White River Kid. Arne Glimcher






Ficha técnica:

Título original:  White River kid.
País: Estados Unidos.
Año: 1999.
Duración: 99 minutos aprox.

Director: Arne Glimcher.
Guión: David Leland, basado en el libro "The Little Brothers of St. Mortimer, de John Fergus  Ryan
Casting: Billy Hopkins, Suzanne Smith y Kerry Garden.
Director de Fotografía: Michael Chapman, A.S.C.
Música: John Frizzell.
Edición: Sam O'Steen.
Director artístico: Dennis Bradford.
Decorador del set: David Schlesinger.

Diseño de Vestuario: Carol Ramsey.
Responsable maquillaje artistas: Suzanne Rodier. Maquillaje: Richard Rodier y Desne Holland.
Responsable Peluquería: Donna Battersby-Greene. Estilistas: Gunnar Swanson y Philip "Mr.P." Ivey.

Productor: Elie Samaha y Robert Greenhut. Arne Glincher.
Co-Productores: Robert Katz, Tim Moore y James Solomon.
Productores ejecutivos: Antonio Banderas, Ashok Amritraj y Andrew Stevens.
Diseño de Producción: Bill Groom.
Franchise Pictures, Pace Green Moon Robert Greenhut Production. Distribución vide: Manga Films


Intérpretes:

Bob Hoskins: Hermano Edgar,
Antonio Banderas: Morales Pitman.
Ellen Barkin: Eva Nell, La Frangroy,
Kim Dickens: Apple Lisa
Beau Bridges : Papá Weed,
Swoosie Kurtz: Mamá Weed,
Randy Travis: Sheriff Becker,
Wes Bentley: Whiter River Kid,
Chad Lindberg:  Reggie Weed,
Michael Massee: Ralph Pines.


Sinopsis:

Vestido de monje, el Hermano Edgar  (Bob Hoskins)  y su compañero mejicano ilegal  Morales Pittman (Antonio Banderas) recorren el estado de Arkansas vendiendo calcetinessupuestamente realizados por niños invidentes y bendecidos por Dios. Su negocio se complica cuando un conocido criminal de veinte años, "White Rive Kid" y su prometida secuestran al dúo y les fuerzan a realizar un salvaje y frenético periplo a través de todo el estado, en el que se encontrarán con una  prostituta ciega, un sheriff con dotes de cantante y la  hilarante y alocada familia Weed.

Comentario:

" Bienvenido a Como, en el Sur de Arkansas. Aquí no es que sean brutos, pero si dices 'cultura', te capan. Aquí un oso bailarín ganaría más que Beethoven..."  Arne Glimcher nos introduce en el contexto  en el que va a ubicar su particular historia con referentes en la literatura picaresca, un libro de viajes, una road movie que permite constatar que los institntos criminales que anidan en el espíritu del  sociópata Niño Río Blanco y en el espalda-mojada de origen  mejicano, Morales Pitman (Antonio Banderas) reside en las clases que ostentan el poder y se erigen en defensoras de la ley, la  white trash americana,-'hijos de la privación social'-, y los damnificados de un desastre laboral, que, una vez muertos, 'habían encontrado por fin un trabajo fijo.

 Edgar (Bob Hoskins), crea una congregación ficticia, 'Los Hermanos de San Mortimer', para evadir impuestos bajo el paraguas de la Iglesia, e incrementar sus beneficios vendiendo calcetines elaborados por cristianos invidentes y bendecidos por Dios. La redención del joven delincuente  naufragará en un enfrentamiento  con la delincuencia organizada de guante blanco, enriquecida con el cohecho y el cobro de comisiones ilegales. Un pueblo ignorante y adormecido, imbuido de  los clichés de esencialismos patrioteros y fervores populares y de rendición ante los  mitos nacionales, (Elvis Presley), es el caldo de cultivo apropiado paras el desarrollo de toda forma de violencia y criminalidad, del disimulo y la hipocresía, en el que ni los ciegos  lo son, ni los religiosos tampoco. El chantaje en un momento de elecciones a cualquier cargo encuentra aquí su terreno propicio. El más listillo, en este caso el hispano que ha tenido que luchar constantemente por su supervivencia, será el que encarne el sueño americano, se quede con el dinero fraudulento, y, una vez ascendido en la jerarquía social, decida que, puestos a inventar, mejor convertirse en cineasta, propietario de un casino, o ¿por qué no? poeta, en lugar de la profesión simulada hasta el momento: abogado que extrae  pastizales a los corruptos.

Arne Glimcher realiza un film de bajo presupuesto y escaso riesgo que  pasó por las salas de cine sin pena ni gloria, pero que evitó el fracaso con el apoyo de actores de la talla de Bob Hoskins, Antonio Banderas, Bob Hoskins, Beau Bridges o Wes Bentley. El tono alegre e irónico de la comedia le permitió elaborar un discurso de denuncia facilmente colocable en  un  público no muy exigente, aunque no exento de perspicacia. Sin embargo este intento no cuajó.



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