Sissi Emperatriz.Ernst Marischka

Ficha técnica:

Título original: Sissi.
País: Austria,
Año: 1956.
Duración: 101 minutos.
Dirección: Ernst Marischka.
Guión: Ernst Marisischka.
Dirección de Fotografía: Bruno Mondi.
Música: Anton Profes.
Productores: Carl Ehrlich, Ernst Marischka.
Sonido: Antoni Moriscka.
Erma Film

Intérpretes: 

Romy Schneider: Sissi.
Karlheinz Böhm: Kaiser (Caesar) Francisco José,
Magda Schneider: Duquesa Ludovica de Baviera,
Uta Franz: Princesa Elena, Nené,
Gustav Knuth: Duque Maximiliano de Baviera,
Vilma Degisher : Archiduquesa Sofía,
Josef Meinrad. : Mayor Böckl.


Sinopsis:

Tras su boda en Viena, Sissi empieza su nueva vida como Emperatriz de Austria, pero pronto la rigidez del protocolo se convierte para ella en un verdadero problema. Entre ella y Sofia, su suegra, nace un profundo resentimiento que estalla en el cumpleaños de la hija de Sissi: Sofia, apelando a una antigua tradición de la Corte, se opone a que la niña sea criada por su madre. Al final llegan a un acuerdo, por el que Sissi podrá educar a su hija si se compromete a cumplir sus obligaciones cortesanas.(Filmaffinity)

Comentario:

Ernst Marischka llevó a la pantalla a la madre de todas las bodas, la de la princesa de las princesas que hizo soñar a tanta niña y se convirtió en el prototipo de su heroína de cuento, con esa larga cabellera  plagada de estrellas y esos trajes vaporosos: Isabel, hija del duque Maximiliano de Baviera y la princesa real Ludovica de Baviera. Una chica rebelde que,  contra los designios de la realeza y los planes de sus padres se enamoró del príncipe, venció los obstáculos y se casó con él. ¿Fueron felices? Desde luego no comieron muchas perdices. Las jóvenes del momento se alinearon con la subversiva princesa, amiga de Luis II de Baviera años más tarde, y se enfrentaron a  su cursi hermana  Nené. La tierra de los grandes músicos y las bellas montañas rindió un magnífico homenaje a la princesa de Baviera.

Una joven e inocente Romy Schneider, que se convirtió en un mito de la gran pantalla, un icono joven que no pudo soportar la muerte de su hijo y se rindió antes de tiempo, encarnaría este personaje femenino, al que todas las niñas imitaron, imitan e imitarán en sus fantasías, esos sueños kitsch donde predominan los vivos colores, los brillantes y los tules, que tanto agradan a  la infancia, y de la que la sociedad consumista ha  apartado  a los niños, que se ven obligados a inclinarse por los tonos pardos de los uniformes militares de sus muñecos de plástico, aunque se sientan atraídos por ese universo multicolor.