Grupo Salvaje.












Ficha técnica:


Título original: The wild bunch
País: Estados Unidos
Año: 1969
Duración: 134 minutos

Dirección: Sam Peckinpah
Guión: Sam Peckinpah y Walon Green, basado en una historia original de Roy Sickner y Walon Green
Director de Fotografía: Lucien Ballard
Música: Jerry Fielding
Edición: Lou Lombardo
Dirección artística: Edward Carrere
Efectos especiales: Bud Hulburd

Diseño de Vestuario: Gordon T.Dawson
Maquillaje: Al Greenway

Productor: Phil  Feldman
Productor asociado: Roy N.Sickner
Compañías: Warner Bros./Seven Arts
Distribución: Warner Bros.-Seven Arts


Intérpretes: 


William Holden: Pike
Ernest Borgnine: Dutch
Robert Ryan: Thornton
Edmon O'Brien Sykes
Warren Oates: Lyle Gorch
Jaime Sánchez: Angel
Ben Johnson: Tector Gorch
Emilio Fernández: Mapache
Strother Martin: Goffer
L.Q.Jones: T.C.
Albert Dekker: Harrigan
Bo Hopkins: Crazy Lee
Dub Taylor: Wainscoat
Paul Harper: Ross
Jorge Russek: Zamorra
Alfonso Arau: Herrera
Chano Urueta: Don José
Elsa Cardenas: Elsa
Bill Hart: Jess
Steve Ferry: Sargento McHale
Sonia Amelio: Teresa
Aurora Clavel: Aurora
Enrique Lucero: Ignacio
...


Sinopsis: 



Sin duda la película Grupo Salvaje del director Sam Peckinpah, una importante historia de forajidos abatidos pero unidos por un código de honor, está considerada como uno de los mejores westerns de todos los tiempos. En 1994 fue completamente restaurada de un modo impecable, nunca visto desde su estreno en 1969. Cuenta la historia de un grupo de veteranos atracadores de bancos que viven al margen de la ley y que actúan en la frontera entre los Estados Unidos y México, se ven acorralados a la vez por unos cazadores de recompensas y por el ejército méjicano, en plena revolución de Pancho Villa. 



Comentario: 




Si algo quedó claro tras la aportación de Eisenstein al desarrollo y formación de un nuevo lenguaje, el cinematográfico, es que la edición,  cutting and pasting, (cortar y pegar) se convierte en el sujeto de la enunciación que definirá, a partir de ese momento,  el estilo discursivo del cineasta, acción que con Sam Pekinpah llega al paroxismo en el momento en que se realiza el film, lo que da un gran protagonismo al montador Luis Lombardo, que es quien tiene las tijeras. Con el director de Grupo Salvaje nació la generación MTV, a la sombra de de la cadena estadounidense, que se caracterizaba por su acción rápida y violenta (fast faced). Mas 'Grupo salvaje' no sólo es notable por la rapidez del montaje, sino por un uso estético de la ralentización de las imágenes cuando la cámara captura a los caballos o a los hombres en escorzos imposibles, recurso utilizado con una maestría insuperable, que tiene, a su vez, un efecto perverso en la celebración de la violencia. 

La primera secuencia parece querer contradecir el axioma de Rousseau de que el hombre es bueno por naturaleza y es la sociedad la que lo pervierte: unos niños juegan con un alacrán, animal de fuerte picadura venenosa, que puede llegar a ser letal, devorado por cientos de hormigas rojas, a las que, concluida su merienda, y casi al final del film, acaban quemando, mientras sonríen con sus bocas desdentadas. Este hecho encierra también otra metáfora: los violentos lo son porque la gran mayoría, aunque menos virulenta, soporta en silencio sus amenazas y violaciones, algo que queda en evidencia cuando, tras la masacre final, comienza el éxodo de los más débiles, (mujeres y niños fundamentalmente), tras la muerte de los maridos e hijos varones a manos de cuatro pistoleros, que siembran el desconcierto en un ejército sin capacidad, sometido también a la dictadura. Pekinpah denuncia en otros momentos el abuso del poder y la fuerza, no sólo el que se ejercita contra los nativos mejicanos por el ejército al servicio de la dictadura de Porfirio Díaz, los terratenientes y el imperialismo colonial moderno, que ha levantado a las guerrillas capitaneadas por Pancho Villa, sino la que ejercen los gringos enrolando a adolescentes para enfrentarlos con auténticos bandoleros, experimentados criminales que toman a su servicio para defender a los convoyes cargados de armas.

Las cámaras de Ballard se detienen ante estos guerreros confiados, de aspecto adolescente, que duermen seguros ante unos brutos barbudos de dentadura muy deteriorada por su mala alimentación, estilo de vida y escasos recursos, que roban con el objetivo de comprar algún día un pequeño rancho. Con esta ilusión la mayoría ha llegado a viejo, y malviven en un universo enrarecido en el que pululan empresarios del ferrocarril, ejércitos del Norte y del Sur de Río Grande, bandidos y la escoria de la humanidad, los rateros, - los que preceden a los cuervos en el saqueo de los cadáveres, los que se llevan aquello que era útil a los muertos para la vida, los desarrapados del mundo del crimen, secuencia que reproducirá Patton (Franklin J.Schaffner, 1970) en otro escenario-, todos ellos vigilados de cerca por los revolucionarios de Pancho Villa. 

La película es de alguna manera, al menos en el subtexto, una buddy movie, en la que dos antiguos camaradas, Pike y Dutch, expertos en el uso de las pistolas con las que se han ganado la vida y han llegado hasta la edad del jubileo ( vemos que William Holden tiene dificultades para subir al caballo por una antigua herida), pero que se siguen queriendo y respetando, se enfrentan en bandos opuestos a los que les ha conducido una disputa, que ha acabado con el segundo, Dutch (Robert Ryan), en la cárcel a la que no quiere volver bajo ningún concepto, razón por la que se pone al servicio del ejército, capitaneando a un grupo de carroñeros sin escrúpulos. Pero ni uno ni otro siente ningún respeto por esas 'hormigas rojas', que podrían acabar con todos ellos si se lo propusieran, algo de lo que nos hace cómplices el ojo indiscreto de la cámara, al principio y al final de la película, primero en un poblado blanco de americanos del norte, donde aprovechan una procesión cívica para hacer una matanza de ciudadanos, y después en la última secuencia, en la que repiten su hazaña con los méjicanos ya sodomizados y prostituidos (literal) por su propio ejército. Duele la forma en que se jubilan de esta vida los cuatro forajidos, presentados como héroes, que deciden morir matando, unos genocidas sin principios, tratados de forma épica y embellecidos mediante un ejercicio constante de cámaras lentas, contrapicados o cualquier otro recurso que los enaltezca ante la marabunta que pisan sin miramientos



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