Amor con preaviso. Lawrence. Ficha técnica ampliada y comentario




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 Ficha técnica:

Título original: Two weeks notice
País: Estados Unidos
Año: 2002
Duración: 100 minutos

Dirección: Marc Lawrence
Guión: Marc Lawrence
Casting: Ilene Starger, c.s.a.
Dirección de Fotografía: Laszlo Kovacs, a.s.c.
Música: John Powell; supervisor: Laura Wasserman
Editor: Susane E.Morse, a.c.e.
Director artístico: Ray Kluga
Supervisor decoración del set: Leslie E. Rollins, s.d.s.a.


Diseño de Vestuario: Gary Jones
Jefe del Departamento de Maquillaje. Para Hugh Grant: Carla White; para Sandra Bullock: Pamela Westmore; del resto: Patricia Reagan
Jefe de Departamento de Peluquería. Para Hugh Grant: Francesca Paris; para Sandra Bullock: Michael Kriston; para el resto: Anthony F.Veader


Productor: Sandra Bullock
Productores ejecutivos: Mary McLaguen, Bruce Berman
Productor asociado: Scott Elias
Diseño de producción: Peter Larkin
Warner Bros. Pictures, Castle Rock Entertainment, Aol Time Warner Company,  asociadas con Village Roadshow Pictures, NPV Entertainment , Fortis Films Production.

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Intérpretes:

Hugh Grant: George Wade
Sandra Bullock: Lucy Kelson
Alicia Witt: June Carter
Dana Ivey: Ruth Kelson
Robert Klein: Larry Kelson
Heather Burns: Meryl Brooks
David Haig: Howard Wade
Dorian Missick: Tony

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Prolegómeno:

Si Claude Chabrol decía que el cine es una ventana abierta al mundo, el mundo ha estado ciego y sordo durante casi diez años. En este film de 2002, dirigido por Marc Lawrence se denunciba ya la especulación inmobiliaria, que tiene sumida a una población, que en parte sigue ciega, en la mayor crisis económica, ahora de carácter global, que el mundo ha conocido. La protagonista, es una abogada, activista contra la especulación, que se enfrentará a un millonario montado en el dólar gracias a sus inversiones en el sector. Claro que estaba dicho en tono de comedia con final rosa y feliz, pero estaba dicho, lo cual muestra que existía cierta preocupación en algún lugar. Lo bueno del cine es que con el paso del tiempo se convierte en una crónica.


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Sinopsis:


El millonario George Wade (Hugh Grant) no puede prescinir de su abogada Lucy Kelson (Sandra Bullock), comprometida con perjudicados por la especulación inmobiliaria (todavía no había pinchado la burbuja y el hombre vivía la ensoñación de una riqueza falsa y sostenible). El millonario es encantador y la trata más como a una niñera que como a una abogada educada en Harvard. Tras cinco años aconsejándole sobre todo, Lucy ha decidido poner punto final, dejándole sólo ante sus propias indecisiónes. Estamos ante un nuevo cuento de La Cenicienta. Una abogada, hija de abogados comprometidos e implicados en la defensa de los derechos civiles, culta y  trabajadora ha desarrollado un úlcera a causa del estrés. Conoce a un millonario, faldero e infantil, del que se enamora. Pero la nueva cenicienta tiene un poder que desarma al hombre que cae rendido ante el único baluarte femenino que no puede derribar. Si bien los hombres las prefieren rubias, también es cierto que se apasionan por lo que consideran un objetivo inalcanzable: una mujer que presta más atención a su belleza intelectual que a la física, independiente y culta. Y llegará el desamor, el momento en el que como dice la protagonista se le caerán las gafas de color de rosa. Claro que enamorarse de Hugh Grant no es difícil. La única condición que ella impone es no volver a trabajar con él, es decir, como subordinada suya.

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Crítica: 

Por aquellos tiempos , Pablo Kurt (Filmaffinity) no se alejaba demasiado de la corriente general de la crítica, dispuesta a despellejar a quien introdujera cualquier elemento distorsionador de la comedia romántica, pero creía conveniente hacer un ejercicio poco habitual en este sitio web: una crítica del film, en la que concluía que sólo porque es una comedia romántica en toda regla se dejaba ver:

"Hugh Grant sigue siendo un niño grande (por su anterior película "About a Boy", 2002), pero aquí no hay un chaval a quien cuidar y sí una prestigiosa empresa con un peculiar sistema de captación de personal. Por su parte Bullock (en un papel a su medida) debe ser la única abogada licenciada en Harvard que trabaja en asociaciones de ayuda y centros benéficos de barrio. Ambos comienzan a trabajar juntos y, tras las primeras sonrisas, el espectador, sabiendo el final, espera que al menos ocurra algo que no hayamos visto en alguna de las mil quinientas previas comedias románticas de chico-y-chica-muy-diferentes-que-se-enamoran-poco-a-poco. No sucede: el director Marc Lawrence pone a descansar el ingenio, cocina la viejísima receta de la abuela a fuego lento... y le sale una pastelosa comedia romántica que, sólo porque "es" una comedia romántica en toda regla, se deja ver." 

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Comentario: 

Amor con preaviso es una comedia romántica que versa sobre lo que les sucede a dos personas  completamente opuestas, un emprendedor y una licenciada de Harvard, que viven solas, (una en un hotel del que es propietario y otra en un pequeño apartamento) durante una convivencia de dos semanas, impuesta por las circunstancias. Marc Lawrence recoge con acierto la complejidad de la lucha social desde el primer minuto de película, en el que la protagonista, una activista contra la especulación inmobiliaria y defensora de la conservación  del patrimonio cultural para las generaciones futuras, se enfrenta a unos trabajadores de la construcción, cuyos objetivos son más inmediatos y con menos visión de futuro,- llevar un sueldo a casa para alimentar a su familia -, por lo que miran con escepticismo e incluso rabia a la protestona, una auténtica 'mosca cojonera'. Contradicción que aprovechan los que siempre y en cualquier circunstancia saben ganar dinero y quedarse con el excedente del trabajo de los demás.

Este discurso está hilvanado con esa forma artesana de hacer, esa rigurosidad formal,  que ha aprendido el cine americano a lo largo de los tiempos, como aprendieron su oficio los artesanos barrocos y renacentistas, que no siempre busca la excelencia, pero que muchas veces consigue entretener a un público que no es tan tonto como algunos creen. Ahora, Sandra Bullock pone su buen hacer y su dinero en la reivindicación de 'Los Sin Techo' y su derecho a la 'Defensa Legal' a través de una abogada, licenciada en Harvard, Universidad privada norteamericana, que cuando se hizo el film tenía más prestigio que en estos momentos, en los que los alumnos abandonan sus aulas ante el acriticismo de la enseñanza que reciben; 'una revuelta de los privilegiados' en toda regla.

El  empresario ofrece a la activista un pacto que procure la paz social, lo que no es tampoco raro en la vida real, y como ocurre siempre en este tipo de alianzas,  la familia ideológica, en este caso sus propios padres, se divide en posturas enfrentadas en pro y en contra de este acercamiento. No obstante, aunque el padre de la protagonista fue abogado de Martin Luther King, ella no deja de ser una chica de Harvard que actúa, como muchas jóvenes norteamericanas,  de testigo de boda vestida de rosa. La música y el partner masculino, Hugh Grant, desdramatizan la cuestión de fondo, el subtexto del film, y ponen en primer plano la historia romántica que convierte al taimado empresario en un príncipe azul, mientras ridiculizan, en cierta medida, el constructo ideológico de la mujer haciéndole cargar con un paquete cultural que incluye el tofu, la soja y  a Nelson Mandela. ¿Es una contradicción el hecho de que le guste la ciudad de Nueva York, el emblema de la innovación constructiva y la especulación,  con la defensa del medioambiente y la cohesión social? El hombre tiene muchas contradicciones, como la de sentirse solo cuando no tiene pareja, o añorar la soledad cuando la tiene, algo que le ocurre a una compañera de trabajo de Lucky. A pesar de todo el ser humano lleva tantos años soñando con un príncipe azul, guapo, rico y amable que lo saque de la pobreza y lo quiera, y el cine norteamericano está tan acostumbrado a repetir estas imágenes, que el público las percibe con  la emoción que intensifican cámaras circulares y grúas ascendentes que muestran en un plano cenital a los amantes enlazados en los esperados abrazos.. Así se construye un pastelón, que, al fin y al cabo es lo que gusta a la gente

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