gozar de un buen empleo durante todo el año? ¿Qué gracia tiene meterse dentro de una rueda de camión y lastimar a un policía?

Quizás no sólo sea el film, sino el momento elegido para manifestarse tan divertido, que acaba mostrando a estos energumenos como unos paletos. Un crítico hablaba en relación con la película The Purge: la noche de las bestias de que hay críticos tendentes al tremendismo y la paranoia social y que alguien debiera ir pegando collejas por los despachos de Hollywood. Parece que público y crítica ha decidido a quien hay que dárselas  por ser un auténtico autista social.


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