Los Washingtonianos. Peter Medak





Ficha técnica:

Título original: The Wasingtonians.
País: Estados Unidos.
Año: 2007
Duración: 59 minutos aprox.
Masters of horror, serie creada y producida por Mick Garris

Dirección:
Guión: Richard Chizmar y Jonathon Schaech, basada en el relato corto de Bentley Little.
Casting: David H. Rapaport, Lindsey Hayes Kroeger, Stuart Aikins, C.S.A. y Sean Cossey, C.S.A.
Dirección de Fotografía: Attil Szalay, C.S.A.
Música. Score: Richard Band. Supervisor: Jennifer Ross.
Edición: Mark L. Levine.
Supervisor efectos visuales: Lee Wilson.

Diseño de Vestuario: Lyn Kelly.
Maquillaje para efectos especiales: Gregory Nicotero y Howard Berger.

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Director de producción o productor en línea: Pascal Verschooris.
Co-productores: Adam Goldworm y Ben Browning.
Diseño de producción: Don Macaulay
Starz Productions, Nice Guy Productions, Industry Entertainment

Intérpretes:

Jonathan Schaech
Venus Terzo
Myron Natwick
Duncan Fraser
Julian Tortolano
Saul Rubinek

Sinopsis:

Mike (Jonathon Schaech), que ha acudido a su casa natal para asistir al funeral de su abuela,  descubre en el sótano  una carta que asegura entre otras cosas que el presidente George Washington fue un insaciable caníbal. Este descubrimientio pondrá en pie de guerra a la secta y  Mike deberá defender a su familiar de la banda de los Washingtonianos,canibales como su fundador, cuya memoria quieren preservar.

Comentario:

Peter Medak, realizador de 'Al final de la escalera', una de las películas de terror más representativas del género y mejor realizadas,  aprovecha la oportunidad que le da Mick Garris, en el capítulo 12 de la segunda temporada de Masters of horror, para meter una embestida bizarra, gamberra  y enloquecida contra el género splater, con múltiples referencias al cine de terror y en especial a Sleepy Hollow dirigida por  Tim Burton en 1999, cuyo cameo constituye la secuencia preliminar en la que dos jinetes decapitan a una virgen, y El resplandor de Stanley Kubrick, en la secuencia en la que los washingtonianos rompen la puerta de la casa de los protagonistas con un hacha, al grito de '"Ya estamos aqui"...

Es la visión más cáustica, sarcástica y virulenta del ciudadano medio americano, al que precisamente pone en solfa un locutor en la radio del coche que conduce el padre de familia, cuando se dirige a casa de su abuela para asistir a su funeral; la voz de la emisora  hace un relato de las mentiras oficiales en la Guerra de Irak y de la receptividad  de las masas acomodadas, así como su predisposición a  tragarse todas las historias creadas desde el poder. Si fueron capaces de creer lo que les contaron en esta ocasión, como no iban  a aceptar sin rechistar que Washington, el primer presidente de América, perteneciente a otros periodos más oscuros de la historia, era canibal  o  Lincoln un cazador de vampiros; la provocación es grande porque este presidente fue elegido por unanimidad y por lo tanto es respetado por todos. Esta familia típica, con una hija de diez años fronteriza, casi tan alta como el padre, pero a la que éste traslada en brazos desde el coche a la casa, queda atrapada entre los seguidores/canibales, guardianes del buen nombre del estadista y los conspiranoicos que ven conjuraciones y pactos secretos por todas partes entre  historiadores y políticos (evidentemente de signo contrario  al de ellos), unidos  por el interés de preservar sus derechos como élites distanciadas de las masas a las que desprecian.

El profesor de historia visionario, demente y maniaco, que representa una gran paradoja aparente de su discurso, en connivencia con su 'lúcido' ex-alumno, que ha conseguido un documento acusatorio  contra Washington y un cuchillo realizado a partir de hueso humano, derrotan a los washingtonianos en una secuencia gore y escatológica propia del mejor  Peter Jackson, y salvan a la 'virgen' de las garras de la secta gracias a la intervención del ejército de los Estados Unidos, con objetivos espurios, como finalmente se verá. Una bizarrada destarifada, muy divertida, que termina con una imagen que sustiuye a la secuencia final literaria, pero que quizás es más impactante, que prueba que los conspiranoicos son más letales que los políticos e historiadores a los que acusan de falsear la historia. La imagen de George Bush habla por sí sola.

Peter Medak  se ha corrido una gran juerga a cuenta del género, lo que es posible que no  le perdonen  los sectores más adictos, pero que resulta muy, pero que muy divertido. Como siempre y, a pesar de lo mucho que se critica desde otros ámbitos este tipo de cine evidencia en cada película que la primera enmienda de la Constitución americana funciona. Al menos mejor que en Europa, donde los cineastas se autocensuran para evitarse problemas.

Magnífica metáfora sobre el canibalismo social, económico, intelectual, laboral... que ejercen los que pueden sobre los desempoderados, y sobre los tontos útiles que les dan soporte,  que al mismo tiempo entretiene y divierte. No sólo de pan (o de carne ) vive el hombre, y esto muchos lo saben muy bien.



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