Oh qué miércoles. Prestor Sturges



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Ficha técnica:

Título original: Mad Wednesday. The Sin of Harold Diddlebock
País: Estados Unidos
Año: 1947
Duración: 90 minutos

Dirección: Preston Sturges
Guión: Preston Sturges
Dirección de Fotografía: Robert Pittack, a.s.c.
Música: Werner R.Heymann
Edición: Thomas Nerf
Sonido: Fred Lau
Efectos especiales: John Fulton, a.s.c.
Director artístico: Robert Usher
Decoración del set: Victor A.Gangelin

Maquillaje: Ted Larsen
Peluquería: Elaine Ramsey

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Intérpretes:

Harold Lloyd
Jimmy Conlin
Raymond Walburn
Rudy Vallee
Edgar Kennedy
Arline Judge
Franklin Pangborn
Lionel Stander
Margaret Hamilton
Jack Norton
Robert Dudley
Arthur Hoyt
Julius Tannen
Al Bridge
Frances Ramsden
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Sinopsis:

Harold ha perdido su empleo después de veintidos años en la empresa y  con todos sus ahorros en sus bolsillos, sale a la calle en busca de una nueva vida. Encuentra amigos y bebe con ellos. A la mañana siguiente sólo recuerda que ganó una fortuna en las carreras de caballos, aunque ahora no le queda un céntimos.

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Comentario.

Screwball alocada y desquiciante en la que un hombre que entra a trabajar en una empresa bajo la promesa de ascender en  una carrera profesional en una empresa publicitaria hasta alcanzar el auténtico sueño americano, el que se inicia de abajo hacia arriba, despierta repentinamente cuando, habiendo llegado a la edad madura, en torno a los cincuenta años, la compañía, fiel a su tradición lo deja de patas en la calle y le entrega un finiquito y un montón de buenas palabras.

Esta vieja promesa vive un miércoles loco en el que se emborracha, rompìendo con sus reglas de buen hombre y  buen ciudadano, se juega el dinero, gana, compra un circo e incluso se casa. Un happy end para un despido desgraciado, para un hombre que había entregado su vida y parte de su sueldo a la gran depresión que arruinó y depauperó a los trabajadores de su país. Nada tiene sentido, pero todo se ajusta, irónicamente, a la cruda realidad, excepto el final de cuento en el que un pobre diablo acaba rico y casado con una mujer mucho más joven que él, de cuyas seis hermanas había estado enamorado de manera consecutiva, a medida que iban entrando y saliendo en la misma empresa en la que él  había prestado sus servicios.



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