Exodo. Otto Preminger

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Ficha Técnica:

Título original: Exodus
País: Estados Unidos
Año: 1960
Duración: 210 minutos

Dirección: Otto Preminger
Guión: Dalton Trumbo, basado en la novela de Leon Uris
Casting
Dirección de Fotografía: Sam Leavitt a.s.c. Panavisión 70
Música: Ernest Gold
Edición: Louis R.Loeffler. Tecnicolor
Dirección artística: Richard Day; asociado: Bill Hutchinson
Decorador del set:
Efectos especiales: Cliff Richardson

Diseño de Vestuario:

Productor: Otto Preminger
Diseño de producción.
Compañías. Metro Goldwyn Mayer; distribución: United Artists Corporation

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Intérpretes:

Paul Newman: Eri Ben Canaan
Eva Maria Saint : Kitty Fremon
Ralph Richardson: General Sutherland
Peter Lawford : Mayor Caldwell
Lee J. Cob:  Barak Ben Canaan
Sal Mineo: Dov Landau
John Derek : Taha
Hugh Griffith: Mandria
Gregory Ratoff: Lakavitch
Felix Aylmer:  Dr. Lieberman
David Opatoshu: Akiva Ben Canaan
Jill Haworth: Karen

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Sinopsis:

Superproducción sobre el nacimiento del estado de Israel (1948). Seiscientos once judíos que han sobrevivido a los campos de exterminio nazis, abandonan Alemania en un barco (el "Estrella de David") que atraca en Chipre. Después de superar grandes dificultades, logran al fin zarpar de la isla en el "Éxodo", barco de carga con destino a Palestina. El objetivo de los refugiados es crear el estado de Israel. Akiva, un líder fanático, considera que el terrorismo es la única vía para construir la nación, pero su hermano Barek y su sobrino Ari Ben Canaan (Paul Newman) no son de la misma opinión (Filmaffinity)

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Comentario:

Se dice de Otto Preminger, un realizador de origen judeo-austriaco, que su cine enfrenta un mundo romántico y decadente a otro objetivo y realista (Wikipedia).  En esta ocasión la balanza se inclina claramente en pro de  la primera de las dos opciones, que se resume en una máxima justificativa de la ocupación de  Palestina para la creación del Estado de Israel: "No hay nación alguna que no haya nacido de la violencia".  Éxodo, sirviéndose de un modo de representación institucional, narra una historia que, cincuenta y tres años después, no sólo se siente  maniquea, sino  imposible de creer por una sociedad que, desgraciadamente, ha perdido la inocencia, tantas veces defraudada, ridiculizada y vilmente engañada.

Los personajes interpretados por Paul Newman, Ari,  y Eva Maria Saint , Kitty, no solo son increíbles, sino absolutamente prescindibles, a no ser para dar sustento amoroso a un relato excesivamente largo sobre una pugna territorial que ha convertido el Oriente Próximo en un incendio; la creación del estado de Israel fue un proceso largo y penoso, no exento de acciones terroristas de grupos como Hagana e Irgun Zvai Leumi, de los que no se olvida la película . Otto Preminger nos enseña los kibbutz socialistas y desarrolla tramas subsidiarias de relaciones entrañables entre judíos y palestinos; presenta jeques árabes que ceden tierras a los judíos recién llegados, e incluso hace morir bajo las bombas israelitas a un hombre, padre de Karen,  (Jill Haworth), la protegida de la protagonista, que había sobrevivido al holocausto nazi , acciones que enfrentan al estado recién construido con los terroristas, aunque  todo sigue sonando a justificación. Hoy nadie desconoce cómo se han ido expandiendo  los colonos judíos y conquistando nuevas tierras a costa del pueblo palestino, acciones que han ido reduciendo el apoyo que recibieron tras ser víctimas del holocausto durante la Segunda Guerra Mundial. Militar en un movimiento terrorista, en un momento en el que se estaba pendiente de la decisión de las Naciones Unidas de crear el Estado de Israel mediante la partición de Palestina, se castigaba con la horca, pena que ejecutaba el imperio colonial británico.  Sal Mineo, asesinado a los 37 años de edad, representa el papel  de un joven terrorista, que colaboró, siendo casi un niños, en los campos de concentración con los nazis y participó en la famosa falsificación de billetes, para salvar su vida, hechos muy cuestionados por el pueblo judío.

En marrón los que se opusieron a la división de Palestina

El film recoge el júbilo entre los elegidos de dios ante el resultado de la decisión de las Naciones Unidas (33 países a favor y 13 en contra), pero evita mostrar la reacción de los árabes que se vieron de pronto sin un estado que los protegiera ; el hecho de que los 13 países fueran árabes definió el mapa de los conflictos que desangraron los países de Oriente Próximo y lejano durante el siglo XX y lo que llevamos del XXI : los judios necesitan para tener un país donde refugiarse, afirma Ari Ben Canaan, pero ¿dónde irá la minoría palestina ?, se pregunta su amigo Hata, (John Derek), que les había cedido tierras para montar el kibbutz de Gan Dafna y ahora se quedaba sin suelo patrio . La respuesta  la  conocen todos los lectores y  la ha dado en cientos de ocasiones el propio cine, aunque no hubo que esperar mucho para que la zona experimentara la primera guerra civil, iniciada en 1948.

Existe una inmensa diferencia entre estas películas propagandísticas, con vocación de convertirse en la epopeya épica del estado recién creado, y las realizadas  incorporando la autocrítica  (Munich, Steven Spielberg) , independientemente de su condición de  judíos sabras, denominación que reciben los nacidos en Israel antes de 1948, el nombre de una planta espinosa, a causa de su tenacidad y carácter espinoso que les predispone para la guerra, como los nacidos en otras latitudes. Pero lo que no se ha conseguido nadie y está muy lejos de llegar a ser una realidad  es que los judíos y los árabes vivan en paz, deseo que formula el protagonista al enterrar juntos a dos amigos suyos, Hata y Karen, uno de cada  uno de los pueblos en conflicto.

Una de las grandes superproducciones hollywoodienses que no han dudado en falsear la realidad para adaptarla a sus conveniencias, y que constituían los productos mainstream de una época en la que no existía el cine independiente y las grandes compañías controlaban todo el proceso, hasta llegar incluso a las salas de proyección. La consecuencia más notoria es que las masas que acudían al cine, cuando había muy pocos espectáculos alternativos, ni siquiera la TV en gran parte del orbe, veían estos filmes y tarareaban la música de su banda sonora, en este caso de Ernest Gold, que alcanzó gran popularidad. Ridley Scott prepara el lanzamiento de otra gran superproducción de la época actual, basada en otro Exodus, el de Moisés que llevó por primera vez al pueblo elegido a la tierra prometida, creencia que siguen manteniendo amplios sectores del pueblo judío, aunque también los hay ateos, agnósticos y socialistas. Amos Gitai hace una preciosa película sobre tres mujeres, Zona libre, 2005, protagonizada por la actriz judía Natalie Portman, que nos muestra un universo diferente.