Two Lovers. James Gray.
Ficha técnica:
Título original: Two lovers.
País: Estados Unidos.
Año: 2008.
Duración: 95 minutos.
Dirección: James Gray.
Guión: James Gray y Ric Menello.
Dirección de Fotografia: Joaquín Baca Asay.
Música:Varios.
Magnolia Pitures/ 2929 Productions.
Intérpretes:
Joaquin Phoenix : Leonard Kraditor,
Anne Joyce : Leonard's Ex-Fiancée,
Isabella Rossellini : Ruth Kraditor,
Moni Moshonov :Reuben Kraditor,
Julie Budd : Carol Cohen,
Bob Ari : Michael Cohen,
Iain J. Bopp : David Cohen,
Vinessa Shaw : Sandra Cohen,
Gwyneth Paltrow : Michelle Rausch,
Samantha Ivers : Stephanie,
Jeanine Serralles : Dayna,
Más créditos en Imdb.
Sinopsis:
Leonard (Joaquin Phoenix) es un joven psicológicamente inestable que intenta recuperarse de su última crisis bajo la atenta mirada de sus padres. Inesperadamente entran en su vida dos mujeres: la encantadora y sencilla Sandra (Vinesa Shaw), hija del nuevo socio de su padre, y Michelle (Gwyneth Paltrow), una misteriosa vecina que parece no encajar en un barrio tan anodino.
Comentario:
Anne Joyce : Leonard's Ex-Fiancée,
Isabella Rossellini : Ruth Kraditor,
Moni Moshonov :Reuben Kraditor,
Julie Budd : Carol Cohen,
Bob Ari : Michael Cohen,
Iain J. Bopp : David Cohen,
Vinessa Shaw : Sandra Cohen,
Gwyneth Paltrow : Michelle Rausch,
Samantha Ivers : Stephanie,
Jeanine Serralles : Dayna,
Más créditos en Imdb.
Sinopsis:
Leonard (Joaquin Phoenix) es un joven psicológicamente inestable que intenta recuperarse de su última crisis bajo la atenta mirada de sus padres. Inesperadamente entran en su vida dos mujeres: la encantadora y sencilla Sandra (Vinesa Shaw), hija del nuevo socio de su padre, y Michelle (Gwyneth Paltrow), una misteriosa vecina que parece no encajar en un barrio tan anodino.
Comentario:
Carlos F.Heredero escribió un Editorial en Cahiers de Cinema, Esperando a Godard, en el que se felicitaba de que por fin, dos años después de que se estrenara en Cannes, llegaba a los cines comerciales Two Lovers de James Gray, que se convirtió en la oferta más interesante de las carteleras comerciales, que prolongaba y enriquecía el discurso de La noche es nuestra.
Para Carlos Losilla el planteamiento no es muy original, ya que "acude
al territorio de la familia para desenredar sus temas, para explicar
historias de personajes jóvenes e inestables que pierden su identidad en
un proceso de maduración nunca suturado. Y todo ello, en fin, culmina en un cierto tono de tragedia que ha menudeado abundantemente en el cine americano desde sus inicios...". Además considera que el cine de Gray produce una extraña mezcla de ostentación y discrección que ha conseguido dejarlo practicamente sin público: conservador y predecible para algunos, pretencioso y pompier (arte bombero,concepción peyorativa para referirse al academicismo francés del siglo XIX) para otros . Sin embargo, concluye, nos reconocemos en el trabajo de Gray, porque él se reconoce en el de otros y nos lo hace saber.
La familia y los que nos rodean cotidianamente nos reconfortan, pero suponen también una cárcel que nos atrae y nos atrapa en sus redes y su regreso al redil supone una claudicación. No estamos de acuerdo, en parte, con este análisis, ya que lo que Gray plantea no puede ser sometido a los parámetros de una situación estandard o "normal". Parte del hecho de que el protagonista, interpretado por Joachim Phoenix, padece un serio trastorno bipolar, ocasionado por un fracaso existencial, (perfectamente representado por el actor), con intentos reiterados de suicidio, que provoca en el seno de la familia un desazón y una preocupación castrante de la vida "normal" (de que habla Godard) de cualquier persona; los "padres", "la familia" somos todos y Gray
retrata de una manera muy precisa el infierno en el que caen una
mujer y un hombre que, no sólo descienden su calidad de vida, que pasa a
tener casi una única perspectiva: prevenir el más que previsible
hundimiento de un ser, vigilado muy de cerca por sus padres para
evitarlo. Pero este desgaste psicológico va acompañado de un deterioro
económico de una familia, que renuncia, a edad madura, a una parte de
su bienestar para garantizar, mediante un seguro de vida, la
supervivencia de un hijo, en caso de que la naturaleza cumpliendo su
destino pudiera presentarles a la Parca antes que al vástago. ¿Quién
está en la cárcel?
Además el deterioro de la salud del hijo, Leonard Kraditor , va acompañado de una debilidad para abrirse un camino en el mundo laboral objetiva, papel que desempeña magníficamente Joachim Phoenix,
que logra apretarte el corazón, hasta casi ahogarlo, todo el tiempo;
choca la angustia vital de unos padres que, acobardados por el miedo,
casi cada vez que su hijo sale de casa, no duermen hasta que
comprueban que sí ha vuelto (no olvidemos que el filme comienza con un
intento de suicidio), con la vitalidad del hijo, cuando enganchado de
una vecina , Michelle Rausch (Gwyneth Paltrow),
sale de fiesta por la noche, para toparse con la crueldad de la vida
real unos instantes después. Ciertamente el nacimiento de un hijo,
puede suponer la muerte de una madre o un padre, que, como dije al
principio, somos potencialmente todos y todas. La cámara se detiene en las aspiraciones humanas de la madre, Ruth Kraditor (Isabella Rosellini) cuando nos da detalles de unos libros sobre una mesa, películas, discos...Esta penetración psicológica de Gray parece que responde a una situación vivida, por él o por alguien muy cercano.
No somos conscientes, en el mundo multicolor que nos formamos interiormente, de que, como denunciaba un editorialista de L'Unitá,
el empobrecimiento de las madres italianas es de tal magnitud, que sin
la ayuda de las abuelas del país, la incorporación de la mujer al
trabajo, se dificultaría mucho y la quiebra económica del país sería
mucho mayor. En este contexto, la independencia de los jóvenes, su emancipación,
es un lujo que sólo se pueden permitir los que tienen mayor solvencia
económica, y, desde luego, respaldados por la familia. Somos todos unos
pijos, que no hemos caido de la nube. Lo que sepera
la independencia de los jóvenes de su permanencia en la cárcel
familiar (para padres e hijos) es la tragedia, la violencia
estructural, el desempoderamiento
de la mayoría de los seres humanos, cada vez más alienados y alejados
de los medios de producción. Esta separación es dramática cuando las
nuevas tecnologías se han desarrollado tanto que, debidamente
financiados, muchos jóvenes podrían competir con viejos standrs productivos, viejos y cansados, con total autonomía.
Lo que falla en este relato es el empeño de los padres de Sandra (Vinessa Shaw)
en casar a su hija, de la que se dice constantemente que tiene muchos
pretendientes, con un joven enfermo, con tendencias suicidas, lo que
hace previsible un futuro de sacrificio e infelicidad. Para ello están
dispuestos a invertir en el negocio de los padre de Leonard y garantizarle un futuro cómodo. Todo el tiempo estás pensando que esconden algo.
Conmueve el personaje de la madre, interpretado por Isabella Rosellini, siempre atenta a los cambios en el estado de ánimo de un hijo, al que probablemente
quiere más que a sí misma y cuya fragilidad le arranca toda la
felicidad posible; su vigilia por las noches, la observación de su
inmadurez e incapacidad para luchar con la vida. Aunque intenta mantener
cierta dignidad en el cuidado de su físico y en que la vida, en la
pequeña parcela que controla, transcurra con aparente normalidad e
incluso con la pequeña alegría que pueda proporcionar una modesta
fiesta con champagne
y amigos. Pero su mirada siempre es vigilante, siempre se dirige al
hijo, de tal manera que cuando él intenta escapar del ámbito familiar,
ella sale a despedirle a la puerta para recordarle que, si algo sale
mal, siempre tendrá un lugar en su casa. Desea creer en la capacidad de
ser independiente de su hijo.
La aventura con Michelle es cruel; ella, una mujer drogodependiente, de buena familia, acostumbrada al glamour y amante de un ricacho, casado, que cobardemente
la deja sola ante un aborto fortuito; él, débil, enfermo, sin
recursos, quebradizo. Al final se impone el pragmatismo de una mujer,
que lo toma como confidente e incluso alienta sus fantasías amorosas.
Cierto que no es positivo un excesivo proteccionismo de los hijos, pero
esto no es lo que plantea Gray. Parece que Leonard
ya había sido independiente y son la enfermedad y el fracaso social
los que le devuelven al hogar. En este debate desorientado y
superficial sobre la economía en que nos estamos enrolando como
auténticos expertos en materias en las que somos profundamente
analfabetos, tendremos que plantearnos si no generamos expectativas
irreales de independencia en unos jóvenes, que, como analiza el
periódico italiano, no se encuentran en la extrema pobreza, en la choza,
gracias al esfuerzo económico y humano, de renuncias vitales, de las
familias, salvo que desde la izquierda a la derecha y por motivos
espurios estemos defendiendo el lema de "cuanto peor, mejor". ¿Para
quién?
Carlos Losilla ve en el personaje de Leonard una vacilación entre la vida y el ideal. Sigamos en esta línea. Angel
Quintana cree que el personaje, que busca la felicidad con dos
mujeres, se debate entre una que le promete una vida plácida basada
en cierta monotonía existencial, de una cotidianeidad
que apaga cualquier deseo, y otra que supone la nocturnidad, la
tentación del riesgo, la transgresión de la moral. Cierto que la
película llega con dos años de retraso, pero a los críticos les pediría
una pequeña dosis de realidad; cuando la superestructura económica nos desempodera a todos, no se puede seguir con la incercia.
Lo que esclaviza al hombre es la escasez de recursos económicos y no
el deseo; esa escasez pesa sobre el espectador que, ve como, a pesar de
trabajar en el pequeño negocio del padre (una tintorería) no puede
volver a casa en taxi, ni pagarse una comida en un restaurante. ¿Quién
quiere ésto ?. Vive como un niño-adulto.
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