Asalto al distrito 13. Jean-François Richet

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Ficha técnica:

Título original: Assault on precinct 13
País: Francia/Estados Unidos
Año: 2005
Duración: 91 minutos

Dirección:  Jean-François Richet
Guión: James DeMonaco, remake del film de John Carpenter, homónimo de 1976.
Dirección de Fotografía: Robert Ganz
Música: Graem Revell
Edición: Bill Pankow
Director artístico: Paun Denham Austerberry

Diseño de Vestuario: Vicki Graef y Georgina Yarhi

Productor: Pascal Cauchereux, Jeffrey Silver, Stephane Sperry
Productores ejecutivos: Don Carmody, Elizabeth Dreyer, Joseph Kaufman, Sebastien Lemercier
Diseño de producción: Paul Denham Austerberry
Rogue Pictures, Why Not Production, Liaison Films Productions, Biscayne Pictures Production.

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Intérpretes

Ethan Hawke: Jake Roenik,
Laurence Fishburne: Marion Bishop,
Gabriel Byrne: Marcus Duvall,
Maria Bello: Alex Sabian,
Drea de Matteo: Iris Ferry  ,
John Leguizamo : Beck,
Brian Dennehy : Jasper O'Shea,
Jeffrey 'Ja Rule ' Atkins: Smiley

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Sinopsis:

Quedan pocas horas para que el año toque a su fin y la comisaría del distrito 13, una de las más antiguas de Detroit, está a punto de cerrar. Muchas carreteras están cortadas debido a la fuerte nevada y sólo queda un puñado de policías encabezado por el sargento Jake Roenick (Ethan Hawke), un buen oficial que no consigue olvidar una operación fallida que tuvo lugar la primavera pasada. Pero es que, además, ese mismo día por la mañana, un policía de paisano había intentado arrestar al mafioso Marion Bishop (Laurence Fishburne), el cual consiguió matar al agente antes de ser capturado por la Unidad contra el Crimen Organizado encabezada por Marcus Duvall (Gabriel Byrne). Bishop es trasladado en autobús a la cárcel con otros delincuentes: Beck, un yonqui (John Leguizamo), Smiley, un estafador (Jeffrey Atkins) y Anna, miembro de una banda (Aisha Hinds). Pero la tormenta de nieve arrecia y el autobús, ante la imposibilidad de llegar a la cárcel de máxima seguridad, se dirige provisionalmente a la comisaría del distrito 13. La inesperada llegada saca de quicio tanto a Roenick como a la psicóloga Alex Sabian (Maria Bello). Sin embargo, Iris Ferry (Drea de Matteo), la provocadora secretaria de la comisaría, y el veterano poli Jasper Old School OShea (Brian Dennehy) no están dispuestos a que el trabajo extra les impida celebrar la llegada del Año Nuevo.

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Crítica:

Remake de "Asalto a la comisaría del distrito 13" (1976), dirigida por John Carpenter, que a su vez estaba inspirada en "Río Bravo" (1959), de Howard Hawks, de la que el propio Hawks había realizado un remake en 1966 ("El Dorado"). En Estados Unidos esta última versión recibió mediocres críticas. (Filmaffinity)

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Comentario.

Si hacer un remake siempre es difícil, lo es más cuando se emula a cineastas como Howard Hawks o John Carpenter. El maestro del terror se inspiró en la historia de 'Rio Bravo', pero, al cambiar de género, - del western al thriller -, consiguió una obra más genuina, un film más que reunía los elementos que le caracterizaban como autor. Han pasado ya casi treinta años, el cine ha evolucionado, los gustos han cambiado junto con la evolución de las tecnologías de las que se sirve para su realización y el resultado es una cinta que denuncia la corrupción policial de manera bastante digna.

Lo malo es que Richet tomaba como referente a uno de los directores de culto del thriller y del género de terror, un cineasta que tenía una forma muy precisa, clara e inquietante de provocar sensaciones en su público y al que es muy peligroso intentar enmendar la plana, aunque sea desde la modernidad. La película, protagonizada por Ethan Hawke y Laurence Fishburne hubiera merecido el aplauso de  la crítica americana de no haber intentado hacer un homenaje devaluado a la obra de sus grandes realizadores; de hecho, quienes no hayan visto la película de John Carpenter la encontrarán atractiva, con buen ritmo y un guión bastante aceptable, en el que la bondad y  la maldad, la honestidad y la corrupción tienen el territorio más marcado que en el original, lo que responde a las diferencias entre una política de género y otra de autor.

Los norteamericanos siempre han entrado al trapo de la corrupción policial, lo que ha dado la sensación de que la padecen más que nadie, algo falso y no ajustado a la realidad. La idea de recluir a un gángster peligroso en una comisaria que van a clausurar y que se queda la última noche, una desapacible velada de Nochebuena, azotada por una fuerte tempestad de nieve, con unos cuantos agentes, sin teléfono ni forma alguna de comunicarse con el exterior, y asaltarla con comandos policiales, dirigidos por uno de los jefes corruptos, es diabólica y obligará a trabajar juntos al peligroso delincuente y al estricto policía, que toma ansiolíticos para superar los altibajos, constituidos por éxitos y fracasos,  de su carrera profesional.