Tras la pista del oro . John H. Parr

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Ficha técnica:

Título original: Pursuit
País: Estados Unidos
Año: 1991
Duración: 95 minutos

Dirección: John H. Parr
Guión: Paul S.Rowlston, basado en una historia de Ronnie Isaacs
Dirección  y edición de de Fotografía: John H. Parr
Música: Tony Rudner
Director artyístico: Zack Grobler


Productor: Ronnie Isaacs
Productor asociado: J.M.Du Toit
Productor ejecutivo: Kevin Krog
Kevron Entertainment Release

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Intérpretes: 

James Ryan: Jake Codi
André Jacobs: Bob Matthews
Kate Normington: Sandra Jubosty
Robin Smith: Crazy Ezra
Lucasta Baloi: David
Iain Winter-Smith: Joe Doyle
David Butler: Lucky Luke


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Sinopsis:

Un presidente sudafricano, Kedampa, es asesinado en un asalto en el que los atacantes requisan una gran cantidad de otro. Para recuperar el botín, dos diplomáticos sacan de su retiro a Jake Codi...

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Tras ver este film, podríamos llegar a un acuerdo quienes afirman que, con  frecuencia, muchos críticos intentan hacer lecturas de posicionamientos ideológicos o políticos que no están en un film, realizado con el único objetivo de entretener. Esto es lo que sucede, precisamente, con John H.Parr, que intenta cargar de significado una película en la que las imágenes contradicen abiertamente a los diálogos. Se puede debatir con paradigmas correctos o recurriendo al absurdo, algo también útil. Estamos en el segundo caso.

El realizador ejecuta primeros, primerísimos,  planos sin criterio: unos soldados fumando placenteramente unos cigarros segundo antes de ser asesinados, las tetas de una prostituta, un kaláshnikov o un militar tocándose la nariz (¿?) mientras relata una historia truculenta y se zampa una lata de lentejas. Si esto es un mérito, el único que tiene esta cinta de extraordinario es  que el poco dinero que se ha invertido en ella es incluso un despilfarro. Lo malo: nadie se ha ocupado de esta película, ni Filmaffinity; Imdb  incorpora una pequeña lista de personajes y los actores que los representan. A pesar de ello las cadenas de pago, como la de MGM, la incluyen en sus parrillas, sin pedir antes perdón a sus accionistas por haber malgastado su dinero, sin que se vea clara la razón por la que decidieron hacer un dispendio  en este subproducto.

Los dos mercenarios, el bueno y el malo, son individuos de pelo largo, incluso los hay con rastas en sus filas, y reporteras de prensa que 'van donde está la noticia' y pagan en especie la osadía,  inmersos en planos generales, americanos, primeros, etc. mezclados sin criterio,  y entradas en campo  bizarras y cutres, como la de la atractiva periodista 'con buen culo'. Tras ver unas cuantas películas de éstas, que no dejan de sorprender a quien filma mejor la merienda campestre y dominguera de sus hijos, se comienza a valorar la mediocridad. Sin despreciar el carácter sexista que destilan los comentarios machistas de los personajes.