Dinero fácil. Daniel Espinosa



Ficha técnica:


Título original: Snabba Cash
País: Suecia
Año: 2010
Duración: 124 minutos

Dirección: Daniel Espinosa
Guión: Maria Karlsson, basado en la trilogía negra de Estocolmo, del best seller de Jen Lapidus
Casting: Jeanette Klintberg; Daniel Wallentin, Marion Haack
Dirección de fotografía: Aril Wretblad
Escenografía: Roger Rosenberg
Música: Jon Ekstrand
Edición: Theis Schmidt
Departamento artístico: Christina Weiss-Mihalik

Diseño de Vestuario: Denise Östholm Christine Zhan
Maquillaje: Anders Bratas

Productor: Fredrik Wikström; Asa Karlsson, Anna Carlsten
Productor ejecutivo: Michael Hjorth
Diseño de producción: Roger Rosenberg
Acontracorriente Films,  Tre Wänner Produktion AB, Samproduktion Med Film Vast, Sveriges Television, Nouvago Capital, , Intervista Digital Media, Network Movie


Intérpretes:



Joel Kinnaman: JW
Matias Padin: Jorge
Dragomir Mrsic: Mrado
Lisa Henni: Sophie
Mahmut Suvakci: Abdul Karim
Jones Danko: Fahdi
Lea Stojanov: Lovisa
Dejan Cukic: Radovan
Miodrag Stojanovic: Nenad
Fares Fares: Mahmoud
Annika Ryberg Whittembury: Paola
Joel Spira: Nippe
Alexande Stocks: Fredrik


Sinopsis:



En la bella ciudad de Estocolmo se esconden unos suburbios marginales. donde se han terminado concentrando los desechos de la sociedad sueca. Allí, la desaparición de una mujer terminará uniendo a tres criminales muy diferentes con un objetivo común: vengarse de un peligroso capo conocido como Radovan. Cada uno de ellos deberá adoptar un papel diferente. y adaptarse, por primera vez, a la actividad conjunta con otros semejantes.


Comentario:



Un thriller que pone el foco en los bajos fondos, que pasan a ocupar un lugar privilegiado en un momento de crisis como la que sacude a la economía global, blanqueando el dinero procedente de la corrupción empresarial  y política y el comercio de la droga, la cocaína,  que muchas veces circula por taxis en los que los jóvenes, incluidos estudiantes de economía que se codean con la jet aprovechan sus conocimientos sobre los problemas de acumulación de activos podridos y escasez de líquido de las clases altas, inmersas en auténticos problemas económicos que los conducen inexorablemente a la quiebra. Uno de los mejores filmes de los bajos fondos de los últimos tiempos y una rareza europea del cine negro actual que se hace eco de las nuevas formas de crimen organizado, surgido a raíz de la acumulación de grandes fortunas en  las burbujas económicas, que han ido a parar a paraísos fiscales  utilizando los canales más variados, de los que no están excluidas las mafias surgidas tras el desmembramiento de las repúblicas del este de Europa.

El medio universitario analiza la situación en la que se encuentran los países nórdicos y las antiguas repúblicas socialistas, en las que hace apenas un año, como ocurría en el resto del mundo, se predijo un periodo de bonanza, de crecimiento, en los que, confiados los expertos en el fin de la historia que auguró Fukuyama, aumentó el consumo y la deuda y disminuyó el ahorro. El resultado fue el desequilibrio entre la deuda y los activos que la sustentan, pero toda crisis puede significar una oportunidad a partir de esta tragedia mundial. El protagonista aprovecha esta oportunidad y propone comprar un banco, de cuyos apuros ha tenido conocimiento, a precio de saldo, a un banquero que no desconoce la procedencia mafiosa del dinero y que está dispuesto a vender, a precio de saldo, la entidad a cambio de una suculenta  comisión, dejando que caiga un poco  más la cotización en bolsa del negocio que va a entregar a los buitres. Los activos están constituidos por casas que sus propietarios no pueden pagar, perdidos sus empleos o la salud, que los deja a merced de estos desaprensivos. No parece que sea ésta la oportunidad de que habla el profesor de economía, pero en este tipo de negocio lo único que interesa es el tipo de interés y el dinero.

Del mismo que se  mezclaron las acciones más saneadas con las 'subprime', se juntan los ladrones de guante blanco con los criminales de medio pelo, con el objetivo de poner a buen recaudo sus beneficios, obtenidos de forma ilegal, que, como están demostrando escándalos recientes, ya no están tan seguros en Suiza y buscan refugio en paraísos fiscales  como Andorra y Lichtenstein. Daniel Espinosa domina una amplia gama de habilidades cinematográficas, (Kenneth Turan. Los Angeles Times), y consigue una simbiosis perfecta entre el universo de las clases altas, atrincheradas en sus torres de marfil, representados con la imagen de la eficiencia, la fotografía fría de filtrados azules, y los bajos fondos, en los que se juega duro y se lucha por el poder de forma implacable, emblematizados con una imagen igualmente minimalista pero con una paleta de color más cálida con mayor contraste en los ambientes y en los rostros de sus protagonistas.


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