Regreso al infierno. Irwin Winkler



Ficha técnica:

Título original: Home of the brave
País:  Estados Unidos
Año: 2007
Duración: 107 minutos

Dirección: Irwin Winkler (De-Lovely)
Guión: Maek Friedman, basado en una historia de Mark Friedman e Irwin Winkler
Casting: Sarah Halley Finn, C.S.A.; Randy Niller, C.S.A.
Dirección de Fotografía: Tony Pierce-Roberts, B.S.C.
Música: Stephen Endelman
Edición: Clayton Halsey
Coordinador de especialistas: Cedric Proust Supervisión dirección artística: Jonathan McKinstry Decorador del set: Syuart Rose
Diseño de Vestuario: Karen Wagner
Responsable de maquillaje: Dean Carl Jones
Responsable de peluquería: Michael Moore

Productores: Avi Lerner, George Furla, Randall Emmett; Irwin Walker, Rob Cowan
Productores ejecutivos: Danny Dimbort, Trevor Short, Michael P. Flannigan; Boaz Davison, John Thompson.
Jefe de Producción: Brian Frankish
Productor en línea: Brian Frankish
Diseño de producción: Warren Filfin Young
Compañías: Millenium Films.Winkler/Cowan Production, asociada con Emmett/Furla Films. Distribución: Filmax

Intérpretes:

Samuel  L. Jackson: Will Marsh,Jessica Biel: Vanessa,Price Brian Presley: Tommy Yates,Curtis Jackson: Jamal Aiken, Chad Michael Murray: Jordan Owen,Victoria Rowell: Penelope Marsh, Jeffrey Nordling: Cary,Vyto Ruginis : Hank Yates,Sam Jones III: Billy Marsh,James MacDonald: Ray, Sandra Nelson: Doctora Hospital

Sinopsis:

Cuatro soldados nortamericanos están a punto de terminar su misión en Irak. Poco después de recibir la noticia de vuelta a casa, son enviados a una última misión humanitaria a un pequeño pueblo, donde la unidad es víctima de una emboscada y sufre graves pérdidas. Los supervivientes se verán afectados por secuelas tanto físicas como psicológicas y, ya de regreso a casa, deberán enfrentarse a sus propios miedos e intentar adaptarse de nuevo a la vida antes de la guerra.

Comentario:

Iraq. Disney World 6871 ml.; Infierno 0 km; Spokane-¡Demasiado lejos! Estos son los carteles que los soldados americanos ponían en sus cruces de caminos virtuales. Se podrá decir que se han hecho demasiadas películas sobre el conflicto de Irak, pero al parecer no han  tenido únicamente la función de entretenimiento baladí para un  público que disfruta con el cine bélico, las estrategias militares y las imágenes que describen los cuerpos cuando dibujan volutas mortales saltando por los aires al recibir un disparo mortal, pisar una mina o ser víctimas de un bombardeo. El cine está contribuyendo a `poblar el imaginario colectivo de imágenes que han servido para frenar los instintos marciales de los señores de la guerra con el objetivo de  llenar sus arcas y seguir acumulando poder para empobrecer a la población mundial.

Winkler, productor de sagas como la de Rocky, y director de películas como De-Lovely, nos muestra que la guerra no es un paseo en barca, y que ni tan siquiera la ayuda humanitaria está exenta de dolor, al ser aprovechada por todos los contendientes con fines espurios. Hace poco era la organización 'Médicos sin Fronteras' la que se quejaba de la manipulación que padecían por parte de los gobiernos en su propaganda contra sus objetivos militares, ahora se nos enseña las trampas que se tienden a  la distribución de alimentos, y sobre todo, el infierno, como señala el cartel colocado por los soldados, en que se ha convertido Irak y que arruina la vida de unos jóvenes que ya tenían fecha de vuelta a un país. y a los que se había prometido que iban a un terreno en el que George Bush había proclamado la guerra y al mes siguiente la paz, de la forma más unilateral.

Concluida la batalla del aire, la que denuncia Cameron en Avatar, la guerra se recrudece en la distancia corta, como han denunciado Paul Greengras, Doug Lima,o Kathryn Bigelow y tantos otros que han dejado su testimonio sobre la muerte y los daños psicológicos que sufren quienes regresan del infierno y son obligados a disfrutar de barbacoas familiares, habiendo dejado atrás tantas vidas de jóvenes, tantos heridos y lisiados y tantas horribles imágenes difíciles de borrar. Irwin Winkler nos obliga a acompañar estos héroes y a sentir sus  dificultades en  operaciones tan sencillas como vestirse o encontrar un nuevo trabajo, porque en realidad son unos pringados, que a sus propios problemas unen el bochorno de tener que soportar los interrogatorios de ciudadanos morbosos. Todos quieren que vuelvan como si no hubiera pasado nada, no quieren mancharse las manos de sangre, le responde Will, Samuel L.Jackson, a su esposa, preocupada por su estado depresivo, pero que, a la vez, prefiere ignorar las horribles imágenes que atormentan los sueños del soldado.

Un joven, Tommy (Brian Presley), viste uniforme en su nuevo empleo y una compañera le apela: ?Te sienta bien', a lo que él responde: 'Al menos con éste no me disparan'. ¿Cómo se puede considerar una sociedad que ve a quien, no pudiendo soportar su pasado y decide  pedir ayuda psiquiátrica como un mierda o un blando? Las denuncias se amontonan en el film de Winkler: escasos ahorros de los héroes para iniciar una nueva vida, incomprensión de amigos y familiares, complejos por las limitaciones físicas, informando a su público de que el estado, que no se ocupa de su reinserción social, paga prótesis, en concreto manos para pescar, con el módico precio de 21.000 dólares¿Qué empresa se beneficia de este despilfarro? A to ésto se unen los conflictos en el interior de las familias, en las que los adolescentes están en contra de la guerra y de Bush, un conflicto en el que no puede implicarse quien ha matado en nombre de su país o por su propia supervivencia. La sociedad norteamericana ha pasado de no poder ver los féretros de los soldados que volvía muertos de Vietnam, Afganistán o Irak, a formular estas denuncias que pueden llegar a ser muy severas. Irwin Winkler puede recrear con la misma sensibilidad humana la vida de Cole Porter o la de estos soldados anónimos, incómodos para la propia sociedad que se ha servido de ellos, en una película con imposible happy end. Samuel L. Jackson regala a los americanos el día de acción de gracias más triste de la historia del cine, en el que las pistolas, de nuevo, son las protagonistas.Una cita de Maquiavelo pone fin a la película: "Las guerras empiezan cuando alguien quiere, pero no terminan cuando le apetece"





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