Topkapi. Jules Dassin
Cartel argentino de Topkapi. Jules Dassin.
Ficha técnica:
Título original: Topkapi
País: Estados Unidos
Año: 1964
Duración: 120 minutos.
Dirección: Jules Dassin
Guión: Monja Danischewsky, basado en la novela de Eric Ambler 'The Light of Day"
Dirección de Fotografía: Henri Alekan
Música: Manos Hatzidakis
Edición: Roger Dwyre
Productor: Jules Dassin
Producción: Filmways Pictures; distribución: Unite Artists.
Intérpretes:
Melina Mercoury: Elizabeth Lipp,
Peter Ustinov: Arthur Simon Simpson,
Maximiliam Shell: Walter Harper,
Robert Morley: Cedric Page,
Jess Hann: Haqns Fisher,
Gilles Segal: Giulio,
Akim Tamiroff : el cocinero Gerven.
Sinopsis:
Elizabeth Lipp (Me4ina Mercouri), y su amante ocasional, -casi siempre relacionado con un robo-, Walter Harper (Maximiliam Shell), coinciden en Estambul y deciden llevar a cabo un golpe de los que dejen huella en el antiguo Serralo, hoy Museo Topkai, en la Sala Hazine, donde se guardan las antiguas joyas de la realeza turca.Para ello contarán con colaboradores anónimos, cacos de baja estofa, que no siempre estarán a la altura de las circunstancias.
Comentario
Cuando Jules Dassin realizó Rififi chez les hommes (1955) los cineastas americanos estaban todavía inmersos en un terrible rifirrafe, perseguidos en el mundo del cine gracias a la delación de algunos compañeros notables
que los acusaron de pertenecer al partido comunista americano,
entre los que destacó Elia Kazan, que dejó una huella imborrable en el mundo hollywoodiense. Jules Dassin, judío de origen ruso, se refugió en el teatro y dirigió obras yiddish, adquiriendo, junto con otros cineastas, una postura comprometida ante la Gran Depresión y el New Deal; al decidir cruzar el charco y trabajar en Europa de donde le llegaban algunas ofertas, se encontró con que la mano negra de la represión se extendía al viejo continente y que estas oportunidades se diluían ante las
presiones de los republicanos de Norteamérica. Tras realizar Night and the city,
(1950), película en la que denunció la delación, su situación se agravó aún más y a a la vuelta a Estados Unidos fue incluido en la lista negra
y no volvió a trabajar en el cine, ni en su país ni en Europa. Cinco
años más tarde fue contratado en Francia para dirigir Du Rififi chez les hommes (1955).
Cuando conoció a su futura esposa, Melina Mercouri, una mujer de gran personalidad, que ostentó el cargo de Ministra de Cultura con el gobierno socialdemócrata, tras la caida de la dictadura en Grecia. Jules Dassin entró en contacto no sólo con la luz y el color de Grecia, sino con la cultura y la idiosincrasia de este país a través de esta mujer fuerte, actriz y cantante cuyas primeras canciónes fueron escritas por el realizador de la BSO del film, Manos Hatzidakis. Todo el film destila este clima brillante y anárquico de las islas griegas, muy diferente a la oscuridad de Riffifi, una traslación al cine no sólo del mundo del hampa parisino de los terribles años cincuenta, sino de la oscuridad emocional que arrastraba por Europa un cineasta depurado.
El film tiene, como casi todos, sus luces y sus sombras. está dominado por la personalidad desbordante de la actriz griega, andrógina y omnipresente, y logra momentos de gran riqueza de la imaginación de sus realizadores, en la secuencia de un robo que se ha emulado reiteradamente por otros cineastas. Peter Ustinov, galardonado en múltiples ocasiones por su actividad dentro y fuera del cine, como colaborador en organizaciones humanitarias y embajador cultural del gobierno británico, realiza con eficacia el papel del pícaro, vendedor de souvenirs y embaucador profesional, que se vende a sí mismo como arqueólogo y sabe convencer a la policía y a los delincuentes con su particular palabrería.
Un film único en el que se conjugan actores de personalidades muy diferentes y cuya especialización ha seguido caminos incluso divergentes, pero que juntos forman un puzzle particular, en cuya génesis está el fracaso de sus proyectos. Jules Dassin pudo tener, al fin y al cabo, su momento de éxtasis y optimismo.
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