El misterio del collar. Charles Shyere
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Ficha técnica:
Título original: The affaire of the necklace
País: Estados Unidos
Año: 2001
Duración: 118 minutos
Dirección: Charles Shyere
Guión: John Sweet
Casting: Alberte Garo Billy
Dirección de Fotografía:
Música: David Newman
Edición: David Moritz
Dirección artística: Jean-Michel- Ducourty. Jean-Michel Hugon
Vestuario: Anne Marie Castaño-Padovan
Maquillaje: Alberta Giuliani
Productores: Andrew A. Kosove, Broderick Johnson, Charles Shyer, Redmond Morris
Productor asociado: Nigel Goldsack
Diseño de producción: Alex McDowell
Compañías. Productora: Alcon Entertainment; distribuidora: TriPictures
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Intérpretes:
Hilary Swank: Jeanne St. Remy
Jonathan Pryce: Cardenal Louis de Rohan
Simon Baker: Retaux de Vilette
Adrica Brody: Nicolas De la Motte
Brian Cox: Ministro Breteuil
Joely Richardson: Marie-Antoniette
Christopher Walken: Cagliostro
Hayden Panettiere: joven Jeanne
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Sinopsis:
Cuando la Condesa Jeanne de la Motte-Valois era todavía una niña presenció como su aristócrata familia caía en desgracia y era desposeída de todos sus derechos por una injusta orden de Luís XVI. Ya convertida en mujer, se dirige a la corte para vengarse y rehabilitar el honor de su familia, modificando el destino de una gran reina y avivando el fuego de la revolución que pronto arrollaría la nación entera. Para ello utilizará sus dos mejores armas: una extraordinaria inteligencia, bajo el rostro más hermoso de la corte. Estábamos en vísperas de la Revolución Francesa y la Corte parecía no darse cuenta.
Comentario.
Se han hecho muchas películas sobre las causas que llevaron a Maria Antonieta y a toda la familia real a la guillotina y Charles Shyere se introduce por el sendero del revisionismo histórico, atribuyendo toda la culpa. o al menos la mayor parte de ella, a la conspiración de una pequeña noble, la Condesa Jeanne de la Motte-Valois, hija ilegítima de un miembro de los Valois y una prostituta que, embargada por el rencor, urdió un complot contra la joven reina austriaca. Pero no se deben confundir las causas de una revolución que implantó un nuevo régimen con sus detonantes. Iniciado el ciclo de la muerte con una serie de malas cosechas, cuyo resultado fue el hambre, la desnutrición, la enfermedad y finalmente la desolación, el aniquilamiento y la destrucción de la vida de los hombres, fueron los suntuosos y fastuosos hábitos de la joven reina en su Trianon, un espacio reservado en Versalles para el desarrollo de una lujosa vida campestre, repleta de excesos, mientras su pueblo redactaba, a instancia del poder, los Cahiers du Doléance (Cuadernos de quejas, último esfuerzo de los privilegiados para evitar lo inevitable), escritos en trozos de tela de sus mortajas, con plumas de sus patos y sangre de sus venas los que la sentenciaron de forma irrevocable; a Maria Antonieta, afirma una voz en off, no la mataron los excesos ni la codicia, sino la indiferencia ante el sufrimiento de su pueblo.
La cuestión del collar y otras maledicencias fueron simplemente la gota que colmó el vaso, el detonante de una revolución, a la que se llamó burguesa porque propició la caída de la nobleza como grupo dominante y el acceso al poder de una nueva clase ascendente, los burgueses, los habitantes de las ciudades o burgos que gozaban de la condición de libres, (la mayor parte de la población era sierva de los señores feudales, cuestión en la que no entra el film). Los sans culottes (los que no usaban medias y calzones ajustados) de entonces eliminaron a los nobles que no escaparon de Francia, aunque los de hoy hablen de los horrores del Nuevo Régimen. La Condesa Jeanne de la Motte-Valois, marcada con la V de voleur , ladrón en francés, tras ser azotada, se trasladó con gran parte de los nobles supervivientes a Londres donde fue asesinada por encargo de los restos de la familia real. Una pieza más para comprender los hechos que dieron paso y favorecieron la primera gran revolución industrial que propició el tránsito a la sociedad contemporánea.
Comentario.
Se han hecho muchas películas sobre las causas que llevaron a Maria Antonieta y a toda la familia real a la guillotina y Charles Shyere se introduce por el sendero del revisionismo histórico, atribuyendo toda la culpa. o al menos la mayor parte de ella, a la conspiración de una pequeña noble, la Condesa Jeanne de la Motte-Valois, hija ilegítima de un miembro de los Valois y una prostituta que, embargada por el rencor, urdió un complot contra la joven reina austriaca. Pero no se deben confundir las causas de una revolución que implantó un nuevo régimen con sus detonantes. Iniciado el ciclo de la muerte con una serie de malas cosechas, cuyo resultado fue el hambre, la desnutrición, la enfermedad y finalmente la desolación, el aniquilamiento y la destrucción de la vida de los hombres, fueron los suntuosos y fastuosos hábitos de la joven reina en su Trianon, un espacio reservado en Versalles para el desarrollo de una lujosa vida campestre, repleta de excesos, mientras su pueblo redactaba, a instancia del poder, los Cahiers du Doléance (Cuadernos de quejas, último esfuerzo de los privilegiados para evitar lo inevitable), escritos en trozos de tela de sus mortajas, con plumas de sus patos y sangre de sus venas los que la sentenciaron de forma irrevocable; a Maria Antonieta, afirma una voz en off, no la mataron los excesos ni la codicia, sino la indiferencia ante el sufrimiento de su pueblo.
La cuestión del collar y otras maledicencias fueron simplemente la gota que colmó el vaso, el detonante de una revolución, a la que se llamó burguesa porque propició la caída de la nobleza como grupo dominante y el acceso al poder de una nueva clase ascendente, los burgueses, los habitantes de las ciudades o burgos que gozaban de la condición de libres, (la mayor parte de la población era sierva de los señores feudales, cuestión en la que no entra el film). Los sans culottes (los que no usaban medias y calzones ajustados) de entonces eliminaron a los nobles que no escaparon de Francia, aunque los de hoy hablen de los horrores del Nuevo Régimen. La Condesa Jeanne de la Motte-Valois, marcada con la V de voleur , ladrón en francés, tras ser azotada, se trasladó con gran parte de los nobles supervivientes a Londres donde fue asesinada por encargo de los restos de la familia real. Una pieza más para comprender los hechos que dieron paso y favorecieron la primera gran revolución industrial que propició el tránsito a la sociedad contemporánea.
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